Puesto de artesanía |
Mercadillo de Navidad
en Majadahonda
Este 28 de diciembre se celebró el último mercadillo de
Navidad de 2013 en la terraza del Restaurante Goa de Majadahonda (Madrid).
Acudimos buscando con desesperación algún mercadillo que nos
hiciera sentirnos como que estábamos en Navidad, ya que en Madrid esto resulta harto
difícil, no sólo por la escasa tradición en mercados de Navidad que hay en
España, sino por la alergia paleta que tienen los dirigentes políticos de esa
comunidad autónoma -y de otras- a celebrar como se debe una festividad que es religiosa
sí, pero también una tradición entrañable y maravillosa de nuestra cultura
occidental.
La Navidad es cosa de Europa
La terraza del restaurante Goa, sede del mercadillo. Majadahonda |
El laicismo militante y los complejos de inferioridad han
hecho mella en los politicuchos más tontorrones y nos han inundado las calles
de luces muy mariconas y sin simbología alguna que recuerde qué es lo que se
celebra, tal vez para no molestar a los musulmanes y a los madrileños
iconoclastas, una secta destructiva sin propuestas más allá de no dejar títere
con cabeza, y que acabará con costarles la suya propia por enfermedad incurable
autolítica.
Como sabemos, la celebración de la Navidad en España es
culpa de El Corte Inglés, y una vez limitada su influencia en la sociedad
urbana nacional, nadie ha querido recoger su herencia. Ni empresas ni
instituciones dedican más interés en la Navidad que poner la consabida cartelería
capulla en inglés en los comercios,
pistas de hielo para que patine su tía y mantener un horroroso, casposo y
mugriento mercado de baratijas de plástico repetidas hasta la picazón en la Plaza Mayor de
Madrid.
Mercadillo de Navidad de Majadahonda |
Las plazas de Jacinto Benavente y Santo Domingo tienen unos
discretos mercadillos que ofrecen siempre lo mismo, con poca artesanía de
verdad, donde no se puede comer ni beber, a no ser pipas o pasteles árabes.
En la Plaza de España hay un excelente mercado de artesanía,
repleto de tiendas con oferta de mucha calidad y muy variada, pero no es un mercadillo
de Navidad, porque lo navideño no asoma
por ninguna de sus costuras.
Así, y mientras acomplejados y envidiosos defienden la
Navidad no-navidad y otros no atisban más de allá de sus narices provincianas,
nosotros fuimos en busca de algo que se pareciese, aunque fuera de lejos, a los
mercados de Alemania, de Tallin, de Cracovia o siquiera del sur de Finlandia, qué
menos …
Después de un exhaustivo mapeo en herramientas varias, todas
inútiles para localizar con precisión, dimos con este mercadillo oculto de
Majadahonda en Google.
A la primera y por casualidad encontramos la Avenida de
España y la calle Doctor Calero. La pobre señalización es una seña de identidad
en Majadahonda y la suerte un aliado.
Más difícil fue localizar el número 14 de esa avenida, pues
el edificio del esquinazo pertenece a Doctor Calero … y nadie parecía conocer
el restaurante Goa y menos aún el susodicho mercadillo.
Decepcionados y pensando haber sido víctimas de un complot en
la Red del 28 de diciembre, nos metimos en la cervecería La Antigua. Sin darme
por vencido y con un gran mosqueo con la “visión” de ediles y comerciantes, pregunté
al camarero. Y sí, existía el Goa, viva.
Estaba tan al lado, tan cerca y tan poco publicitado que se
pensaría que era sólo para nativos y residentes en la misma manzana. Muy
exclusivo, en efecto.
Por fin en el mercadillo
Entrada al mercadillo de Navidad |
Se encuentra bajando Doctor Calero, desde la Gran Vía, hasta su confluencia con la Avenida de España. Y es a la izquierda, junto a un asador, a unos 50 metros.
El mercadillo no me decepcionó. Allí estaba, pletórico de
luces, oliendo a Navidad, con tenderos encogidos por el frío y unos cuantos
puestos de artesanía de aceptable calidad.
También las baratijas lucían espléndidas y los tenderos
amables, tanto que hasta repartieron sus pasteles sobrantes antes de marcharse
con una amplia sonrisa.
El retraso en encontrarlo (unas dos horas desde que salimos
de Madrid) impidió que asistiéramos al concierto de góspel programado, pero no que nos tomáramos las escurrajas de lo que quedaba de vino caliente y
compráramos unos pastelitos de carne y calabacín libaneses que daban un toque
exótico al mercadillo, a falta de viandas más autóctonas, porque claro, la
gastronomía española no se molestó.
Mercadillo de Majadahonda |
La amabilidad de un camarero del Goa nos invitó a entrar en
su restaurante, hoy reconvertido en un salón de gin tonics decorado con rodajas
de troncos y con una chimenea central muy cálida.
Hoy sí experimenté un verdadero mercadillo de Navidad en el
centro de España. Felicidades a los promotores.
La próxima cita será probablemente el 4 de enero de 2014. Me gustaría que hubiera más dulces de Navidad, más bebidas
calientes, más música navideña de ambiente … y mejor mercadotecnia.
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