La senda de la autocreación
Crítica a la exposición inaugurada el
13 de junio de 2012 en "Via Appia", Madrid.
“Arquitecturas del Paisaje” de Christine Rendina
Desde el ojo de Christina se proyectan imágenes hacia una pared. Sus fotos son amalgamadas, cocinadas a fuego lento, con el conocimiento de un oficio que hoy se ha reducido a tener muchos píxeles y al retoque en Photoshop para crear efectos “artísticos”.
En los dominios alquímicos de Rendina se fabrica el papel, se realizan tratamientos con goma arábiga y acuarela, se revela, se superpone, se imprima, se pintan fotogramas. Es la Fotografía en sus comienzos, cuando plasmar en placa fotográfica significaba trabajar la imagen obtenida, por imperfecta o simplemente porque el resultado era “demasiado real” para una época espiritista que vivía más de convencionalismos e ilusiones que de realidades.
Crítica a la exposición inaugurada el
13 de junio de 2012 en "Via Appia", Madrid.
“Arquitecturas del Paisaje” de Christine Rendina
Desde el ojo de Christina se proyectan imágenes hacia una pared. Sus fotos son amalgamadas, cocinadas a fuego lento, con el conocimiento de un oficio que hoy se ha reducido a tener muchos píxeles y al retoque en Photoshop para crear efectos “artísticos”.
En los dominios alquímicos de Rendina se fabrica el papel, se realizan tratamientos con goma arábiga y acuarela, se revela, se superpone, se imprima, se pintan fotogramas. Es la Fotografía en sus comienzos, cuando plasmar en placa fotográfica significaba trabajar la imagen obtenida, por imperfecta o simplemente porque el resultado era “demasiado real” para una época espiritista que vivía más de convencionalismos e ilusiones que de realidades.
Y así de espirita se presenta hoy esta exposición de Rendina, a la que repele automáticamente la mediocridad fotográfica actual, tan abusadora del ByN, como si eso bastara para trasladarse al pasado, cuando la fotografía era también artesanía.
La belleza de su fotografía está en su manipulación, convirtiendo las dos dimensiones en una tridimensión bicromática casi holográfica. Pero más en su significado.
La mujer frente a sí misma y frente al hombre, la naturaleza cultivada y calmosa, pero mecida por la brisa y el molino como símbolo de la transformación; son los temas de esta exposición, producto de una fotógrafa que domina la técnica y la utiliza para decir exactamente lo que desea.
En el universo madrileño de la fotografía expuesta hemos visto como si todo valiera, simplemente porque el hecho de que se sea capaz de exponer, le vale al artista como patente de corso y al espectador como justificación de su categoría de artista.
Esta magnífica exposición de fotopintura nos alivia de la angustia de las recientes exposiciones vistas y criticadas, donde sonrientes autores dejaban ver sus dientes de oro pérfidos, cual mercachifles de bazar, deseando apuñalar nuestros bolsillos y credulidades.
Y es que, parafraseando a A. Kaurismäki, “La necesidad de comer no da derecho a prostituir el arte”.
Zenobita, Madrid.
Dónde:
En el restaurante “Vía Appia”
c/ Unión 10, Madrid (entrada por c/ Vergara, frente al Teatro Real)
Metro: Ópera
Inauguración con cóctel: el miércoles 13 de junio a las 20:00
Enlaces:
Christine Rendina
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