jueves, 19 de marzo de 2015

35 años sin el padre del ecologismo español

Félix Rodríguez de la Fuente en Alaska
El pasado 14 de marzo se cumplieron 35 años de la desaparición del naturalista español Félix Rodríguez de la Fuente, muerto en Alaska en 1980, el mismo día de su 52 cumpleaños.

Con los personajes famosos ocurre como con los nombres de las marcas, que se venden más si son cortos y fáciles de pronunciar en las lenguas europeas, como por ejemplo Flemming, Lorenz y Einstein.

Sin embargo, los hombres irrepetibles a veces tienen nombres enrevesados e impronunciables en lenguas extranjeras, como les pasa a Félix Rodríguez de la Fuente y a Irenäus Eibl-Eibesfeldt, y no nos da por acortarlos o mixtificarlos, pues son de una rotundidad incontestable y parece que el ceremonial de su pronunciación nos introduce en su pensamiento.

Rodríguez de la Fuente no fue, sensu stricto, un científico, pero sí utilizó el método científico en numerosas ocasiones y su campo de actuación fue el mismo que el de Lorenz, Timbergen y Von Frisch, la Etología.


La Etología y la Televisión

El Hombre y la Tierra
El impulso dado a esa ciencia nueva en 1973, con la concesión del Nobel compartido entre los tres citados, alentó la inspiración de Rodríguez de la F. por la senda del comportamiento animal, apoyada en el desarrollo de la televisión en España y una audiencia garantizada a través de las dos únicas cadenas de TV de la época y sus emisiones regulares en color.

Pero ya desde mucho antes, en 1962, el poder magnético de su discurso, la novedad de los contenidos y formato, junto con el poder de convocatoria de la TV vista en familia, le otorgó al dentista y cetrero Rodríguez de la Fuente el liderato televisivo absoluto durante años, en los cuales nos martilleó su amor por la Naturaleza a través de la fascinación por el comportamiento animal, que filmó tratando incluso a los animales como actores.

Miles de aquellos telespectadores quedamos troquelados como los patitos de Lorenz y nos dedicamos ahora a perpetuar su pasión por la Naturaleza en libros, documentales de escaso calado, aulas divulgativas, conferencias o sencillos artículos en Internet. Lo que fue Jacques-Yves Cousteau en el mar, lo fue Rodríguez de la Fuente en la tierra.

También, otros cogieron directamente parte de su legado y lo desarrollan en una vertiente militante reivindicativa, como lo hace la asociación Lobo Marley, en la defensa del lobo ibérico, otra de las grandes pasiones de Félix. Con ella acudimos a la localidad zamorana de Villardeciervos a conmemorar el 35 aniversario de su desaparición y para manifestarnos contra la execrable y anacrónica subasta para tener derecho a matar a dos lobos a tiros, una especie que le debe su supervivencia al gran naturalista y divulgador burgalés.

Aunque se considera a Ramón Margalef como el padre "oficial" de la Ecología española, ningún científico ha influido tanto, de manera tan positiva y tan duradera, en España como Rodríguez de la Fuente en el conocimiento y la defensa de la Naturaleza.


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