lunes, 25 de diciembre de 2017

El declive de la Navidad en Madrid

Plaza Syntagma, Atenas, Grecia
Árbol de Navidad incendiado por manifestantes
09/12/2008 http://news.bbc.co.uk
Recordar … es un bonito verbo …

Este conjugador reconoce la forma pronominal “recordarse” y la negativa en infinitivo “no recordar” como parte de su memoria a largo plazo, la fijada en las proteínas.

No es que con la llegada de esta Navidad rememore u olvide selectivamente navidades anteriores, cuando no faltaban aún muchos seres queridos, o que el abrumador balance a favor de la memoria a largo plazo sepulte la inmediatez de mis percepciones. Es sólo que me recuerdo en las iglesias del norte de Alemania escuchando absorto conciertos de Navidad, en un mercadillo de Cracovia y en Montmartre bebiendo vino caliente, en los belenes de las plazas y escaparates de ciudades españolas … y no recuerdo Navidad parecida en las calles de Madrid.


Belén en Boadilla del Monte
Ultraje a las creencias
Entre la intencionalidad y la desidia

La Navidad parece interior en España, pues los ayuntamientos nunca le han dedicado demasiado dinero; se hace en familia y no trasciende en las calles, más que porque un ayuntamiento decida poner luces o belenes grotescos de tamaño natural, que el vandalismo juvenil acaba descabezando o poniendo en posturas procaces. Pero no es más que una cultura impuesta recientemente por los consistorios de manera mimética, porque en España no se vive la Navidad de puertas afuera.

Ese interiorismo navideño se queda en el domicilio en forma de reunión familiar obligada atávicamente, pues no hay tampoco Navidad interior: la Navidad de la humildad y el recogimiento.

La actitud mental navideña tiene que ver con el clima: el frío de las calles se combate en casa con una confortable calefacción, con alfombras, con comidas y bebidas calientes … y en la España del buen clima, dados a la juerga y los amigos, preferimos echarnos a la calle, acumular alegría y hacernos los remolones para no colaborar en la cena de Nochebuena.

Fuente: Internet
No hay tiempo para que padres, hijos, hermanos y abuelos hablen. Y si lo hacen, es para discutir por escaquearse o por diatribas políticas como el movimiento secesionista catalán o la "felicitación" navideña de Izquierda Unida con un árbol ardiendo.

Las madres, grandes sufridoras de la Navidad,  acaban convirtiendo Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y Reyes en un maratón de cazuelas y platos sin fregar, en un reproche continuo hacia los hijos y sus maridos, porque –no sin razón- y espoleadas por la política, reivindican con vehemencia que son explotadas por el "machismo", esa palabra mágica para describir que el marido no ayuda, que el niño no ayuda, que la niña no ayuda, que el Estado no ayuda, que el cambio climático no ayuda … y que ellas, por sí solas, no toman decisiones, lo que tampoco les ayuda.

Grzaniec, vino caliente en Cracovia
Fuente: www.trover.com
Algunas familias, abrumadas por el festival de fiestas durante estas Fiestas, han decidido mudar sus comidas a los restaurantes, un poco más caros, pero quizá más proclives a la conversación, donde las madres puedan hablar de sus problemas y no sean unas meras esclavas de la Navidad.

Esa situación de estrés, enfrentamiento y obligación, ha hecho que muchos aborrezcan la Navidad en familia. Se ha vuelto tan prosaica e incómoda, que el motivo original de celebración religiosa en concordia se ha olvidado casi por completo.

Los jóvenes exigen sus regalos con vehemencia y estar con sus amigos y los viejos se conforman con verlos a todos reunidos, a cualquier precio.


"Felicitación" navideña de IU Madrid 2017
Fuente: Twitter
Los enemigos de la Navidad

La Navidad como la hemos conocido tiene hoy muchas amenazas, especialmente en ciudades como Madrid. La Iglesia ha desaparecido de nuestras vidas: apenas organiza actos solidarios, apenas organiza actos musicales y apenas utiliza las iglesias como lugares sociales, habiendo quedado reducidas a magníficos edificios dedicados para leer unas escrituras una y otra vez, un par de veces al día durante 20 minutos mientras los escasísimos  y ancianos feligreses dan cabezadas esperando que se acabe la letanía.

Los cristianos de base se han entregado al consumismo, el estado alardea de laico y los ayuntamientos han liquidado las cruces y los símbolos cristianos de las calles para no "ofender" a los credos laico y musulmán, lamiendo a la vez la bota negra de las figuras en la sombra, de las cuáles son sus lacayos ejecutores.

Corporación actual del
Ayuntamiento de Madrid
En fechas recientes, las acertadas iniciativas de las corporaciones municipales del Partido Popular de poner en las plazas madrileñas mercadillos de Navidad y pistas de hielo para patinar -con visible laicismo, dicho sea de paso- se han transformado hoy en día en la reducción del número de casetas de Navidad, del número de mercadillos, de la variedad de productos ofrecidos -bisutería y regalos baratos- y de la desaparición completa de símbolos religiosos por parte de la corporación de la lideresa de Ahora Madrid, Manuela Carmena, una vieja jueza comunista.

Se diría que los madrileños han puesto el gobierno municipal en manos de Ahora Madrid para que se cargue la Navidad. Sin embargo el partido ganador de las últimas elecciones fue el PP. Y en un alarde de ingeniería social, Ahora Madrid y PSOE se unieron por su cuenta para conculcar la voluntad popular. ¿En qué parte de su programa decía que iban a pactar?


"Mercadillo" navideño en Madrid
Diciembre 2017
Los títeres proterroristas, los asaltos a capillas y los chistes racistas y ofensivos a las víctimas del terrorismo han salpicado a varios de los miembros de la amalgama que es Ahora Madrid, entre cuyas filas se encuentra Izquierda Unida de Madrid, otro conglomerado de ideologías bordeando la legalidad, pero enfangados en la obscenidad política, y que nos ha "felicitado" la Navidad con un árbol de Navidad ardiendo, una extraña y coincidente manera que recuerda a la "fortuita" antorcha en la que se convirtió el edificio Torre Espacio en la celebración de la consecución del Mundial de Baloncesto por la Selección Española

La iluminación de las calles madrileñas ha perdido su sentido religioso, y sus mercadillos de escasa estética se limitan a vender cosas de bazar, en el que ni por asomo hay mazapán, turrón o bebidas calientes, aunque sí dulces árabes ¡qué cojones! Véanse, si no, los contenedores blancos de la plaza de Ópera.

La Navidad es un estado mental y los responsables municipales de Madrid están hoy adorando a Baphomet y engordando sus cuentas bancarias.



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domingo, 10 de diciembre de 2017

Visita a una mina de carbón en Madrid


Vagoneta en la Mina Marcelo Jorissen
Madrid es una ciudad pletórica de museos, en algún lugar leí que más de 100, seguro. Pensemos en las colecciones de las universidades y en las de las asociaciones. Y en las que no están registradas. Realmente no creo que haya un catálogo exhaustivo, y seguro que tampoco nadie lo sabe con exactitud.

Pero si nos remitimos a los 39 que aparecen en la página del Ayuntamiento de Madrid me parecen pocos. Abundan las pinacotecas y los de objetos suntuarios, y se echan en falta más de las Iglesias y los de las instalaciones militares, sobre los que se ha extendido una pátina política que los ha querido sepultar.

Sólo he visitado 17 museos en Madrid de esa lista “oficial”, a parte del trasladado Museo del Ejército y de las salas de exposiciones de galerías, centros comerciales, empresas de seguros, de telefonía y de bancos, y hasta un cuarto de maravillas efímero.



Patio del museo, convertido en mercadillo
cada primer domingo de mes
Al Museo Geominero acudí ya hace años atraído por el mercado de minerales y fósiles del primer domingo de cada mes. Siempre los he coleccionado y he llegado a tener algunos ejemplares notables de recolección propia.

Pero lo que más me impactó no fueron sus cráneos madrileños de oso de las cavernas, ni la calavera recubierta de cobre, ni los espectaculares colores de las gemas iridiscentes, sino las vitrinas de un museo que conserva todo el aspecto de cómo debió de ser una colección científica de finales del siglo XIX.

Viéndolas, recordaba las maravillosas y polvorientas vitrinas del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, hoy destruido completamente por los ineptos responsables de la museística del estado español salidos de la Transición. 

Aquellas desaparecidas vitrinas me evocaron expediciones a sitios remotos y me animaron a establecer mi propio cuarto de las maravillas en casa siendo un adolescente. Y fue el germen de mi pasión por la ciencia y el coleccionismo científico.


Vitrinas con fósiles
La colección preexistente del Museo Geominero se trasladó al edificio de la calle Ríos Rosas en 1927 con asesoramiento de Primitivo Hernández, pero conservaba toda la esencia de ese coleccionismo erudito y viajero que me transportaba a sitios ignotos, en el espacio y el tiempo, a lecturas interminables a la luz de quinqués y bombillas titilantes.

La exhibición es muy educativa, si bien las vitrinas son demasiado altas para los niños, a los que no estaban destinadas. En el patio central se instala efímeramente el mercadillo de minerales con un bullicio de asombro continuo por los más curiosos.

Puedes comprar dientes de tiburón, esqueletos de equinodermos, huellas de algas, ámbar del Báltico, piritas cúbicas, aragonitos, cuarzos, pequeñas geodas, … Y cuando ya lo hayas visto todo, si es que te da tiempo, puedes acercarte a una mina de carbón en el mismísimo subsuelo del Instituto Geominero.




Mina Marcelo Jorissen
Entrada
La mina de carbón de Marcelo Jorissen

Se trata en realidad de una réplica ideada por el ingeniero M. Jorissen para servir de ejercicio didáctico a los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes y Energía, que por su alejamiento de los centros de extracción necesitaban familiarizarse con el entorno sin los costosos desplazamientos a las cuencas mineras del norte de España.

Por lo que cuesta una caña en Madrid puedes saber cómo es una mina de carbón por dentro. La entradas se sacan atravesando el patio y son grupos de aproximadamente 15 personas. La visita dura unos 30’, en la que una guía especializada –quizá alumna- explica los pormenores del curioso recinto.

Nuestra guía bajó en unhumedadesdas botas de ante, con las que tuvo que sortear raíles oxidados, charcos, humedades y tablones desencajados. Te proveen de un casco para que no te descalabres, y es realmente efectivo, al menos choqué con él contra el techo media docena de veces antes de acostumbrarme a ese angosto espacio de techos bajos.

Después, a la salida, me di un baño al sol tibio y resplandeciente del inverno, cerrando los ojos para asimilar mejor la visita y dando gracias a los hombres que con su esfuerzo continuado y su ingenio nos legaron sus conocimientos y espacios para disfrutar de nuestro tiempo libre aprendiendo.




Museo Geominero, patio


Museo Geominero, sala


Oso de Deninger


Interior de la mina


Martillo neumático


Estructura de la mina





Enlaces

Fotografías antiguas de museos

Historia del Museo Geominero de Madrid

Un cuarto de maravillas en Madrid

Mercadillo de minerales, fósiles y gemas

Museos de Madrid

Visitas guiadas a la mina Marcelo Jorissen

Una mina secreta bajo Ríos Rosas

El ingeniero Marcelo Jorissen









sábado, 9 de diciembre de 2017

La mujer y el monstruo, crítica de serie B

Creature from the Black Lagoon
El título español de esta obra maestra del cine de los años 50 -La mujer y el monstruo- se centra en el deseo sexual de una criatura monstruosa macho hacia una hermosa humana.

Ya vimos ese tema en El Fantasma de la Ópera (1916, 1925), Drácula (1931), King Kong (1933) y La Bella y la Bestia (1945): una especie de culto enfermizo a la belleza de la mujer, que es capaz de enamorar a hombres o bestias que nunca podrían competir con varones más atractivos, y que se esconden en cloacas, ataúdes, en selvas o solitarios castillos.

Esa forma de transliteración de los bajos instintos masculinos, concebida en épocas de represión sexual, dará paso en lo años 60 a sujetos menos brutales y más terrenales, como en El Coleccionista (1965) de William Wyler, una espeluznante película por su aterradora realidad, porque ya es un hombre convencional el secuestrador sexual.

Creature from the Black Lagoon (1954) es su título original y narra el descubrimiento de un monstruo anfibio prehistórico, que es un depredador celoso de su territorio, pero también celoso de los hombres que acompañan a una científica, interpretada por la bellísima Julie Adams. El monstruo primero ataca por territorialidad, aunque no es carnívoro, y también se defiende de los hombres que buscan atraparlo para estudiarlo y exhibirlo. Posteriormente se convierte en un depredador que mata para conseguir una hembra.


En la laguna, en medio de la selva
La crítica

El trasfondo científico, un escenario fluvial exótico y unos hombres apuestos que pugnan por el favor de una mujer bella son los ingredientes para dejarse atrapar por una película con personaje monstruoso, que aunque pueril es efectista, jugando con la fantasía de la violación por una bestia y con los asesinatos por celos de la mayor parte de los científicos.

Posteriormente pudimos ver como seguramente la película Tiburón (1975) y El Territorio de la Bestia (2007) se inspiraron en ella, dentro de lo que se conoce como monster movies. En la primera, un enorme tiburón blanco devora por la noche a una nadadora desnuda, en la segunda un cocodrilo marítimo lleva hasta su guarida a una monitora de turismo inconsciente.

La criatura ataca
El pase fue en la Filmoteca Nacional de Madrid, en un excelente visionado en blanco y negro. Julie Adams y su doble Ginger Stanley estaban espléndidas. Ginger también llegó a ser doble de la nadadora acrobática Esther Willians, por una perforación de tímpano de ésta.

Las ambiciones personales de los distintos personajes está muy bien trabajadas, excepto las del personaje femenino, que es un mero objeto de deseos.

La mujer y el monstruo es una película de acción, suspense y ciencia ficción, tradicionalmente considerada un ejemplo de película de terror de serie B. Sin embargo, la manera de empuñar las armas, la escenas de buceo y natación, y muchos excelentes planos nos hablan de una preparación exhaustiva y de una producción cuidada, alejada del cine de serie B excepto en la simpleza de la temática y la exhibición del monstruo, muy evidente y expuesto a la crítica de la verosimilitud, aunque muy conseguido para la época.




Julie Adams y la criatura
Sinopsis

Creature from the Black Lagoon (La mujer y el monstruo en España) fue dirigida por Jack Arnold en 1954 y producida por Universal Pictures. Los protagonistas son Julie Adams, Richard Carlson, Antonio Moreno y Richard Denning.

Una expedición paleontológica descubre en la Amazonia una mano fosilizada que data del periodo devónico, la que según el Dr. Carl Maia (Antonio Moreno) es evidencia de un espécimen intermedio entre las criaturas terrestres y marítimas. 

Tras el descubrimiento, Carl visita a su amigo David Reed (Richard Carlson), un ictiólogo que trabaja para un instituto de biología marina. Ambos convencen al patrocinador del instituto, Mark Williams (Richard Denning), para que financie una expedición al lugar donde fue encontrada la mano, con el fin de buscar el resto del cuerpo de la criatura.



Antonio Moreno en Creature from the Black Lagoon
Antonio Moreno, el Valentino español

Como curiosidad diremos que contó con la participación del actor español Antonio Moreno, todo un galán en años anteriores, pero ya en franco declive profesional. Antonio Moreno nació en Madrid en 1887, aunque su infancia transcurrió en Campamento, San Roque. Hijo de militar, quedó huérfano muy pequeño.

Por razones económicas emigraría con su madre a Estados Unidos a la edad de quince años. Una vez en Estados Unidos, trabajó en una compañía de gas y electricidad, sin manifestar ningún interés por el cine. En 1910 regresa temporalmente a España donde conoce a la actriz de cine mudo Helen Ware, quien lo convence para probar suerte como actor de teatro; al principio sólo en papeles secundarios a causa de su acento español.

Debutaría poco después en el cine mudo, y en 1913 firmaría un contrato con Vitagraph que lo convertiría en uno de los actores más cotizados del cine mudo y, junto a Rodolfo Valentino, uno de los llamados 'Latin lovers'.

Helen Ware
Uno de sus mayores éxitos fue la película Ello (It, 1927), una comedia romántica dirigida por Clarence G. Badger con los actores Gary Cooper y Clara Bow; película que acuñaría el término 'It girl'.

Moreno trabajó para Vitagraph, Paramount y Metro Goldwyn Mayer, y también dirigió varias películas; la primera, en 1920, llamada The veiled mystery, y posteriormente varias películas en Méjico.

Con la llegada del cine sonoro o 'talkies' su carrera comenzó a decaer debido a su fuerte acento, por lo que empezó a doblar películas al español e incluso rodó una película en España: María de la O (1936), dirigida por Francisco Elías junto a Carmen Amaya y Pastora Imperio.

Algunas de sus últimas películas fueron Creature from the Black Lagoon (1954) y The Searchers (1956).



Ricou Browning
La criatura de la laguna 

La criatura del laguna fue interpretada por dos actores, Ben Chapman y Ricou Browning. El primero participó en las escenas donde el monstruo está en tierra firme, mientras que Browning se encargó de las escenas acuáticas.

Chapman fue escogido para el papel por su gran estatura (1,98 metros). El traje que utilizaba era de caucho, dividido en piezas articuladas y tuvo un costo de 18.000 dólares. El proceso de montaje duraba cerca de tres horas.

El caminar lento y extraño de la criatura se debió a que Chapman era veterano de la guerra de Corea y sus heridas en las piernas le provocaron una visible cojera. Los movimientos faciales del monstruo también eran limitados.

Según Browning, el movimiento de las branquias se lograba con una pera de goma que estaba unida a un tubo. Al apretarla con una de sus manos, la presión del aire hacía que las branquias se movieran hacia dentro y hacia fuera. La boca de la criatura era controlada por el actor moviendo su mentón.


Julie Adms
Julie Adams

Julie Adams nació como Betty May Adams. En 1946, con 19 años, fue coronada como "Miss Little Rock" y entonces se mudó a Hollywood para dedicarse a su carrera de actriz. Aunque comenzó trabajando en westerns, la película que la catapultó al éxito fue La mujer y el monstruo, convirtiéndola en un icono del cine de terror. 

Después participó en películas bélicas, para posteriormente diversificar sus trabajos en los sesenta en series como “Maverick”, “Alfred Hitchcock Presenta”, “Bonanza”, “Perry Mason” o “Cannon”.











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miércoles, 6 de diciembre de 2017

La naturalización del río Manzanares, un inocente error


Río Manzanares en Madrid
13/05/2017
Madrid no tiene la grandiosidad de Estambul, con su ciudad en medio de dos continentes separados por el mar, ni de París, con su embellecido y caudaloso río Sena. Tampoco es Salamanca, que refleja sus dos catedrales en el río Tormes. Eso lo sabían sus gobernantes históricos, que canalizaron el río para darle más prestancia.

Hoy, a su paso por Madrid, el río Manzanares ha dejado de ser un caudaloso canal regulado por represas para ser, desde el 2016, un regato sobre un cauce plano de cemento.

El equipo municipal de Manuela Carmena ha convertido el río de Madrid en el de un poblacho de tercera.

El Dossier Plan Naturalización Manzanares del Ayuntamiento de Madrid es un pliego lleno de política cutre y reaccionaria con aspecto ecologista, trasfondo antisistema y algunos argumentos cargados de verdad, elaborado al dictado de Ecologistas en Acción, un colectivo antiglobalización que está en contra del Plan Hidrológico Nacional y que llama a España ‘Estado Español’, negando su realidad identitaria para articularse en asambleas confederales organizadas a nivel de autonomías.

En definitiva, una concesión del ayuntamiento procomunista de Madrid a un colectivo de ecologistas aficionados, más populista que riguroso y más electoralista que profesional.


El río que quería ser río en vez de canal

En el año 2016 se abren las compuertas de regulación del cauce del río Manzanares a su paso por Madrid, después de casi 100 años de canalización para prevenir inundaciones, higienizarlo contra insectos, roedores y plantas invasoras y embellecer su curso al paso por la ciudad, desbaratando lavaderos, vertederos y malos olores. Las obras principales fueron realizadas en los años 50, una época denostada emocionalmente en masa por el colectivo ecologista.

Gansos del Nilo y ánade real, río Manzanares
Madrid, 13/05/2017
Dice el Dossier que existían muchas especies exóticas y eso es un motivo para eliminar la canalización. Veamos entonces la foto donde p. e. unos gansos del Nilo (Alopochen aegyptiacus) –nada autóctonos- campan a sus anchas ahora en plena ‘naturalización’.

Pensemos también en el curso aguas arriba del Manzanares, antes de la presa de El Pardo, donde crían tortugas de Florida y cangrejos rojos alóctonos, que ahora sí alcanzarán la ciudad por la ‘naturalización’ de sus riberas, mejorando la comunicación con el cauce más abajo de la ciudad de Madrid.


Inundaciones en la Comunidad de Madrid 

Se tiende a pensar que las canalizaciones de los cauces aumentan el caudal punta en las avenidas y, por tanto, el riesgo de inundación aguas abajo aumenta, aunque se reduce en la ciudad de Madrid, con diferencia la más poblada y dónde los afectados por las inundaciones serían más numerosos.

Existe un gran número de antecedentes de inundaciones históricas en la Comunidad de Madrid, recogidas en el trabajo de la Comisión Técnica de Inundaciones: "Estudio de Inundaciones Históricas. Mapa de Riesgos Potenciales Cuenca del Tajo", 1985.

Inundaciones, Madrid 1947
En toda la Cuenca del Tajo se citan 159 inundaciones históricas, desde el año 849 hasta 1985. De ellas 85 se localizan en la Comunidad de Madrid, lo que representa más de la mitad del total de toda la cuenca. Los municipios que han sufrido más cantidad de inundaciones históricas se sitúan en las cuencas de los ríos Tajo, Jarama y Henares, y son: Aranjuez (58), Alcalá de Henares (10), Madrid (6) y Paracuellos del Jarama (6).

Recientemente: en el mes de junio de 1995, una fuerte tormenta descargó importantes cantidades de agua en el centro de la Comunidad, afectando especialmente a los términos municipales de Madrid, Leganés y Pozuelo de Alarcón, con el saldo de un fallecido.

En 1997, las prolongadas lluvias registradas en la Cuenca del Tajo provocaron inundaciones en tramos de los ríos Guadarrama, Manzanares, Henares y Jarama.

En la Comunidad de Madrid existen unos 30 embalses, con una capacidad de 1000 hm³, lo que significa un alto grado de regulación hidráulica. Por otro lado, en la sierra madrileña se superan los 50 días de nevadas al año, lo que es de gran importancia en el balance hidrológico de la Comunidad.

El fuerte desnivel existente entre la cota más alta y la más baja de la región es de 2000 m, lo que indica una fuerte pendiente en una extensión ciertamente reducida, y agrava el riesgo de inundaciones destructivas debido a la velocidad de movimiento del agua por gravedad.

Con la apertura de compuertas del Manzanares, el ancho y profundidad del cauce se han reducido considerablemente, dando un aspecto ciertamente raquítico del río, que ofrece una imagen más de arroyo o regato de una población menor que de la corriente de agua que se le supone a una gran urbe.

El embalse de El Pardo se construyó en 1970 para regular las aguas que pasan por Madrid. Tiene una capacidad de almacenaje de 45 hm³ y dispone de un aliviadero de compuertas que puede desaguar hasta 750 m³ por segundo. En su día representó un fuerte impacto ecológico por haber inundado la zona más valiosa del Monte de El Pardo, aunque actualmente es un enclave importante y protegido para la avifauna.

Su función es regular las presas de canalización del Manzanares a su paso por la capital, por lo que una vez abiertas las presas de la ciudad, hubiera sido lógico desmantelarlo por completo. La prudencia aconseja su mantenimiento para regular posibles inundaciones y ante una probable recuperación de la canalización del Manzanares en Madrid en el caso de que gane las elecciones otro partido.

Pero lo cierto, es que el hecho de que no se haya demolido más bien responde a que es propiedad de Patrimonio Nacional, porque Ecologistas en Acción y el consistorio madrileño seguro que se han quedado con las ganas, siendo el embalse todo un símbolo de la fiebre constructora de pantanos del régimen de Franco.


El Manzanares antes de la actuación, 2011
Autor: DXR
Por qué es una decisión desarcetada

Si analizamos los cambios estéticos, vemos que el ornato y monumentalidad eran mayores con el Manzanares canalizado (pensemos en el Sena en París). Si lo hacemos con criterio de salubridad, también la canalización gana, y también las posibilidades de pesca, de deportes acuáticos (piragüismo, remo, natación) y de aportación de humedad al reseco ambiente del verano madrileño.

El mantenimiento de la base de cemento del río también gana canalizado, evitando la expansión de las raíces de plantas especialmente perforantes, como ailantos y olmos, no olvidemos que la M-30 pasa por debajo del cauce.

Tan sólo el concepto mismo de río ‘naturalizado’ es un argumento a favor, aunque limitado, pues ahora el Manzanares en Madrid no es más que un río canalizado por sus tres partes pero sin represas, permitiendo el aluvión de arenas, donde se asienta una naciente vegetación no leñosa obturadora de flujos y fijadora de terrenos aluviales, se reduce la profundidad, con la que los grandes peces no tienen cabida y se favorece la ocultación y cría de especies como anátidas, rálidos, lavanderas y ardeidas. Es decir, se favorece una impresión de naturaleza restaurada que no es tal, sino una especie de zoológico seminatural de aspecto descuidado en medio de edificaciones y sin soporte arbóreo en sus riberas.

Las actuaciones en el aspecto paisajístico de Madrid con respecto al perfil de la ciudad en el conjunto Catedral-Palacio Real y el río Manzanares han sido muy desafortunadas. En el primer caso embutiendo una catedral, ya de por sí limitada estéticamente, en un cubo de dimensiones colosales (el museo de las Colecciones Reales). Y en segundo lugar, deshabilitando una actuación arquitectónica que daba unidad a la ciudad, como es la canalización mediante represas del río Manzanares.

Si bien la faraónica obra de Gallardón, soterrando la M-30, ha sido un caro acierto, la ‘recuperación’ de las riberas del Manzanares ‘naturalizándolas’ sólo puede considerarse maquillaje espurio del gobierno de Carmena, cambiando el pintalabios de marca por la jena, en un esbozo libertario que ha dejado en manos iconoclastas de aficionados desnortados un acertado proyecto del pasado, caro y repensado para dar empaque a la ciudad y servir de arteria artificial, que podría haberse utilizado como canal de remo y transporte de turistas a lo largo de sus aguas.

La reversión de la actuación sobre el río y la plantación de leñosas autóctonas no pivotantes en sus riberas sería la mejor de las opciones para potenciar los usos lúdicos y naturales del río que no sean la mera contemplación de marjales y aves, que, dicho sea de paso, apasiona como actividad al que esto suscribe, pero que prefiere actuaciones de restauración contundentes allí donde realmente sean útiles, como en Mingorrubio, donde las riberas del río Manzanares se han convertido en explanadas para domingueros.


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viernes, 10 de noviembre de 2017

Los tejos viejos de Barondillo

Bajando al arroyo de la Angostura
Rascafría y los Tejos Milenarios

La salida fue a las 8:45 desde Plaza de Castilla y llegamos a Rascafría como una hora después; allí tomamos un café con churros congelados bastante sabrosos.

Iniciamos la ruta en coche unos pocos kilómetros más arriba de La Isla, en la segunda zona de aparcamiento junto a la carretera, margen derecho, y bajamos andando hacia el río de la Angostura atravesando la carretera hacia el lado izquierdo, bajando la ladera.

Los márgenes del río de la Angostura discurren bajo el dosel de grandes pinos silvestres (Pinus sylvestris), que protege enebros rastreros (Juniperus communis nana), algún piorno (Cytisus sp.), robles melojos (Quercus pyrenaica) aislados y jóvenes acebos (Ilex aquifolium) solitarios. Aparece algún gran abedul (Betula pubescens celtiberica) colgado sobre el cauce y también un sorprendente álamo temblón (Populus tremula), ambos con las hojas amarillas muy conspícuas entre el verde perenne del bosque y algunas marcescencias de medianos melojos.

Álamo temblón en el arroyo de la Angostura 
Atravesamos el río por el puente de la Angostura y después los arroyos de Valhondillo y del Paraje, éste por dos veces, para subir por el recóndito y misterioso cauce del Valhondillo hacia los tejos añosos, aislados entre robustos pinos silvestres en partes aclaradas del bosque. A través de un escarpe de pendiente media y de una pluviosidad elevada, llegamos hasta los tejos viejos de Rascafría, un recorrido nada fácil, a no ser que vayas directamente a buscarlos con geolocalizador.

El arroyo Valhondillo es uno de tantos arroyos de montaña a las faldas de las Cabezas de Hierro, que pueden alcanzarse subiendo por este torrente de montaña entre rocas de gneis y granito.



Tejo en el arroyo Valhondillo
Los tejos en Europa

El tejo (Taxus baccata) es una especie rara que, según la clasificación de Rabinowitz (1986), se enmarcaría como especie con área de distribución amplia, pero tamaños poblacionales reducidos allá donde aparece. También hay que considerar su carácter de especie relicta, más extendida durante la última glaciación pero que, tras este último período glacial, ha quedado restringida a pequeñas poblaciones aisladas unas de otras (Thomas y Polwart, 2002).

Los acebos pueden considerarse competidores del tejo pero, en determinadas circunstancias, cuando el estrés ambiental es muy fuerte y las probabilidades de establecimiento de las plántulas lejos de los tejos madre son prácticamente nulas, puede surgir una interacción positiva entre el tejo que nace y el acebo que alberga al tejo naciente. En esos casos llamamos nodriza al acebo que alberga al nuevo tejo, al que proporciona una defensa mecánica frente a los depredadores.


Entrada al paraíso ignoto
Los tejos de Valhondillo

Se ubican en la zona alta del Valle del Lozoya, concretamente junto al arroyo de Barondillo o Valhondillo (afluente del río de la Angostura o río Lozoya), a 1.630 msnm, en la cara norte de la Loma de Pandasco y en el término municipal de Rascafría.

El entorno donde se encuentran los tejos está bien conservado y es muy húmedo y musgoso, con precipitaciones anuales ente 900 y 1000 mm, pero corre el riesgo de deteriorarse debido a la afluencia de visitantes, que con los geolocalizadores tienen muy fácil llegar hasta la zona.

Tejos en el arroyo Valhondillo
El llamado tejo de Barondillo es uno de los árboles más viejos de la Península Ibérica, un tejo hembra de una edad estimada entre 1500 y 1800 años. El habitual pisoteo de los visitantes apelmazaba el suelo y llegaban a arrancar trocitos de ramas, por lo que ha habido que protegerlo con un murete de piedra y un vallado de hierro, que rompe la estética extremadamente salvaje de la zona pero evita la proximidad de las personas, que sin embargo pueden contemplarlo en toda su majestuosidad.

El número de visitantes no es grande. "Igual ahora llegan 500 personas al año, mientras antes apenas llegaban a las 80", dicen … Aunque hoy, en menos de media hora, he visto 15 personas.

Al andar cerca del espécimen compactaban la tierra, dañando las raíces. El tejo de Barondillo produce frutos, porque en realidad es hembra. En esta especie los sexos están separados. Cerca del tejo hay un ejemplar macho que también es milenario. Alcanza los mil años justos, un mocito comparado con la teja.

Como parte de un proyecto cuyo objetivo es asegurar la supervivencia del tejo en la zona, se han plantado varios hijos del tejo de Barondillo, al que se le ha clasificado de fuente semillera. Ahora existen varios tejos jóvenes, de 9 ó 10 años que son hijos de la teja madre.



Abedul en La Angostura
Domingueros consumidores de experiencias naturales

Los árboles singulares, en general, suelen estar expuestos al vandalismo, los incendios, el pisoteo de su zona perimetral y el expolio de su corteza, frutos, flores, ramas y hojas. El patrimonio natural español debe protegerse de manera más efectiva que con vallados, creando zonas restringidas y poniendo vigilancia.

Entre los nativos, los inmigrantes y los turistas somos más de 100 millones de personas, cada vez con más ansias de consumir naturaleza, con grupos organizados cada ver más masivos y deteriorantes, en busca de ocio barato y de sentirse exploradores de fin de semana. Realmente son los nuevos domingueros, que son más peligrosos porque están más preparados y llegan más lejos.


El olmo de Rascafría


Árbol de la plaza en Rascafría
Rascafría cuenta con leyendas como la del Tuerto Pirón, famoso bandolero que se escondía en el Árbol de la Plaza, olmo de más de trescientos años que murió el 14 de enero de 2000 por grafiosis, como tantas olmas de las plazas de Castilla que se plantaran por orden Carlos III.

Se encontraba situado en la Plaza de España y en torno a él se hizo la vida de Rascafría. Hoy lo han sustituido por otro árbol que desconozco, que posiblemente llegará a ser grande, pero que carecerá de la veneración y significado del desaparecido.

La grafiosis ha acabado desde 1930 con 6 millones de olmos autóctonos en España. En el año 1986 el 82% de las olmedas españolas estaban afectadas. De las dos especies españolas, Ulmus minor o negrillo y U. glabra, la primera tiene cierta resistencia a la enfermedad. La conservación de semillas y su plantación artificial ayuda a evitar la extinción de la especie, pero no garantiza estirpes resistentes. Aún así, la selección natural puede encontrar la llave para su preservación.





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