jueves, 6 de agosto de 2015

A.E.R.I.P.A. Réquiem por el Café Comercial

Placa del Café Comercial
Concédele el descanso eterno, Señor, y que brille para él la luz perpetua*


Hace tiempo que había dejado de ir al Café Comercial por cutre. Las chaquetillas blancas de cantina de cuartel me gustaban, pero se habían quedado anticuadas, pidiendo a gritos un nuevo corte de sastre y una buena plancha.

La barra era extremadamente aburrida e impersonal, en la que recuerdo la mezcla rara de churros grasientos y cañas rebosantes, con dos entradas, a dos calles, que no lo hacían nada acogedor.

El Café Comercial en 2015
El salón tenía aspecto de biblioteca, con muchos puestos de lectura a los que tenías que llegar sorteando multitud de sillas. Y estaban aquellas miradas … todas sobre ti, sin intimidad, con la gente tan encima que me sentía un ave de gallinero.

El espacio escaleras arriba era más bien un salón de casa regional, o de un asilo, si me apuras. Antiguamente, dígolo así, había jugado al ajedrez con gran ansiedad, y también había visto algún partido, pero carecía de renovación y se volvió tan caduco y decadente que más que antiguo parecía viejuno.

Café Comercial. Fuente: Internet 
Sus grandes cafés con leche manchaban el borde de la taza y me sumergían en el Madrid de los 50, tan depresógeno y entrañable como voluntariamente evitable, como una España del sueño, qué reparador pero qué angustioso.

Sin embargo le tenía cariño. Me gustaba su puerta giratoria de metal marrón, también sus columnas viejas, y formaba parte de mi historia en Madrid. Siempre que quedaba los fines de semana lo hacía frente a su puerta.

Y allí celebré encuentros furtivos, de intercambios de idiomas, realicé entrevistas, pasé soledades, gané amigos y hasta me salió algún amor de larga duración. Hoy el Café Comercial está cerrado, sus dueñas se han cansado de mantener este anacronismo, tan necesario en Madrid, pero tan incómodo.

Café Comercial 06/08/2015
Mucha gente se ha puesto en pie de guerra contra el cierre, como si el propietario de un local no pudiera cerrarlo cuando le venga en gana. Parece que quieren que el Ayuntamiento lo sostenga, como en una especie de expropiación póstuma de corte soviético.

Los cafés surgen de la iniciativa privada y mueren cuando la iniciativa muere. A algunos les cuesta entenderlo. Especialmente a esos que desde sus púlpitos –o más bien pupitres domésticos- ven pasar la realidad señalando con el dedo con indignación, pero que no separan sus escrotos y labios externos de sus sillas para tener más iniciativa que la de estar quejándose todo el puto día.

Réquiem por el Café Comercial, y que sus columnas y sus sillas se salven bajo la égida de un nuevo café o de un McDonald’s o una pinacoteca efímera donde los artistas callejeros de Madrid expongan y vendan su obra.

El Café Comercial cerró sus puertas el 27 de julio de 2015.


Oraciones por el Comercial
Notas

A. E. R. I. P. A. (Anima eius requiescat in pace in aeternum; su alma descanse en paz para siempre).

*Requiem æternam dona ei, Domine, et lux perpetua luceat ei.


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