sábado, 23 de mayo de 2020

Escandalera en el corredor de El Pardo

El río Manzanares a su paso por El Pardo
1997  fue mi primer año de visita a este entorno faunístico del río Manzanares tan interesante y tan próximo a la ciudad de Madrid.

Descuidado, sorprendente, de aspecto silvestre en su día, con construcciones en desuso, partes embalsadas y algunos restos de basura.

Lo tomé de referencia para seguir con mi afición de observar aves en los bosques galería, y en sustitución a Corcos-Cubillas en Valladolid y San Morales en Salamanca. Ambos muy solitarios, el primero sobre el Pisuerga y el otro sobre el Tormes.

El río Manzanares, sin embargo, ha seguido transformándose para peor hasta llegar a nuestros días. Es un paraje muy próximo a una ciudad de 3’5 millones de habitantes y al que se puede llegar en transporte público con un bono bus de la zona A, por lo que puede recibir una gran afluencia de personas que no dispongan de transporte privado.







Edificios deteriorados sin tratamiento
El Pardo, ribera del Manzanares
Actuaciones problemáticas en el corredor del Manzanares

A la eliminación reciente de construcciones singulares como la estación de aforos para el cercano embalse de El Pardo realizada en 1970 se han unido actuaciones muy agresivas, como la tala de árboles de ribera, la plantación de diferentes especies no autóctonas (olmos ‘resistentes’ a la grafiosis), la destrucción del azud y la construcción de una rampa para peces, la construcción de una pasarela metálica en medio de la única playa de la zona y el trazado de caminos, que han atraído público pero no se ha completado con la instalación de papeleras y la limpieza de la zona.






Cartel de la senda fluvial del Manzanares
Escasamente motivadora, abigarrada y nada didáctica
Tampoco los carteles reflejan la biodiversidad de ese tramo del río, por lo que los autores de los mismos (Ayuntamiento de Madrid y El Ministerio para la Transición Ecológica) no tenían muy claro lo que hacían o se les ha olvidado poner la lista de animalitos y plantas.

Después de estos más de 22 años de observaciones en ese tramo del río me atrevo a decir que las actuaciones han sido incorrectas, algunas muy perjudiciales y otras simplemente se han pasado por alto, como la limpieza, cuando debería ser la primera.









Basura y restos metálicos recogidos el
23/02/20 en las inmediaciones del
puente para vehículos de El Pardo
La basura omnipresente

De todas mis visitas no ha habido más que unas pocas en las que no llenara un par de bolsas de basura con restos de pescadores, domingueros y paseantes del pueblo del sector guarrete.

También había restos de acampadas al aire libre de inmigrantes del Este europeo: tal vez bosnios, kosovares, albaneses o rumanos, por su aspecto.

Hoy todo está más ordenado, más señalizado pero sigue sin ejecutarse un plan de limpieza integral de restos aflorados y enterrados, y un reconocimiento de los valores faunísticos y botánicos de la zona, a pesar de que es contiguo al monte de El Pardo, de valor excepcional.






Pasarela metálica que ha destruido la playa
y zona de baño del río Manzanares
Actuaciones incorrectas

Una muestra de las actuaciones incorrectas la tenemos en la destrucción de la estación de aforos - un ejemplo de arquitectura muy especial y un valor para observar en altura el río y su entorno- y su sustitución para pasar a la otra orilla por una pasarela metálica inundable con tajamares de cemento que se carga una playa y cuyos cables de acero son invisibles para el vuelo rasante de la pareja de martines pescadores que habita en esta parte del río. Esperemos que hayan aprendido sin contratiempos a evitarla.

Destrucción del azud e instalación de
rampa para peces, causante de la disminución
del nivel de agua en al menos 50 cm
Otra muestra es la destrucción del azud, que ha supuesto que baje el nivel de la lámina de agua más de medio metro, dejando al descubierto refugios para peces entre las raíces de los árboles de ribera.

La disminución del volumen de agua embalsada por la eliminación del azud reduce el área inundada y la extensión del bosque galería al reducir la longitud de las riberas, disminuyendo la biomasa forestal disponible, lo que redunda en concentraciones menores de aves de ribera asociadas a la misma.




Creación de islas arenosas en el centro del río
por bajada del nivel



También crea islas de carrizales emergidas que se secan y árboles que pueden caer por la acción de la gravedad y el viento al reducirse el soporte por flotabilidad de las raíces y el resecamiento y compactación de su sustrato, que deja al descubierto medio metro metro más de leñosas.










Bajada de nivel en 0,5 m y descubierta de raíces
por la destrucción del embalsamiento del azud
La fauna ictícola

Por otro lado, una disminución tan drástica de la profundidad lleva a la eutrofización de las aguas, a la concentración de peces, a cambios en la dinámica fluvial y temperatura del río, que aumenta, con el consiguiente perjuicio para la fauna ictícola, tanto en número de especies como en población y tamaño, perjudicando especialmente a las más grandes y exponiendo a los depredadores al resto, que serían más visibles y accesibles.


Contaminación acústica y por residuos

Los niños y adolescentes son un factor muy importante de contaminación acústica y por residuos en el campo. Es habitual encontrarse bolsas de aperitivos, botellas y papeles en las zonas de parada.

A estas personas se las educa en talleres y salidas, pero también son sus mayores los que deben enseñarles que, además de ser antiestético, es perjudicial para el campo arrojar residuos plásticos que no se degradan. Tampoco deben arrojarse peladuras de fruta o restos de ellas por motivos de contaminación del medio por microorganismos, hongos e insectos presentes en esos frutos cultivados en plantaciones muy alejadas y en entornos especiales.


Perro se zambulle y espanta
pareja de avetorillos
Observación de aves

Las molestias de los perros que se zambullen en el agua y corren expulsaron mientras los observaba a dos avetorillos comunes adultos, que volaron uno detrás de otro con menos de una decena de metros de distancia en dirección a la presa de El Pardo. Así no hay quien disfrute, y menudo subidón de adrenalina para las volátiles.








Cada fin de semana la zona de Mingorrubio se
puebla de domingueros ruidosos
El dominguero que todo lo invade

El dominguerismo es feo y extremo, con niños jugando a aventureros con walkie talkies, griterío, ciclistas que se creen olímpicos, carreras de perros descontrolados y grupos de embarazadas todoterreno paseantes con familiares.

Una pareja madura del Este de Europa recogía hierbajos del camino, una estampa cada vez más habitual de recolección para autoconsumo con consecuencias negativas para la biodiversidad en una zona que soporta una gran presión humana . Si buscas soledad, mejor búscala en una plaza del centro de Madrid. 

¡Dios mío, Dios mío! ¿Visteis la película El Marciano?

Comenta la marabunta en esta especie de romería de El Pardo.

Efectos del la bajada del nivel de agua
Descubierta de refugios para fauna ictícola
y desprendimientos
De las centenares de personas con las que me he cruzado hoy en El Pardo ninguna llevaba prismáticos, así que entiendo que ninguna de ellas ha venido a observar aves a un ambiente tan propicio.

Tampoco el Ayuntamiento de Madrid ha puesto un observatorio de aves, así que razono que a este ayuntamiento rico no se le ha ocurrido y tampoco le apetece promocionarlo y esto es seguramente porque ninguno de los responsables tiene entre sus aficiones observar aves.

El invasivo bullicio de las risas y los gritos, del entusiasmo expansivo del humano desenjaulado, apaga los relinchos de las garzas y los patos, con las escuadras de grullas graznando sobre mi cabeza en dirección migratoria NE, hacia el deshielo de la tundra en los confines de Europa y las feraces estepas centrales.

En cuanto la quietud vuelve por el mediodía, agotados los adultos y algo más tranquilos los niños, las aves empiezan a comunicarse de nuevo.

Algas filamentosas en el Manzanares (El Pardo)
 cuya causa es el aumento de temperatura
del agua debida a su escasa profundidad.
La algarabía humana incrementa la ansiedad y las jaquecas de los observadores de aves del mismo modo que a un inquilino la música cutre de su vecino de abajo mientras está en reposo o estudiando.

No es El Pardo un lugar que deba recibir tal invasión de humanos, pues es el reducto de mayor biodiversidad más cercano a Madrid.

La chica oriental que me había encontrado en la cola del bus se me aproximó ahora silenciosa por detrás como un vietcong, seguida de una recua de niños en bici de montaña.

¡Esperadme, por Dios! grita uno de ellos. Ahora todos le gritan desaforadamente a los patos:

¡Patooo, patooo! Una delicia, un remanso de paz.



Zona donde es habitual avistar al cisne mudo
asilvestrado, único de la pareja original
Relación de especies


  • Petirrojo
  • Trepador azul
  • Mosquitero común
  • Ánade real
  • Urraca
  • Avetorillo común
  • Mirlo común
  • Cisne mudo


Fotos para entender el entorno


Embalse de El Pardo


Aliviadero del embalse


Poste señalización senda


Cartel explicativo azud


Restauración de la ribera
Mingorrubio


Cartel hidrotecnia


Actuaciones hidrotécnicas


Bajos puente El Pardo


Recogida de restos


Recogida de basura


Instalaciones precarias


Violencia y falta de urbanismo
a partes iguales



Enlaces

Algas filamentosas y mulm en los estanques ornamentales de Madrid


Enlaces sobre El Pardo y el río Manzanares en EL Zenobita

Valores ambientales del curso medio del río Manzanares

El bosque galería de El Pardo

Picogordos en el Corredor ambiental del Manzanares

La naturalización del río Manzanares, un inocente error

Río Manzanares-El Pardo. El último cisne

Ribera de El Pardo: un basurero que proteger