Pico Ocejón, en la Sierra de Ayllón desde las proximidades de La Vereda |
y política de La Vereda
La Sierra de Ayllón es una de las regiones montañosas con el índice demográfico más bajo de la Unión Europea.
La localidad de La Vereda se encuentra en las estribaciones de esta sierra, Comarca de la Serranía, subcomarca de Tierra de Colmenar-Montesclaros, una zona aún más despoblada por la expropiación de tierras a la que fue sometida para construir un pantano y repoblar forestalmente.
La localidad de La Vereda se encuentra en las estribaciones de esta sierra, Comarca de la Serranía, subcomarca de Tierra de Colmenar-Montesclaros, una zona aún más despoblada por la expropiación de tierras a la que fue sometida para construir un pantano y repoblar forestalmente.
Barranco de pizarra y pinos |
De todos estos pinares, sólo se consideran autóctonos los pinares de pino albar (P. sylvestris) de la Sierra de Alto Rey.
La Vereda es una aldea semiabandonada de los Pueblos Negros situada a 1080 m. de altitud y rodeada de bosques de pinos. En el censo de 2009 contaba con 4 habitantes y ahora está en proceso de reconstrucción y repoblación.
Actualmente pertenece al municipio de Campillo de Ranas. E históricamente formaba parte del Concejo de El Vado, que estaba constituido por las aldeas de La Vereda, Matallana y la propia localidad de El Vado.
Éste sería evacuado en 1954 para ejecutar el llenado del embalse de su mismo nombre y desaparece como entidad.
Iglesia-ermita de La Vereda dedicada a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción |
En 1972 el municipio de La Vereda pasó a depender del Ayuntamiento de Campillo de Ranas, al ejecutarse la expropiación forzosa de la mayor parte de su territorio por parte del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), siendo desde 1983 propiedad del gobierno regional de Castilla-La Mancha.
El objetivo no era otro que poder repoblar con coníferas las partes altas de la sierra para evitar la erosión y la colmatación del vaso del embalse por los productos de la escorrentía.
La zona fue habitada desde los tiempos paleolíticos, existiendo yacimientos en diversas cuevas de Matallana y La Vereda.
Con la llegada violenta de los musulmanes en el siglo VIII, queda prácticamente despoblada por la huida hacia el norte, iniciándose una repoblación con colonos bereberes de ocupaciones pastoriles, que se asienta en estas tierras improductivas para la agricultura junto con la escasa población hispano visigoda restante.
En el siglo XI, Alfonso VI la reconquista para Castilla, iniciándose el periodo repoblador cristiano formado fundamentalmente por leoneses, castellanos, gallegos y asturianos.
Hacia 1759 aumenta rápidamente la población y se amplía y mejora la antigua ermita de La Vereda, de la cual hay constancia desde 1544 -dedicada antaño a San Bartolomé- y se bendice para poder celebrar los Sacramentos.
El Río Jarama embalsado |
Después de la guerra, se proyecta el embalse de El Vado para abastecer de agua a Madrid, lo que supone el golpe definitivo para la desaparición de los núcleos poblados.
El anegamiento por las aguas embalsadas del río Jarama provocó el corte de la carretera que comunicaba a través de la Cañada Real los núcleos de La Vereda y Matallana con el exterior.
En 1950 se inicia también por parte de ICONA la repoblación forestal de la finca Montesclaros.
Así, sin accesos asfaltados y dedicados casi en exclusiva a la ganadería de subsistencia, interferida por la repoblación con pinos, la emigración aumenta en la década de los años 60.
Finalmente, en 1972, se produce la expropiación forzosa de todo el término municipal de La Vereda, Matallana y El Vado, ante la declaración de utilidad pública por los trabajos de repoblación forestal que se realizan.
La recuperación de los pueblos negros de la comarca
Corre el año 1976, con cambio de régimen político, cuando un grupo de arquitectos de Guadalajara y Madrid, evitan que ICONA derribe todos los edificios de La Vereda y Matallana para proseguir con la reforestación; de este modo se logra preservar la integridad de estos pueblos.
Es entonces cuando comienza un movimiento social interesado en recuperar las viviendas de sus padres, y se inicia la reconstrucción de las casas deterioradas por el abandono. Muros, tejados, calles e interiores van recobrando el aspecto que tenían cuando la ocupación humana del pueblo lo mantenía vivo.
Una vez que finalizan las obras de la primera fase de restauración de la iglesia, que promueve el Obispado de Sigüenza-Guadalajara y patrocina la Diputación de Guadalajara y la Asociación Cultural Hijos de La Vereda, la Iglesia-Ermita de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción se reabre al culto el 24 de junio de 2007. Actualmente es el único edificio social representativo de La Vereda.
La arquitectura de La Vereda
La rehabilitación de La Vereda es continua |
La recuperación de los pueblos negros de la comarca
Corre el año 1976, con cambio de régimen político, cuando un grupo de arquitectos de Guadalajara y Madrid, evitan que ICONA derribe todos los edificios de La Vereda y Matallana para proseguir con la reforestación; de este modo se logra preservar la integridad de estos pueblos.
Es entonces cuando comienza un movimiento social interesado en recuperar las viviendas de sus padres, y se inicia la reconstrucción de las casas deterioradas por el abandono. Muros, tejados, calles e interiores van recobrando el aspecto que tenían cuando la ocupación humana del pueblo lo mantenía vivo.
Restauración de muros |
Ventana en La Vereda |
La primera impresión que se tiene al conocer un pueblo negro es sobrecogimiento. El mimetismo con el entorno es tal, que podemos decir que parecen cuevas aéreas. Su integración con el medio es absoluta.
Sus tejados y perfiles bajos son producto del material con el que se construyen: lajas de quebradiza pizarra oscura, que no permite estructuras sólidas para construir más de dos pisos con seguridad.
Las vigas, dinteles y jambas son fundamentalmente de madera de roble y encina y no existen los arcos ni las bóvedas estructurales. Tampoco es nada fácil excavar sótanos en un suelo tan duro como el clima que soportan.
En el exterior de las viviendas se pueden encontrar pequeños corrales, normalmente enlosados. En las casas sólo destacan las grandes chimeneas y los hornos semicirculares, con los dinteles de las puertas y ventanas realizados con un madero horizontal.
Chimenea en La Vereda |
Los accesos de las viviendas tienen pequeños tejadillos. Dichos tejadillos se solían encalar, al igual que el exterior de las puertas y ventanas y todo el interior de la vivienda, con el doble objeto de evitar los insectos y por su propio enlucido.
Una de las características de la arquitectura de La Vereda es la utilización de cantos rodados entre la mampostería de pizarra, que son utilizados para remarcar las plantas de la vivienda mediante alineaciones, para reflejar iniciales de los autores o recreando cruces protectoras del hogar.
Es paradójico pensar que si no se hubiera construido el embalse y no hubieran quedado aislados estos pueblos, la carretera habría llevado hasta ellos el deleznable cemento y la teja de barro, las antenas de televisión y también el agua corriente y la electricidad ...
Muchos pueblos españoles del interior sólo conocieron todas esas comodidades a partir de los años 60 del siglo XX, sin haber pasado por estados intermedios. El destino que le tenían reservado los agentes del gobierno a La Vereda pasaba por su destrucción, no por invertir una sola peseta en ellos.
Sólo el tesón, el sentido estético y el amor a los antepasados ha rescatado desde el túnel del tiempo ese maravilloso deleite para los sentidos y esta manera de vivir ancestral de levantarse con el sol y acostarse cuando se pone, plegándose a los ciclos biológicos y al tiempo, en sintonía con la Naturaleza extremada de estas inhóspitas sierras
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El Arroyo de Vallosera y el Barranco de Roblemarina
Buitre leonado despegando de un cantil fluvial del Río Jarama |
Se traduce su nombre como "valle de los osos", seguramente por la presencia de los mismos en aquella época y también presentes antiguamente en los cercanos montes de Madrid.
En todo su cauce discurre encajonado entre formaciones pizarrosas muy abruptas, tales como el recorvo de las Pilas de las Covachas o la Pozalloso, en el término de La Vereda, y la Peña Bandoria, ya junto al cerro donde se sitúa la iglesia de Santa María del Vado y donde desemboca, en el embalse de El Vado.
Meandro del Río Jarama |
El Pilón es una gran poza en el Barranco de Roblemarina, con poyetes tallados en el lateral y agua templada en invierno, que servía a las mujeres de lavadero. Hoy está cubierta por la maleza y el cieno.
Tal vez el nombre del barranco tenga que ver con las talas de grandes robles destinados a la construcción de los buques de guerra, en los tiempos en los que los concejos colaboraban forzosamente con el sostenimiento de la Armada Real, si bien se preferían los robledales litorales para estos menesteres por la facilidad de transporte de los troncos.
El Vado, el pueblo engullido por las aguas
Restos de la iglesia de El Vado |
También el cementerio del pueblo quedó emergido. El resto de la localidad serrana sucumbió al irregular nivel de las aguas del Río Jarama.
La parroquia fue trasladada por ese motivo a la ermita de San Juan en Matallana.
Fotos: El Zenobita
Enlaces
La Vereda en Wikipedia
Pueblos deshabitados de España, La Vereda
Asociación Cultural La Vereda
El pueblo abandonado de La Vereda en Guadalajara
Ruta de senderismo La Vereda - El Vado
Blog de La Vereda, Matallana y El Vado
Un paseo por La Vereda
Asociación Cultural La Vereda / características del medio físico
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