lunes, 10 de agosto de 2015

Chema Madoz, pescado hervido apenas sin sal

El ojo surrealista, un atisbo de sexo
Chema Madoz es un fotógrafo conceptual, en cuanto que quiere trasladar al espectador un concepto o idea, de forma que la fotografía es una expresión general de la idea, que ya anida en nosotros previamente.

Así se producen el reconocimiento y las sensaciones de ajá, que nos hacen sentirnos inteligentes o perspicaces si acertamos con la adivinanza. Estos juegos con el espectador tienen una parte de conocimiento compartido y de conocimiento privado del fotógrafo, que pretende comunicar, pero que incluso puede ocultar un significado, o apenas sugerirlo a un selecto grupo de entendedores.

No diré que se trata de un dechado de ingenio, pero esta exposición es entretenida. El blanco y el negro y los grandes formatos visten las paredes claras sin estridencia, intentando que los mensajes sutiles fluyan sin disturbio hacia el ojo del mirón.

Hay fotografías curiosas, otras ya muy manidas, o tan simples –como el columpio infantil que imita un cinturón de castidad-, que no sugieren nada más allá de una semejanza pueril de un infante travieso, al que su madre le ha dicho que es muy inteligente.

La composición fotográfica bien trabajada de Madoz lo convierte en un currante de primer orden, pero es cansino y repetitivo en exceso con sus relojes adosados a casi cualquier cosa, con sus partituras y otros motivos ya aburridores. Parece como si quisiera aprovechar todos los objetos de su estudio, donde no hay nada realmente excepcional.

Aún así, se ha conseguido reunir una colección fotográfica que más que a gloria del artista, me resulta pedagógica, tan académica que ejemplifica perfectamente qué es la fotografía conceptual. Sin embargo adolece de pasión, con unas naturalezas aún más muertas si cabe, porque Madoz las constriñe a una sola idea, que el observador debe rebuscar, embalsamada en la idea primigenia, dictatorial y dirigista, que nos maniata incómodamente pero que no produce placer alguno.

No es una exposición prescindible, empero, plena de ideas con las que inspirar a los fotógrafos que deseen seguir por la senda del mensaje, y ejemplo de un ingenio escasamente afilado que remueva los intelectos más críticos e incisivos.

La exposición reúne 124 fotografías en blanco y negro sobre papel ‘baritado’, ordenada por series y tamaños, representando su capacidad creativa entre los años 2008 y 2014.


La sala de exposiciones Alcalá 31

La ocupa la gran nave abovedada del antiguo patio de operaciones del Banco Mercantil e Industrial. Ubicada en el edificio de Antonio Palacios levantado entre 1935 y 1943, en la actualidad depende de la Comunidad de Madrid.

Tras la remodelación profunda realizada por los arquitectos José Luis Íñiguez de Onzoño e Ignacio de las Casas, el edificio se reinauguró en el año 2002 para albergar oficinas de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura y esta sala de exposiciones.


Dónde

Del 13 de mayo a 2 de agosto de 2015.
c/ Alcalá 31, Madrid.


Enlaces, notas y apéndice inflamado

Dalí, 1958. X. Miserachs
Web de Chema Madoz

Chema Madoz fue Premio Nacional de Fotografía en 2000, un premio que han ganado, entre otros: Alberto García-Alix, Ouka Leele y Alberto Schommer. Bueno es estar, si se es bueno, o en su defecto, original; pero que no ha ganado, por ejemplo, el neorrealista Xavier Miserachs, y que también ganaron Ramón Masats, qué menos, y Colita, vaya.

Xavier Miserachs ha hecho real el dicho "Si no soy más tuerto es porque ya soy ciego". Referido a la "vista" de los jueces del mejor premio para los fotógrafos de España.




G. García Márquez, 1969. Colita 
Colita rechazó el premio en 2014, haciendo ascos a 30.000 € y plagiando el desplante de Jordi Savall, Javier Marías, Josep Soler y Santiago Serra. Aunque a tenor de lo visto, no es lo único que plagia, con bastante poca gracia, por cierto.

La corrección política obliga a echar mano de lo que hay, cayendo en el ridículo y la injusticia por el "qué dirán", que no es sino la dictadura babosa y deseosa de aplausos, para encumbre de mediocres.

Ah, la política, qué poco le da al arte.





Fuente: http://elotroblog.pedroarroyo.es/2010_10_01_archive.html



Antecedentes de los fotógrafos españoles:


Kurt Hielscher a principios del siglo XX

José Ortiz Echagüe, posiblemente el mejor fotógrafo español hasta el momento.


Pescador, Ortiz Echagüe


Roncesvalles, Ortiz Echagüe











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