Montaje con Nana, Place Blanche, de Christer Strömholm |
Zeiss y Leica han sido siempre marcas fotográficas míticas, unidas de una manera incompleta e imperfecta a mi vida de aficionado a la fotografía, pero yo ni siquiera había oído hablar de ellas de niño.
Mi padre ya había tenido una aparatosa Voigtländer, pero la cambió por un más manejable tomavistas Yashica de super 8.
Esa acción me decepcionó cuando crecí, porque la marca alemana era símbolo de los fotógrafos de verdad en blanco y negro, y la japonesa era el no va más de la tecnología del cine casero mudo en color.
Más tarde descubrí que no tendría que renunciar a una óptica alemana porque el diseño de la cámara no me gustara, y que era una buena idea asociar marcas para conseguir altas prestaciones. Y así lo hizo Nokia con sus teléfonos de óptica Zeiss, de incomparables resultados.
Las ópticas alemanas en cámaras y móviles
Mi primer encuentro con Zeiss fue cuando tuve una compacta Kyocera Yashica T4 con una excelente óptica Carl Zeiss, que me daba ventaja frente a mis amigos cuando la utilizaba como cámara complementaria de mi réflex Minolta.
Cuando la química dejó paso a las cámaras digitales, bajé un escalón en prestaciones, pero subí otro en óptica. Así, pasé de una Minolta Dynax 505Si, a la que no saqué todo su potencial, a una Panasonic con lente Leica.
Kyocera Yashica T4 con lente Carl Zeiss Fuente: Internet |
Posteriormente adquirí un teléfono Huawei P9 con dos lentes Leica, pues ya había asociado esa marca a calidad óptica, y fue una excelente elección.
Como cámaras, las Leica siempre me han parecido feas y voluminosas, muy mecánicas (como mi Zenith rusa, un verdadero tanque T-34). Y he preferido siempre la electrónica japonesa. Pero ahora que soy un poco mayor, me he vuelto nostálgico de una época que no viví, y me atrae enormemente el vintage de los 50, con todo su glamour floreciente de la posguerra europea.
Jeanloup Sieff Modelos de Pertegaz para Harper's Bazaar |
Los invasores americanos de Alemania en el 45 redescubrieron Leica y la hicieron famosa mundialmente, siendo el uso de esta cámara tan manejable una revolución en las comunicaciones, junto con el uso del cable submarino y las nuevas técnicas de impresión.
La información fluía así con rapidez y las fotos podían imprimirse mucho más rápidamente. Podemos decir que nació el fotoperiodismo, con notables ejemplos precursores como los especuladores E.E. Friedmann y G. Pohorylle (ambos llamados Robert Capa) en la década de los 30.
La revista ilustrada fue el medio que globalizó las noticias y la vida de otros lugares, sin necesidad de leer los aburridos periódicos de textos interminables y ver las toscas y feas fotografías en blanco y negro.
Vestíbulo y ascensor Fundación Telefónica |
En la exposición de Leica de la Fundación Telefónica se explica desde sus comienzos, con planos y esquemas de las primeras cámaras en facsímil, la historia de sus pioneros y una cuidada selección en fotos de lo que una Leica puede hacer en manos expertas.
Leica, además, hizo popular la fotografía, convirtiendo al ciudadano de a pie en un fotógrafo, y al turista en un nuevo fotoperiodista, que llegó a compartir con su familia y amigos sus pequeñas aventuras veraniegas.
Es cierto que Leica no hubiera sido posible como fenómeno social sin la aparición del carrete fotográfico AGFA, que prescindía de las enormes placas de entonces, pero los inventos que prosperan son los que son hijos de su tiempo. Una exposición inolvidable, a pesar del tieso pepito de azúcar que me sirvieron en la cafetería del centro para empezar con energía este periplo por la historia de la civilización occidental.
Un poco de historia de Leica
La Leica fue la primera cámara compacta de película de 35 mm. Los primeros prototipos fueron construidos por Oskar Barnack en E. Leitz Optische Werke, Wetzlar, en 1914.
Barnack usó película estándar de cine de 35 mm, pero amplió el tamaño de la imagen hasta los 24x36 mm. Barnack eligió una relación de aspecto de 2:3, con una capacidad de 36 exposiciones por película.
Este concepto fue desarrollado posteriormente y, en 1923, Barnack convenció a su jefe, Ernst Leitz II, para fabricar prototipos que usaran ese tipo de película y de lentes.
De hecho, las primeras cámaras Leica surgieron como simples mecanismos para poner a prueba los objetivos elaborados por la empresa.
La cámara Leica I (de Leitz Camera) fue presentada en la feria alemana de primavera en Leipzig en 1925 y fue un éxito rotundo.
Facsímiles de cámaras Leica |
En 1930 apareció la Leica I Schraubgewinde con un sistema de objetivo intercambiable. La Leica II apareció en 1932, con un telémetro incorporado, acoplado al sistema de enfoque del objetivo. La Leica III agregó velocidades bajas de obturación hasta de 1 segundo.
El modelo IIIa agregó la velocidad de obturación de 1/1000s. Esta cámara fue el último modelo antes de la muerte de Barnack, y por lo tanto el último modelo desarrollado a su cargo.
El modelo IIIa agregó la velocidad de obturación de 1/1000s. Esta cámara fue el último modelo antes de la muerte de Barnack, y por lo tanto el último modelo desarrollado a su cargo.
Leitz continuó mejorando el diseño original hasta 1957. En 1954, Leitz lanzó la M3, un modelo con montura por bayoneta, un invento que por ejemplo, mi reflex Minolta y otras muchas marcas incorporaron, ahorrando fallos de encaje y abrasiones con viruta en la rosca de los objetivos intercambiables.
Conviene tomarse un tiempo en leer los paneles de la expo para entender qué ha significado Leica en el desarrollo de la fotografía y el periodismo.
La selección de fotos realizadas con cámaras Leica es lo de menos, pues muchas son mundialmente famosas y lo único reseñable es que fueron todas realizadas por estas míticas cámaras que congelan la vida en instantes ya inolvidables.
Dónde
Espacio Fundación Telefónica
Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica
C/ Fuencarral, 3 - Madrid
Dónde
Espacio Fundación Telefónica
Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica
C/ Fuencarral, 3 - Madrid
No hay comentarios:
Publicar un comentario