martes, 14 de junio de 2016

Jornada de primavera en los ríos Pirón y Viejo

Peñasrrubias de Pirón, 05/06/16
Las excursiones al campo gratis con grupos organizados son una excelente manera de conocer sitios nuevos con un nivel de amplitud que nos costaría mucho tiempo adquirir por nosotros mismos.

Tienen, sin embargo, el inconveniente de que no eliges a la gente con la que vas, que muchos admiten niños y perros, que hay personas de distinta edad y capacidad física, y que pueden llegar a ser multitudinarias, por lo que ver algo más que plantas o geología se torna complicado.

Si te gustan las aves o hacer un herbario, mejor en solitario o con alguien muy de confianza.

Ruta del río Pirón
El asosiacionismo espontáneo, biempensante y no lucrativo es, en este caso, un exponente excelso de servicio desinteresado a los demás, que si bien obedece a unas necesidades de autorrealización de sus promotores, presenta la magnitud grandiosa de los ecosistemas y paisajes españoles a los españoles mismos, que muchas veces ignoran lo afortunados que son de vivir sobre esta diversa y arrugada piel de toro.

Lo de los niños y los perros habrá indignado a alguien a estas alturas de lectura, pero teniendo en cuenta que los niños son mis seres vivos favoritos y los perros no dejan de ser animales, se me disculpará la licencia.

Bifurcación hacia el soto de encinas
El caso es que ir con niños implica una responsabilidad añadida, y no siempre los padres están pendientes a cada paso de ellos, por lo que algunos adultos nos vemos en la obligación de echarles un ojo, no sea que se pierdan, se deslicen por el borde de una torca o un molino en ruinas o den con su coxis en las peñas de una ladera empinada.

Lo de los perritos es otro cantar, pues las ganas de tenerlos sueltos implica molestias a la fauna, egestión, difusión de semillas y parásitos que lleven en su pelaje y molestias reiteradas a quienes no llevamos perro y no nos gusta soportar que un animal mojado se te restriegue por los pantalones o se sacuda el agua con violencia mientras sostienes el objetivo de tu compacta ultra cara sin la tapa puesta.

Fuente de Covatillas
Evidentemente es el responsable del grupo el que decide lo de perros sí o perros no. Pero no por ello es menos cierto que estar junto a un remanso del río repleto de ranúnculos en flor y del croar de las ranas y ver caer con estruendo un can, es más bien el apocalipsis del idilio con la Naturaleza.

Siento decir que muchos dueños de perros no son conscientes de las molestias que provocan a otras personas con su afición, o sí lo son, pero les importa tres narices, porque la alegría de sus animalitos es nuestra desdicha.

Hoy en día, la combinación más explosiva en parques y zonas naturales es adolescentes con perros y que fumen. Y si además les interesa el laterío, la bomba atómica va con metralla. Afortunadamente no fue más que el perro lo que llegó al río.


Ranúnculos en el río Pirón
La excursión

La ruta que voy a describir la promovió un excelente y simpático tipo, muy querido por los excursionistas que nos aprovechamos de su cariño y trabajo con el medio. Dirigir un grupo de excursionistas implica mucho conocimiento, mucha dedicación y bastantes dotes del sentido de la responsabilidad.

La acertada mezcla de personas animosas saliendo de campo a preciosos lugares de nuestra geografía a un interés del 0% se cumplió en nuestra excursión a los ríos Pirón y Viejo.

Llanura de inundación del río Pirón
Estos bellos y pequeños ríos segovianos discurren por parajes acantilados, muy parecidos a los del río Duratón en las inmediaciones de Sepúlveda, donde empiezan las famosas Hoces.

Existe, como en dicha zona, una profusión de cuevas que han inspirado a religiosos y anacoretas, y que hoy sirven para disfrute de los aficionados a la espeleología. También alguna empresa que otra organiza salidas para esta actividad y un discreto ocio de escalada en roca.

Vamos a contemplar un paisaje de gran calidad vegetal que nos dará una acertada idea de los que eran las hoces del Duratón hasta la construcción del Embalse de Burgomillodo (1929).


Hacia la ermita de Santiaguito
Empezamos

La excursión sale desde Peñarrubias, entre amapolas, y se sigue el curso del río Pirón dejándolo a mano izquierda. Vamos hacia la fuente de Covatillas tomando la bifurcación de la derecha por un camino de encinas, quejigos, sabinas, negrillos, chopos negros y fresnos.

Con sus 7 caños y su escudo viejo, es lo más atractivo del caserío abandonado que la alberga. Más cerca que lejos está la ermita de Santiaguito, ya en el dominio de las escarpaduras y de las sabinas.

La vista es magnífica en las solitudes del llano y la piedra quebradiza y cárstica, horadada por un pájaro carpintero gigante.


Terrazas y llanura aluvial del río Pirón
Enfrente de la ermita se encuentra la cueva de la Vaquera, con su enorme saúco en la entrada. Llegamos hasta ella atravesando dos corrientes de agua en las que debemos descalzarnos por la profundidad, más o menos una cuarta por debajo de la rodilla.

Dentro no hay nada, tan sólo una sala amplia que lleva a un pasillo con un suelo arenoso que se embarra con facilidad y zonas resbaladizas. En alguna zona es necesario poner rodilla en tierra para avanzar, y no se aconseja llevar mochila pequeña ni colgaduras, ni alumbrarnos con el móvil, porque nos molestarán.  Un frontal será de obligado uso para tener las dos manos libres. Pudimos avanzar hasta unos cien metros y llegar hasta un engrosamiento lleno de agua.

Salida de la cueva de la Vaquera hacia el Pirón
El ambiente es denso y fragante cuando el sol comienza a calentar. 

Miríadas de flores de tomillo salsero, penachos de espliego, matas de hinojo, escaramujo, espinos albares, y la omnipresencia de la viejas sabinas albares.

Saúcos floridos de buen porte denotan mucha humedad, que contrasta con la extrema aridez de 30 metros más arriba, un compendio altitudinal excelso.

Jamás vi tal profusión de aromáticas, abigarradas entre cada piedra de las laderas suaves de derrubio; tampoco un bosque galería tan completo y exento de alóctonas, en el que prosperan fresnos, sauces, chopos negros, avellanos, olmos, pero no pude ver alisos.



Torca en la terraza del río Viejo
La torca

Volviendo a mirar hacia Peñasrrubias, nos adentramos en el río Viejo, para llegar hasta la Cueva de la Mora, con el Sepulcro del Niño Moro excavado en la roca. Aunque no sabemos la datación de la excavación, en España llamábamos a cada evento geográfico desconocido con el adjetivo “moro” para denotar antigüedad y lejanía cultural, refiriéndonos a la noche de los tiempos.

A la derecha de ésta está La Torca, un gran agujero producido por el derrumbamiento del techo de una cueva. Se trata de lo que se conoce como dolina de hundimiento. Con una profundidad de al menos 10 metros,  en su fondo hay un gran saúco y una pequeña higuera. Puede verse un acúmulo de huesos blanqueados por el sol.

Casa y huerto de Máximo
En una ladera cercana, y tope de nuestra progresión, aparece La Casa de Máximo, una solitaria vivienda ocupada únicamente por su propietario, que se mudó a estos lares en los años 50 del siglo XX.

Aquí edificó su casa en la roca, construyó bancales y plantó árboles para crearse un pequeño paraíso. No le envidiamos por la dureza del clima y la falta de feracidad de esas superficies inclinadas cuasi peladas, ferocísimas rampas expuestas a la solana en el tórrido verano y al viento gélido e inmisericorde de los inviernos.

De vuelta, por un camino florido de espliegos impertinentes como indios emplumados, nos adentramos en la espesura hasta el caserío de Covatillas, con sus dignas ruinas y hasta el Molino de Covatillas.

Espliego, cantueso o lavanda
Allí aparecen los escombros de algo que serviría para atraer a curiosos de la arquitectura e ingeniería del siglo XIX. En sus alrededores, las hiedras devoran los árboles altos del soto junto al río.

Desandando los pasos, vamos hasta el puente, bajo cuyos arcos remojamos nuestros recalentados pies y nos enjuagamos los sudores. Algunos incluso ensayaron un chapuzón en sus frías y poco profundas aguas veteadas de algas verdes, mecidas por la corriente de este río ibérico que fluye desde antes que la sangre del hombre.


Enlaces



Análisis cerámico de la Cueva de la Vaquera


Amapolas cerca de Peñasrrubias



Apéndice 1 - especies vegetales

En la preparación de este artículo he leído en algún lugar que la ruta de los ríos Pirón y Viejo es un compendio de la flora de Segovia, y casi es así. Pues a excepción del pino silvestre, el tejo y el roble melojo, están representados todos los árboles principales de la provincia. Eché de menos algún aliso y los álamos blancos, pero a buen seguro que existen.

Aún no tratándose de una excursión botánica y no disponiendo de tiempo para la recolección o tan siquiera el análisis de las especies in situ, se pudieron identificar las siguientes:


Arbustos

  • Espino albar (Crataegus monogyna)
  • Rosal silvestre (Rosa canina)
  • Zarzamora (Rubus ulmifolius)
  • Endrino (Prunus spinosa)
  • Jara (Cistus x cyprius) híbrido de C. ladanifer y C. laurifolius
  • Tomillo salsero (Thymus zygis)
  • Cantueso (Lavandula stoechas pedunculata)
  • Gordolobo (Verbascum spp.)
  • Hinojo (Foeniculum vulgare)
  • Amapola (Papaver rhoeas)
  • Ranúnculo (Ranunculus spp.)
  • Hiedra (Hedera helix)


Árboles

  • Olmo común (Ulmus minor)
  • Álamo negro (Populus nigra)
  • Encina (Quercus ilex ballota)
  • Quejigo (Quercus faginea)
  • Sauce (Salix spp.)
  • Fresno (Fraxinus angustifolia)
  • Sabina albar (Juniperus thurifera)
  • Avellano (Corylus avellana)
  • Enebro (Juniperus communis)
  • Saúco (Sambucus nigra)
  • Higuera (Ficus carica)

Líquenes

  • Evernia (Evernia prunastri) 


Para una revisión de las nuevas especies arbóreas presentes en la provincia de Segovia, ver el siguiente artículo:

Seis especies de árboles hasta ahora no citadas en la provincia
(Abedul, alcornoque, piruétano, roble carballo, roble orocantábrico y el sauce de montaña).


Apéndice 2 - textos
Textos tomados de los carteles informativos



Río Pirón, junio 2016
Valle del río Pirón

En el alto de Guadarrama, superando los 2100 m. de altitud, nace el río Pirón. En la Fuente del Mojón surgen las primeras aguas de este río de leyenda. Comienza su recorrido por valles y escarpes tapizados de pino de Valsaín, que será sustituido por el roble melojo a medida que desciende en altitud. La virulencia de sus aguas se amansa cuando llega a estas praderas flanqueadas por paredones calcáreas. Su caudal es estacional, aunque varias fuentes, como Fuentedura o Covatillas, le rinden sus aguas dándole aliento para continuar su viaje. Tras cruzar la campiña segoviana desemboca en el río Cega, ya en la provincia de Valladolid. Junto al río, formando parte del paisaje, viaja el “Tuerto Pirón”. La leyenda de este bandolero inunda de misterio todos los rincones de este valle y sus pueblos más cercanos.



Cueva de la Vaquera
Cueva de la Vaquera

Se encuentra en el término municipal de Losana de Pirón. El proceso cárstico unido a la circulación subterránea del agua han originado esta gruta espectacular. Está formada por tres galerías de un kilómetro aproximado de extensión. Aunque en su inicio estaban inundadas, el descenso del nivel freático las fue desecando. En la actualidad el agua tan sólo circula por la galería inferior. El manantial de
Mapa de la ruta
Fuente: Internet
Fuentedura, junto a la cueva, es la salida natural de éstas aguas transparentes que emergen claras, frescas e impolutas. En la cueva de la Vaquera, además de restos de hogares en los que se hacía fuego, se han localizado en su interior fragmentos cerámicos de botellas globulares, vasos de paredes rectas y cuencos semiesféricos. También se han hallado cuchillos y otros útiles líticos, así como punzones de hueso. Los estudios que se llevaron a cabo a finales de los años 80 fecharon estos materiales en la etapa final del Neolítico




Ermita de Santiaguito
La ermita de Santiaguito


En la ladera caliza, sobre el valle del Pirón, se abre una gran solapa rocosa cerrada por un tosco muro de piedra que delimita la ermita de Santiago o Santiaguito, como le llaman familiarmente los vecinos de los pueblos de la zona. Tanto la devoción como la propia ermita se remontan en su origen a la repoblación medieval de estas tierras. La austeridad y la sencillez remarcan la fuerza espiritual del lugar.


Cada 25 de julio se celebra la romería veraniega en honor al santo. La imagen es subida a hombros desde el río y la liturgia conserva con pureza su esencia religiosa.

Los fieles devotos se reúnen procedentes de los distintos pueblos del valle. Finalizada la misa y besada la imagen, se reúnen junto al río para bailar jotas y dar cuenta de una comida ya tradicional y disfrutar de la diversión.




Misa en la ermita de Santiaguito
Fuente: postes informativos


Interior de la ermita el 05/06/16



Puente de Covatillas
Puente y fuente de Covatillas

Aguas vivas, claras y frescas deslizándose por el cauce de este río mágico lleno de sorpresas. A pocos metros de aquí, valle arriba, se encuentra la fuente de Covatillas, un rincón de ensueño. Un gran manantial surge desde las entrañas de la roca y desciende entre avellanos y nogales hasta la fuente. Todavía se pueden distinguir las cabezas de los leones esculpidas en el azud y el escudo nobiliario de los Marqueses de Covatillas.

Al otro lado del río, escondido entre las encinas, se encuentra el caserío de las Covatillas. Uniendo ambos márgenes este magnífico puente que data del siglo XVI. Su construcción se relaciona con el antiguo camino real que unía Turégano con la ciudad de Segovia. Entre sus usos se encuentra el de contadero de ganado aprovechando la estrechez de paso de la zona central y más elevada.



Perfil de la ruta
Fuente: Internet







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