Las principales actividades del sector primario en España tienen una grave problemática derivada de su desatención, desidia, mala gestión o simple incapacidad para resolver las dificultades y llegar a ser rentables.
Como su desarrollo se considera una característica de los países subdesarrollados en Europa, también en España, no deben de haberse fijado en EE.UU. que produce de casi todo.
Aquí consideraremos la minería como sector primario y empezamos mal, pues la minería del carbón está atacada por la obsolescencia de su producto, lastrada por sus restos contaminantes y maldita por las subvenciones que se le otorgan.
El petróleo es anecdótico, aunque en Canarias se han localizado yacimientos y el Gobierno Canario "no deja" que se exploten esos recursos. Tal vez esperan que lo haga Marruecos para afeárselo luego.
Ya en Guinea Ecuatorial se perdió la partida del petróleo. Como en el Sahara Occidental los fosfatos de Bucraá.
En agricultura, yo no hago más que comprar insípidas bananas francesas porque no encuentro plátanos. Los tomates saben a plástico, las legumbres provienen de Canadá o Méjico, las patatas y cebollas son incomestibles y vienen de Francia o Alemania, ... para qué seguir, sobre todo después del palo dado por los alemanes a los pepinos españoles, según ellos -y falsariamente- causantes de varias muertes en Alemania y que fue la antesala del acoso por parte de este país a la economía española. Casualidad en la que no suelo creer.
En la ganadería nos libramos por los pelos del caso de las vacas locas, pero nos metieron en el mismo cajón y ahora no hay quien consiga chuletas con hueso. Invadidos están también los mercados de corderos rumanos.
La silvicultura sigue con el monocultivo del pino, que desde el bachillerato aprendimos que los monocultivos (café, tabaco, ...) llevan a la pobreza por si las plagas. Nuestros pinos se queman, abandonados los rastrojos e invadidos los montes de autóctonos y foráneos con barbacoas en las manos.
Ya nos jodieron las importaciones holandesas de madera con la grafiosis, que nos dejó sin el legado cultural de las olmas de los pueblos castellanos.
Y cuando se va a buscar setas, uno se encuentra con cuadrillas de rumanos esquilmando, depredando los montes y luego vendiendo a restaurantes españoles las setas, muchas de las cuáles resultan venenosas por la falta de escrúpulos y/o desconocimiento de los recolectores, que no aman a esta tierra, a tenor del pateo de ejemplares "inservibles" que practican.
En los ríos y pantanos me cuentan lo mismo, aunque los naturales aún son culpables mayoritarios, pues por su ignorancia y apetencias pesqueras, sueltan cangrejos rojos, lucios, percas sol, black basses y toda una serie de depredadores como tortugas de Florida que han convertido nuestros ríos en un mapamundi o mejor en un zoo desordenado.
En el mar, gracias a los desgraciados y mal gestionados acuerdos entre la EU y Marruecos, a la primera de las cuáles les importa tres cojones la pesca en España y a la segunda tú me dirás, la flota pesquera española está en crisis y hay que comprar fuera. También los atuneros asiáticos operan buscando atún rojo como locos por el sur de España.
La apicultura, con la llegada de la miel china y la contaminación asiática de nuestras abejitas por el parásito nosema, padeciendo la enfermedad el 75%, está tocada de muerte.
La caza, si se tiene en cuenta la neumonía hemorrágica vírica del conejo, la extinción del bucardo en un parque nacional gestionado por Cataluña, el declive del lince en otro gestionado por el Estado, la extinción del oso pardo en el Pirineo, los permisos de caza de lobo en Castilla y León, el uso de plomo para perdigones, ... etc. no creo que haya que comentar más.
En resumen, los sectores primarios generadores de riqueza y susceptibles de ser transformados y comercializados están siendo maltratados y pateados como nunca antes, ni siquiera durante el desarrollismo franquista. Hoy hay más ansias de dinero y menos moralidad y los movimientos de personas y especies llevarán a la extinción a muchas autóctonas, esperemos que el español sapiens no desaparezca también.