Buenas tardes, Gustavo:
Durante estos meses difíciles las entrevistas no tienen más remedio que ser a distancia, por la prevención y por la falta de lugares adecuados, con tantas restricciones en el interior, y es que hoy, además, llueve copiosamente en Madrid.
1.- Así que mientras escucho de fondo las sonatas con laúd de Silvius Leopold Weiss, se me ocurre preguntarte cuál es tu compositor favorito del barroco español.
No es fácil escoger entre un gran número de compositores en un período que abarca un siglo y medio, pero si hay que elegir a uno ese sería Sebastián Durón.
Monasterio de El Escorial |
2.-¿El barroco se acaba musicalmente en España en 1750, con la muerte de Bach? ¿Qué diferencia al barroco español de, por ejemplo, el alemán?
En primer lugar, es evidente que no podemos poner límites temporales tan estrictos a los estilos musicales, pensando en que el 29 de julio de 1750 (el día después de la muerte de Bach) se inauguró un nuevo estilo y el anterior desapareció por completo.
Lógicamente, y al igual que en otras épocas, los distintos estilos se superponían y convivían e iban surgiendo y desapareciendo en un margen de unos 40-50 años. En el caso español (y también en otros países) pervivió el estilo barroco durante más tiempo, sobre todo, en la música eclesiástica, de manera que, por ejemplo Haydn (considerado compositor clásico) o Antonio Soler (por poner un ejemplo español) continuaban escribiendo en estilo barroco sus obras religiosas del último tercio del siglo XVIII.
Respondiendo a la otra pregunta, sin duda hay diferencias de estilo entre el barroco alemán y el español, siendo el alemán por lo general más tendente al contrapunto (pensemos en Bach), si bien ambos siempre tuvieron la influencia común de Italia y, en muy menor medida, de Francia.
Carlos III de España |
Es cierto que esa hegemonía política sobre Italia se perdió en 1713, pero prácticamente nunca se perdió la conexión cultural (y, concretamente, musical) con aquel país.
A pesar de tener a un monarca francés en el trono (Felipe V), la presencia de Isabel de Farnesio en España como su segunda esposa desde 1714, hizo que las influencias culturales italianas se reavivasen y se estableciesen en nuestro país para prácticamente no abandonarlo en todo el siglo XVIII e incluso más allá, en el XIX, con el “boom” de la ópera italiana.
El Reino de Nápoles fue también decisivo en el intercambio cultural directo, pues siempre perteneció a España y, como sabemos, estuvo gobernado por Carlos III en su juventud, hasta que vino a España como rey en 1759.
Todo esto generó un flujo de artistas de los dos países, aunque más de Italia hacia España que de España a Italia. Pero ya en el siglo XVI existió esa migración musical (y cultural en general) entre España e Italia; baste recordar a músicos españoles como Morales o Victoria, presentes en la capilla papal por cierto periodo de tiempo, por poner dos ejemplos conocidos.
Corte Española siglo XVIII |
Sí, efectivamente, te has dejado a Gaetano (o Cayetano, como él mismo firmaba) Brunetti. Casi todos los que citas vinieron a través de la Corte con un puesto o trabajo más o menos fijo, pero Brunetti no.
Vino con su familia, con tan sólo 15-16 años de edad y, aunque venía sólidamente formado como violinista, no era compositor, salvo quizás haber estudiado algún rudimento en Italia.
Su infancia es prácticamente un misterio. Se ganó la vida en diversos teatros de Madrid y en casas nobiliarias hasta que consiguió una plaza en la Real Capilla y, más tarde, fue nombrado maestro de música del príncipe Carlos (luego Carlos IV) y director de su Real Cámara, agrupación musical para la que compuso casi todas sus obras.
VOL III sinfonías Brunetti |
5.- Cuéntanos un poco sobre el proyecto de las sinfonías de Brunetti.
El proyecto consiste en la recuperación (edición y grabación) de sus 40 sinfonías, junto con un par de obras orquestales. Hasta el año 2014, cuando comenzamos el proyecto, tan sólo se habían grabado 6 de la sinfonías desde los años 50, algo que nos llamó muchísimo la atención, dada la extraordinaria calidad de su música.
Y a día de hoy son ya 15 las sinfonías que se pueden escuchar en disco, pues hemos sumado otras 9 en los tres discos que hemos grabado. Es un proyecto quijotesco por cuanto no sabemos cómo se va a financiar el próximo disco... vamos consiguiendo algunas subvenciones esporádicas y, sobre todo, colaboraciones del tipo micromecenazgo con las campañas que hacemos en cada proyecto.
Es, por así decirlo, un proyecto de solidaridad y compromiso social de muchas personas con la recuperación del patrimonio musical español.
Camerata Antonio Soler |
Pues sí, soy flautista en origen y aún sigo tocando la flauta. Pero la mágica... ¡ya me gustaría poder tocarla para hacer magia y poder sacar adelante nuestro proyecto de Brunetti y tantas otras ideas y proyectos! ;-)
7.-A muchos nos encantaría disfrutar más de los compositores españoles, pero estamos acostumbrados a la avalancha de alemanes-austríacos e italianos. ¿Qué podemos hacer por nuestros músicos más ilustres?
La verdad es que, en mi opinión, iniciativas como la nuestra (hay otras similares de otros colegas) facilitan en gran medida dicho disfrute, pues ofrecen una ampliación del repertorio español como alternativa a esa avalancha de compositores italianos y centroeuropeos.
Y, curiosamente, Brunetti es un compositor de origen italiano y con influencias de la Escuela de Viena (Haydn, principalmente) que está perfectamente a la altura artística de todos los grandes compositores del siglo XVIII europeo.
Creemos que podría (y debería) suceder con Brunetti algo similar a lo que sucedió con Vivaldi: que era un perfecto desconocido en los años 20 y alguien se dedicó a recuperarlo y a darlo a conocer hasta que hoy en día nadie duda de su valía e incorporación al “canon” de la música clásica.
Jorma Panula, director |
El proyecto nació con el fin principal de servir de orquesta de prácticas para un curso internacional de directores de orquesta que organizamos en San Lorenzo de El Escorial en 2012, junto al eminente profesor finlandés Jorma Panula, considerado “maestro de maestros”.
La base era una orquesta de cuerda, a la que poco a poco se fueron sumando instrumentos de viento, hasta un total de unos 15-20 músicos. Es, por tanto, una orquesta de cámara.
Pero aparte del curso de dirección, era necesario desarrollar una actividad artística como agrupación musical y, tras un par de años, vimos que la opción de recuperar el patrimonio musical era muy atractiva y necesaria.
Además, en el ámbito de la música historicista (usamos instrumentos de época cuando se requiere) hay mucho grupos barrocos pero pocos que se dediquen al clasicismo o al romanticismo.
Y este es el camino que elegimos, alternando con otros repertorios diferentes en los que se combinen la originalidad y la versatilidad. Ejemplo de ello es el reciente proyecto “Occurrens sonus” con el solista Abraham Cupeiro, tocando cornu romano y carnyx celta, acompañado de una orquesta de cuerda, con obras compuestas ex-profeso por diversos compositores nacionales e internacionales.
Abraham Cupeiro, cornu |
Lamentablemente, varios de nuestros músicos son “freelance”, es decir, que trabajan en distintas orquestas europeas donde son contratados temporalmente para un determinado proyecto.
Al ser cancelados muchos de estos proyectos, se están viendo en una compleja situación económica difícil de solucionar a corto o medio plazo, dadas las perspectivas de la evolución de la pandemia. Otros, por suerte, tienen trabajos más estables en conservatorios o escuelas de música.
Pero a todos ellos les afectan estas cancelaciones o incluso la total inactividad cultural (como sucedió en marzo-junio) desde el punto de vista espiritual y emocional. Son artistas que necesitan tocar, expresarse a través de su instrumento y comunicarse con el público.
Sinfonías de Brunetti, VOL II |
Claro que hay proyectos confesables. De momento, invitamos a no quemar instrumentos a los músicos (¡sobre todo ahora que comienza el frío!), sino a invertir un poquito más en cultura a todas aquellas instituciones y personas que puedan hacerlo.
La cultura no es un negocio, es una inversión. Es una necesidad, incluso, en algunos países. Y quizás nuestro proyecto de recuperación de sinfonías de Brunetti puede suponer una pequeña inversión (además de disfrute) para la gente, al tiempo que la suma de todas esas colaboraciones representaría un importante respiro para muchos de nuestros músicos.
Concretando sobre algún proyecto más en el horizonte, quizás podríamos anticipar la intención de recuperar ciertos espacios urbanos al aire libre (evidentemente, de cara a la primavera-verano) con conciertos de música histórica, para que el público disfrute al mismo tiempo que se educa musicalmente.
Familia de Carlos IV |
Sencillamente, por todo lo dicho anteriormente, que se puede resumir en dos cosas:
1) se recupera música histórica de calidad nunca antes grabada e injustamente olvidada y
2) se invierte en cultura al tiempo que se ayuda a unos artistas a sobrellevar estos momentos difíciles por los que atravesamos.
¿Y la número 12?
Es verdad, perdona Gustavo, siempre debe haber una número 12, y es la de la vida personal ¿cómo te ha afectado esta circunstancia llamada pandemia?
En mi vida personal y profesional ha afectado bastante la pandemia. En lo familiar y privado quizás no mucho porque somos gente de casa.
Quizás ha supuesto mayor incidencia en el plano profesional y emocional como artista; por mi carácter positivo y proactivo me ha puesto las pilas para idear proyectos o potenciar los antiguos, buscar alternativas y activar nuevas fórmulas y estrategias para el futuro a medio y largo plazo. Fruto de ello es una grabación y un proyecto de micromecenazgo en plena pandemia: ¡una locura! 😉
Muchas gracias por tu contribución a la música que se hizo en España y como divulgador de los barrocos y clásicos más universales.
puedes clicar en el enlace de más abajo
hasta el 5 de noviembre de 2020
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