Ensaladilla rusa en el Rocablanca |
El Rocablanca es como esa roca mejillonera rodeada por el embate de las olas. Algunos seguimos agarrados como lapas con nuestros neoprenos, para no ser arrastrados por esa marea pseudopaletoide que se ha adueñado de Malasaña.
Mercados reconvertidos en puestecillos de pijerías suculentas, tiendas de velas con vieja argentina dentro, ostrerías vascas a cojón de mico, alpargaterías para turistas y negocietes varios, desde el plástico masticable hasta el salmorejo en taza blanca.
Ah eso, el salmorejo ... Uno bastante bueno puedes pedirte en el maravilloso cutre-bar masculino Rocablanca, un oasis de hostelería carpetovetónica entre bigotillos freddymercury y bragas-tirachinas que se ven desfilar desde su escaparate.
Las torres gemelas de churros, tortilla de buen color con crunchy pan de barra ... y un pegote de ensaladilla rusa rebosante de mayonesa, tan bueno con una caña, que acabas persiguiendo al último guisante con un tenedor por todo el plato.
Dónde
C/ Fuencarral, 71 - Madrid
Malasaña