jueves, 5 de noviembre de 2020

Entrevista a Abraham Cupeiro, maestro del viento

Abraham Cupeiro, maestro del viento
Buenos días, Abraham

Reconozco que afronto esta entrevista conociendo muy poco de lo que haces, pero lo que he visto me ha impresionado: tocando un cárnix celta, haciendo pedagogía musical en un colegio, sacando sonido a unas pajitas como si fuera una gaita …


1.-¿Cómo te dio por eso de tocar y fabricar instrumentos de viento?

Realmente fue una necesidad. Me encontraba en el último curso en el conservatorio superior de Madrid, donde estaba estudiando Trompeta, y tenía la intención de comprarme una trompeta barroca, pero como no tenía dinero pensé en fabricarme una yo mismo.

Se lo comenté al profesor que me tutorizada el proyecto final de carrera y me dijo que no creía que lo pudiese hacer ya que era muy difícil, pero que me daba el visto bueno y que me apoyaría en todo lo que necesitase.

Al final conseguí construir la trompeta natural y la nota más alta en el proyecto final de carrera, y lo más importante tener un instrumento al cual no podía acceder por una cuestión económica.

A partir de ahí empecé a construir instrumentos mucho más antiguos ya que en mis manos tenía la oportunidad de reinterpretar el pasado construyendo instrumentos musicales gracias al trabajo final de carrera que hice en el conservatorio

 

2.- Muchas personas quieren ser creativas y pocas lo consiguen, pero comunicar a una audiencia amplia su creatividad y que sea escuchada con éxito, aún menos. ¿Cómo crees que lo has conseguido?

Bueno yo creo que a la hora de escribir me pongo en la piel del público. Sobre todo porque yo escribo las cosas que a mí me gustan y muchas veces no tengo por qué introducirme en lenguajes complicados para satisfacer mis gustos.

Aunque me encanta todo el tipo de música contemporánea y que asume algún riesgo.

Yo intento llevar de la forma más honesta mis instrumentos al presente. Un poco como en el Renacimiento, los compositores utilizaban los giros melódicos y armónicos de su momento para contar y transmitir discursos mitológicos.

Al fin y al cabo somos gentes de nuestro tiempo y está bien que determinados matices se vean en nuestras músicas.

Si además lo aderezas con esencias del pasado creo que es un cóctel muy apetecible para cualquier tipo de público.

 

3.-El cornu romano es un instrumento que hemos visto en representaciones y películas de romanos haciendo de malos, pero el cárnix celta no lo conocía hasta que me comentaron que lo tocaba un tal Cupeiro en una orquesta de cámara de El Escorial. ¿Y cómo se enteraron los de esa orquesta, por los libros de Asterix?

[¡Risas!] Su director, Gustavo Sánchez, me vio en un concierto con la orquesta de la Universidad de Alcalá de la cual soy artista en residencia y al finalizar mi interpretación vino a junto de mí y me preguntó si me apetecía embarcarme en un proyecto de gran envergadura y sobre todo muy arriesgado por el tipo de lenguaje que íbamos a utilizar.

Yo le dije que contara conmigo y aquí estamos, haciendo música y compositores componiendo para instrumentos de más de dos milenios de antigüedad.

 

4.-No pude estar en el estreno mundial de Occurrens Sonus, donde interpretabas obras de Enrique Rueda y Mark Pogolski para cornu y de Bernd Redmann y Atso Almila para cárnix, pero sí que lo he visto en You Tube e impresiona. Sobre todo por la dificultad de coordinar musicalmente esos dos instrumentos con la sofisticación de los instrumentos de cuerda. Me refiero a que tanto cornu como cárnix no llevan llaves. ¿Fue difícil coordinar el cornu y el cárnix con los instrumentos de una orquesta o permiten cierta flexibilidad?

Bueno realmente tocar un instrumento sin mecanismo tiene la complejidad de que es un instrumento más inseguro a la hora de tener un discurso sin ningún tipo de error.

Pero en otros niveles como la afinación el instrumento se comporta bastante bien. El problema viene dado si la partitura es muy compleja y exige notas no tan asequibles para la física del propio instrumento pues es ahí donde nos encontramos con muros difíciles de derribar pero en eso estamos.

 

Caldero de Gundestrup
5.- La viola se toca en clave de Do y el violín, como muchos instrumentos, en clave de Sol ¿en qué clave se tocan el cornu y el cárnix? ¿existen partituras específicas para ellas o es una especie de improvisación musical tipo jam session?

Para el cornu y el kárnix me suelen escribir en clave de sol y clave de fa al mismo tiempo pues los instrumentos, aunque limitados en recursos, tienen un registro bastante amplio.

El problema más grande es que en los registros graves solamente puede emitir determinadas notas y las que quedan en el medio no son posibles de tocar. Aún así con un poco de pericia muchas notas que en teoría no se podrían hacer físicamente, se pueden modular y llevar a hacer algún tipo de acento sonoro que emule a una nota real.

 

6.-A todos los que hemos intentado tocar un didyeridú nos inquieta la respiración circular para hacerlo sonar sin pausas para respirar. ¿Se tocan igual el cornu y el cárnix?

Bueno, yo no sé si en la antigüedad utilizaban ese tipo de respiración, aunque los seres humanos ya la conocían. Pero se puede utilizar y conseguir con ello un discurso parecido al didgeridoo como tú decías.

Pero por lo general no hace falta utilizar este tipo de respiración. Por otro lado es una respiración realmente sencilla, de hecho yo antes de ser músico ya la practicaba con los amigos del barrio con un refresco esperando a ver quién es el primero que dejaba de hacer burbujas y, sin que nadie nos enseñase llegamos a manejar este tipo de respiración.

 

7.-Ambos instrumentos tienen una historia peculiar en tu taller, pero cómo te motivas y cómo llegas a construirte ese cárnix tan asombroso?

El kárnix lo construí porque un amigo mío, Elíes Hernandis, me pidió que fabricase la cabeza de un buccin, que es un trombón del siglo XIX.

Viendo que no era tan difícil hacer esta figura me animé a hacer el kárnix a través de una moneda romana. Fue un trabajo de investigación pero, por qué no decirlo, de muchísima fantasía. ¿Qué seríamos los seres humanos sin fantasía? He conseguido construir un instrumento que me ha dado muchísimas alegrías.

El cornu está basado fidedignamente por los planos de los cornus encontrados en Pompeya que se encuentran en el Museo Napolitano. Es decir, con ese mismo instrumento hacían música nuestros antepasados hace unos 2000 años.


8.-De todos los instrumentos que tocas cuál es tu preferido? ¿Por alguna razón en concreto?

No tengo ningún instrumento preferido pero sí que es verdad que el kárnix es el buque insignia de todos mis proyectos. Pero toco también un instrumento que es el único que no es de mi propiedad, que es un cuerno encontrado en el monte a escasos 5 km de mi ciudad natal por Carlos Tallón; es un cuerno que tiene tres agujeros y su sonido es de los más evocadores que conozco.


9.-Has tocado el cárnix con la Royal Philharmonic Orchestra, ¿qué compositores han escrito para cárnix y orquesta y cuáles interpretaste en esa ocasión?

Bueno, puedo decir que para mí ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida tocar con la Royal Philharmonic de Londres y además en los estudios Abbey Road... No sé… Es algo increíble. Las obras que toqué son de mi autoría.

A mí me llena de orgullo que otros compositores escriban música para mis instrumentos pero también me gusta llevar mis improvisaciones al papel y poderlos tocar con agrupaciones porque a veces busco pasajes difíciles pero que me viene muy bien a la mano para poder hacer un discurso evocador pero al mismo tiempo espectacular.

Los compositores que han escrito música para que la interprete con cornu son Enrique Rueda y Mark Pogolski, y para kárnix Wladimir Rosinsky, Atso Almila y Bernd Redmann.


Muchas gracias Abraham por tu amabilidad y paciencia en leer y contestar tantas preguntas.


En el Palau de la Música de Barcelona
Sobre Abraham Cupeiro

Músico, musicólogo e instrumentista nacido en Sarria (Lugo) en 1980.

Formado en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, tiene especial predilección por la fabricación e interpretación de instrumentos de viento antiguos.

Posee un colección de más de 200 instrumentos de viento sobre los cuáles hace pedagogía tocando muchos de ellos en cada visita.

Su estampa más característica es rodeado de instrumentos primitivos de viento, desde cuernos de cabras y vacas hasta instrumentos de metal antiguos.

Se le conoce mundialmente como intérprete de cárnix celta, una especie de trompa de uso ceremonial y militar de la Edad de Hierro europea, especialmente desde que interpretó Pangea con la Royal Philharmonic Orchestra.


Enlace

Exposición de instrumentos de Abraham Cupeiro











lunes, 2 de noviembre de 2020

El Magosto o Samhain

 

Nabo-lámpara irlandesa de Halloween
El Magosto o Samhain


El 31 de octubre se celebraba en los países de la denominada cultura celta una festividad que era la más importante de la época pagana de esos países. Representaba el Año Nuevo Celta y en gaélico se la llama Samhain, que significa 'fin del verano'.

En España esta fiesta está muy relacionada con las castañas asadas y tiene muchos nombres, pero el mas extendido por la parte noroccidental de España es magosto. La costumbre está presente también -posiblemente por aculturación- en el sur y el este de España.

Después de la recogida de las cosechas de cereal y antes de la matanza de cerdos y de la llegada de la época oscura, que anuncia el mes más oscuro -noviembre- se realizaba esta fiesta ritual que también se quería compartir con los muertos de la familia.

El período que va desde el 31 de octubre hasta el 11 de noviembre, justo antes de la celebración de San Martín, es en el que se celebran actualmente los magostos o castañadas.


El simbolismo celta de las cabezas cortadas


Los pueblos celtas tenían la costumbre de cortar las cabezas de sus enemigos y coleccionarlas. Algunas veces las colgaban de sus monturas y carros, otras atravesaban las calaveras de sus enemigos con clavos para exponerlas (España), o las embalsamaban para sus casas (Francia).



Aves psicopompas llevando el alma del difunto al otro mundo,
representada en forma de cabeza humana dentro de una urna alada.
Friso decorativo de un vaso cerámico de la necrópolis de Uxama.




Iglesia de San Andrés, Aristu (Navarra)
Para los celtas guardar la cabeza del enemigo vencido significaba poseer su espíritu.

Los recintos y fortificaciones estaban rodeados de calaveras de enemigos bien limpias y las familias pudientes conservaban momificadas las cabezas de grandes guerreros dentro de sus hogares.

Pero también de sus familiares, así los vivos velaban por sus antepasados muertos, un modo primitivo y esotérico de lo que hacían los romanos con sus bustos de mármol.





"Los celtíberos cortan las cabezas de sus enemigos
muertos en combate y las cuelgan de sus caballos"

Diodoro de Sicilia



El carácter espiritual que los celtas otorgaban a las cabezas fue de tal importancia que los monjes cristianos no dudaron en incluirlas en la decoración de los nuevos templos para facilitar la conversión a la nueva fe. Así llegaron a convertirse en un elemento recurrente del arte medieval, hasta que poco a poco llegó a perderse el recuerdo de su origen mágico.

En la noche de Halloween se reproduce de una manera peculiar la parafernalia del Samhain celta, la noche en la que las puertas que separaban el mundo de los muertos y los vivos permanecían abiertas, conectando ambos mundos.

En dicha noche los cráneos servían como lámparas, con la idea simbólica de iluminar el camino de los espíritus en su viaje entre los dos mundos.

Máxima extensión del Imperio Romano, 117 DC
Esas prácticas bárbaras horrorizaron a romanos y clérigos cristianos, que obligaron a abandonarlas. Sin embargo los celtas y sus descendientes encontraron la manera de reproducir esas calaveras ahuecando y tallando grandes nabos.

Pero por qué en España no nos ha llegado tal fenómeno de reproducción del culto a las cabezas cortadas.

En realidad sí que nos ha llegado en forma de decoración de cabezas en las arquivoltas de algunas iglesias románicas. Pero sobre todo pensemos en la profunda romanización de Hispania en comparación con Hibernia, reducida meramente a un presidio romano. Veamos el mapa adjunto.

Por otro lado, los nabos son productos perecederos; casi tampoco tenemos vestigios de, por ejemplo, las vainas de cuero de los cuchillos o espadas, así que es posible que también existieran.

Ahora las calabazas de Halloween en forma de calavera son las que iluminan esa noche mágica, donde los espíritus han sido sustituidos por demonios, zombies, vampiros y monstruos de todo el santoral pagano.




Antiguamente en la víspera de Todos los Santos se dejaban ofrendas, habitualmente castañas, en la zona geográfica de la que hablamos. La lumbres que se hacían para asarlas proporcionaban un calor muy acogedor para los vivos y para los espíritus de los muertos, que moraban en la oscuridad desamparados.

Tal vez las velas encendidas de las casas y el calor de la hoguera servían para indicar el camino a casa a esos difuntos antepasados que vagaban cada noche, pero sólo se encendían ese día especial, dejando a los inquietantes muertos separados de los vivos el resto del año.


Las castañas y los muertos

Durante muchos años, sobre todo en el norte de España, la castaña fue considerada como un manjar ceremonial, preceptivo de fechas señaladas: el uno de noviembre y el once de este mismo mes, San Martín.

Algunos antropólogos han planteado que la castaña fue un fruto relacionado desde la Antigüedad con la muerte, pues en muchas culturas eran parte de las ofrendas que se dejaban a los muertos para saciar su hambre.

En los magostos se suelen tiznar las caras de los niños con las castañas asadas, en una especie de iniciación como la que ocurre cuando un joven mata su primera pieza de caza, que le manchan de sangre la cara, la camisa y las manos.


El porqué de asar las castañas

Las castañas pueden comerse crudas pero son astringentes, especialmente si la película interior no se quita y eso es bastante difícil en crudo.

Para poder asarlas convenientemente se utiliza un cubo de hierro agujereado y se practica una rajadura en cada castaña para evitar que explote.

Una vez tostada la textura es harinosa, algo similar a la patata. Curiosamente la patata y el maíz americanos vinieron a sustituir a la castaña en los pueblos donde era tradicional su aprovechamiento.

Las castañas, los higos secos, las granadas, el membrillo, las manzanas, las almendras... todos eran alimentos de la Ánimas. Por ejemplo, “los casamientos”, que son higos pasos rellenos con una nuez.

El castaño es un árbol extendido por los romanos en el sur de Europa para dar de comer a sus legiones plantándolo por donde pasaban. Pero también existía en España antes de su llegada, y conlleva un rico patrimonio antropológico asociado a usos culinarios y como regalo.

Las castañas asadas mejoran su sabor y son más digestivas que crudas. Se ponían de ofrenda en las entradas de las casas, junto con otros alimentos como el pan. Los antiguos habitantes de esos pueblos de la España noroccidental creían que el pan y las castañas se secaban y perdían peso porque los muertos se habían comido su esencia. 

Tal creencia no se explica sino pensando en que las acuciantes necesidades alimenticias hacían que no hubiese excedentes de esos productos y no fuera habitual dejar que se desecaran los alimentos porque se echarían a perder.


El magosto o calbote en España

En muchas zonas de España al magosto se le llama calbote, que no es más que la castaña asada. Esto sucede en algunas zonas de Ávila, Cáceres, Zamora y Salamanca, en ésta última provincia la palabra que más he oído para denominar la fiesta es magosto y así se denomina también en Galicia.

En el pueblo de mi padre celebraban la borrajá, una fiesta típica de Hoyos (noroeste de Cáceres), y así lo hicimos en casa durante dos décadas.

Como mi padre no era de hacer pasteles, como buñuelos o huesos de santo, nos legó un residuo de la fiesta en el Día de Todos los Santos y es el de comer castañas crudas envueltas en higos secos. A veces también los rellenábamos con nueces.

El nombre más extendido en España para designar a la fiesta es el de Calbote o Calbotes, existiendo también la variación Carbote. De Calbote se deriva Calbotada, como se denomina también en algunos lugares, o su variación Carbochá. La Calvochá en Perales del Puerto y la Borrajá en Hoyos. En otros lugares de la zona se denomina Moragá (Candeleda) y Borrallás en Eljas.


El Calbote y la Chaquetía en Extremadura

Un elemento del Calbote es la Chaquetía, costumbre por la cual los niños van de casa en casa pidiendo castañas, frutas y dulces. Se trata de una costumbre similar al aguinaldo navideño o al 'truco o trato' característico del mundo anglosajón. En castúo existe una palabra, 'conqui', para denominar al 'trato'.

Durante la celebración de “El Conqui”, que en castúo, habla extremeña, quiere decir trato, se cantaba La calavera el Conqui ya se murió y La Calavera el Conqui no tien pelo ni cola.

Durante esos días los niños paseaban por los pueblos sus calabazas vaciadas, a las que habían hecho unos ojos, dentro colocaban una vela y la llamaban “Calavera el Conqui” (Calavera del Truco).


Chaquetía en un colegio de Badajoz
La Chaquetía

Inicialmente la Chaquetía era el dinero que los niños recogían de sus familiares o vecinos para pagar los tañidos de campana del Día de los Difuntos, pero pasó a ser un sinónimo de calbote (castaña asada).

Se dice que las campanas debían repicar todo el Día de Difuntos y se necesitaban alimentos energéticos (castañas) para que los mozos pudieran hacerlo con la suficiente energía y esa puede ser una causa de ir a pedir alimento por las casas a los que no pudieran dar dinero. 

Pero esta explicación no creo que tenga más utilidad que para hacerlo de una circunstancia concreta y no para el fenómeno antropológico de origen. 

Seguramente el mantenimiento de la tradición en el tiempo se deba a una cuestión meramente de necesidad de recopilar alimento suficiente para consumo de los niños (casi siempre mal alimentados) y diversión, y una manera fácil y pícara es pedirlo con cualquier excusa, bien vale la de la venganza de los muertos o la del campanero exhausto y necesitado. Yo me quedo con la primera.


El toque de ánimas

Las campanas tañían a las nueve de la noche en invierno y a las diez en verano. Era un toque diario que invitaba a rezar por las ánimas del Purgatorio, y consistía en cinco campanadas graves, una pausa y tres clamores; y así se repetía el ciclo durante unos minutos.

En muchos lugares, las campanas de las iglesias tocaban a muerto desde las doce del día de Todos los Santos hasta las 12 del día de Difuntos, con el fin de guiar a las almas de los muertos. Esto hacía que muchos feligreses abandonaran los pueblos con una cesta de viandas para evitar el insoportable e interminable tañido de las campanas, convirtiéndose en una tradición salir al campo para asar castañas y chorizos y beber vino nuevo o sidra dulce.

Antiguamente se oraba mucho por los familiares fallecidos para que abandonaran los sufrimientos del Purgatorio y llegaran al Cielo.

En la iconografía de los retablos de las Ermitas de las ánimas, es frecuente la figura de San Francisco dando el cordón de su hábito a las almas, para ayudarlas a salir de tan ingrato lugar.

Hoy la muerte se ha banalizado con celebraciones como Halloween pero debemos conocer su origen para no pensar que es sólo la obra de un guionista de películas de terror.



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Las ánimas en pena y el Día de Todos los Santos

Las personas que queremos apurar cada sorbo de vida a nuestro alrededor somos asaltadas por miles de estímulos a cada poco, y debemos colocar grandes filtros a nuestras inquietudes para no ser capturados por ellas y enloquecidos, como le pasó a Alonso Quijano.


Capítulo XIX de El Quijote

Y apartándose los dos a un lado del camino, tornaron a mirar atentamente lo que aquello de aquellas lumbres que caminaban podía ser; y de allí a muy poco descubrieron muchos encamisados, cuya temerosa visión de todo punto remató el ánimo de Sancho Panza, el cual comenzó a dar diente con diente, como quien tiene frío de cuartana; y creció más el batir y dentellear cuando distintamente vieron lo que era, porque descubrieron hasta veinte encamisados, todos a caballo, con sus hachas encendidas en las manos, detrás de los cuales venía una litera cubierta de luto, a la cual seguían otros seis de a caballo, enlutados hasta los pies de las mulas; que bien vieron que no eran caballos en el sosiego con que caminaban.

Iban los encamisados murmurando entre sí, con una voz baja y compasiva. Esta extraña visión, a tales horas y en tal despoblado, bien bastaba para poner miedo en el corazón de Sancho, y aun en el de su amo; y así fuera en cuanto a don Quijote; que ya Sancho había dado al través con todo su esfuerzo. Lo contrario le avino a su amo, al cual en aquel punto se le representó en su imaginación al vivo que aquélla era una de las aventuras de sus libros.


Alonso Quijano ya había enloquecido cuando salió por los campos de Castilla a desfacer entuertos. Y cuando se encontró algo parecido a lo que en la tradición castellana se llama Estantigua o Hueste Antigua él mismo comenzó a dudar de su cordura. Otros, más expertos en lo cervantino, se refieren a la escena como un encuentro con el cortejo fúnebre de fray Juan de la Cruz.


La tradición castellana de la Estantigua

Gonzalo de Berceo, en su vigésimoquinto Milagro de Nuestra Señora, nos cita al popular personaje medieval Teófilo el Penitente (ya citado en la Cantigas de Santa María, de Alfonso X y entroncado en la tradición clásica por una versión griega del siglo VI escrita por un tal Eutychianus).

Teófilo el Penitente es un clérigo despechado que recurre a un judío hechicero para conseguir un puesto que le es negado y sigue sus instrucciones, esperando sin santiguarse ... (779).





Vío a poca de ora venir muy grandes yentes
con ciriales en manos e con cirios ardientes,
con su reï en medio, feos, ca non luzientes:
¡Ya querrié don Teófilo seer con sus parientes!



El rey era el Demonio y le hizo firmar un pacto a cambio de su alma. Teófilo entonces pierde su sombra y adquiere entonces una palidez mortal.

Francisco López de Úbeda también alude al mito en La Pícara Justina


A lo mejor de mi miradura entró gran tropa de canónigos, vestidos de blanco, las camisas sobre el sayo, que iban entrando al coro por diferentes puertas.

Yo, como era la primera vez que vi cosa semejante, pensé que era la hueste, mas después, viendo que eran hombres como los otros, les perdí el miedo.



La Hueste Antigua o Estantigua

La "hueste" que cita Francisco López de Úbeda es la Hueste Antigua o Estantigua, que es también como se conoce a la Procesión de Ánimas, la Santa Compaña, la Güestia o la Estadea.

Cofrade con capa alistana

La hueste o compaña es una reunión de almas del Purgatorio para un fin determinado.

A las 12 de la noche se levantan los difuntos y salen por la puerta del cementerio. Una persona viva va delante con la cruz y el caldero de agua bendita y no debe volver la cabeza a los muertos bajo ninguna circunstancia.

Cada difunto lleva una luz que no se ve, pero se percibe claramente el olor de la cera que arde.

La comitiva tampoco pueden verla los que observan, pero se percibe el movimiento del aire a su paso.

El pobre desgraciado portador de la cruz sólo puede obtener la dispensa de tan tétrico cometido encontrando a su paso a otra persona y entregándole la cruz y el caldero, antes de que pueda hacer un círculo en la tierra para quedar libre de dirigir la compaña.

Ésta es la descripción clásica que hizo el folclorista Jesús Rodríguez López en 1895 en Supersticiones de Galicia.


Otras versiones más elaboradas dicen ...

También se dice que el que se encuentre con la Hueste puede librarse si mantiene las dos manos ocupadas en ese momento, por ejemplo con un rosario u otro objeto, si no, está perdido y se le entregan los testigos (cruz y caldero), quedando incorporado a la fantasmal procesión.

El aspecto del vivo que encabeza la Hueste es demacrado, enflaquecido y ausente, pues no puede cesar en su espeluznante cometido hasta que encuentre a otro portador.

Y será hombre o mujer dependiendo de si el patrón de la parroquia del pueblo es un santo o una santa. No se le permite descansar.

Cada noche que pase, su luz será más intensa y durante el día su palidez será mayor, debilitándose su salud hasta la muerte si no encuentra un sustituto para portar la cruz y el caldero.

La Hueste camina emitiendo rezos, principalmente un rosario, cánticos fúnebres y tocando una esquila a su paso (como las que toca un barandales encabezando las procesiones en Zamora).

Al paso de la Hueste, cesan los ruidos del campo y de los animales, sólo se escucha el repicar de una campana. Los perros anuncia la llegada de la Hueste aullando durante la noche y los gatos erizan el pelo y huyen despavoridos. 



Variaciones de la Hueste Antigua

Aunque el aspecto de la Hueste o la Compaña varía según las diferentes zonas del noroeste español, la más extendida señala que está formada por una comitiva de almas en pena vestidas con túnicas y capuchas negras que vagan durante la noche.

Esta procesión de ánimas forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y deja a su paso un olor a cera. Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor, llamado Estadea.

Estadea va recogiendo almas de personas vivas que salen a las calles de sus pueblos durante la medianoche, las ponen a cargar una cruz pesada y un caldero con agua bendita, hasta que mueren y pasan a ser sirvientes de Estadea.

La única manera de librarse es pasando la cruz y el caldero a otra persona viva.

Las personas que portan la cruz y el caldero de noche padecen de una extrema palidez y cansancio durante el día, no recordando el motivo.

Si tienes la mala suerte de encontrarte con la Hueste debes dibujar un círculo en el suelo y meterte dentro de él o tirarte al suelo para dejar que te pisen, al menos así salvarás la vida. 

También el ser portador de otra cruz o evitar escuchar los cánticos de la procesión rezando una plegaria distinta puede evitar la maldición de entrar a formar parte de ella. Si no puedes hacer ésto, sólo te queda correr y esconderte donde puedas.

Se dice que no todas las personas pueden ver la Santa Compaña, tan sólo ciertos dotados, como los adultos a los que, siendo niños, el sacerdote, por error, impuso los santos óleos en vez del agua bendita al bautizarlos.


En Zamora

En Zamora a la Hueste se la denomina la Estadea y es una mujer que vaga por los caminos y los cementerios. No tiene rostro y huele a la humedad de las tumbas abiertas. Sólo se aparece a aquél que va a morir.


En Asturias

En Asturias a la Hueste se la llama la Güestia, y se alude también de manera apotropaica (para conjurar el mal) a la misma denominándola bona xente.

Se refiere a una procesión de gente encapuchada que se acerca a la casa de una persona moribunda y, tras dar tres vueltas a ella, el enfermo muere, por lo que parece emparentarse con la leyenda irlandesa de las banshee o ánimas femeninas irlandesas.

Se dice que van exclamando Andai de día que la nuechi ye mía.
Y se cuenta un relato de una mujer que salió de su casa por castañas pensando que ya era de día y un miembro de la procesión le dijo que era su padrino, entonces, ya muerto le tendió su vela encendida, la cogió y al cabo de unos días, enfermó y murió.


Similitudes de Jack O'Lantern con los relatos de la Hueste Antigua

El esquelético y demacrado Jack de la película de animación Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton tiene un aspecto que nos es muy familiar, según el descrito en los relatos anteriores: demacrado, esquelético, ... como el portador de la cruz que pena durante las noches y se consume de día.

Pero aparentemente tiene la cabeza hecha con una extraña calabaza blanca, muy similar a las calaveras mejicanas sonrientes del Día de los Difuntos, en una clara muestra de sincretismo norteamericano. Pero es que también parece un vampiro europeo, con su traje y su pajarita de murciélago.


La cabeza blanca de Jack bien podría ser una representación de esos nabos (colinabos) que tallaban los irlandeses para introducir una vela dentro e infundir miedo a sus vecinos de los pueblos. En el Museum of Country Life de Irlanda se puede ver un ejemplo.

Nabo-lámpara irlandesa de Halloween
La gran mayoría de las calabazas que se consumen en el mundo tienen su origen en especies que fueron domesticadas en Méjico, todas ellas pertenecientes al género Cucurbita.

De hecho se trata de la primera planta cultivada en Mesoamérica, la fecha más antigua que se conoce es de hace unos 10 000 años.

Desde entonces la calabaza es parte fundamental de la dieta mejicana, pues es una planta de la que se aprovecha no sólo el fruto sino sus flores y sus tallos, y desde que a raíz de la conquista española se dispersó por el mundo es un producto consumido ampliamente.

Cuando los inmigrantes irlandeses desembarcaron en América encontraron numerosas variedades de calabazas, algunas muy fáciles de trabajar para seguir la tradición de su Samhain o víspera de Todos los Santos (All Hallow´s Evening o Halloween).

Por otro lado, en España también existe la tradición de celebrar el Día de Todos los Santos desde la Era Cristiana, pero desde tiempos previos a la conquista de Roma se han utilizado los melones y las sandías que trajeron los cartagineses para hacer máscaras o cabezas ahuecadas con ojos para asustar en la celebración de la tradición precristiana del magosto y en otras fiestas de ritos paganos.

Las sandías y los melones viajaron desde Fenicia a España en los barcos como reservas de agua y también lo hicieron en los galeones españoles hacia América convertidos en jugosos frutos.

Tal vez los colonos irlandeses vieron ese uso que se les daba a las calabazas en el sur de EEUU, influido por el folclore precolombino y las tradiciones españolas, tanto del uso de melones y sandías como la celebración del calbote extremeño y se les ocurrió utilizar ese enorme fruto para sus celebraciones de Halloween.


Calabaza etample o Halloween
Calabaza etample o calabaza Halloween

Esta variedad de calabaza es la que se suele utilizar para celebrar Halloween por su color naranja vivo. Es una variedad francesa, que además de ser utilizada para decorar la casa, también puede ser usada en la cocina, aunque tienden a estar bastante huecas y casi no tienen carne. 

Además, dependiendo de los nutrientes que haya tenido en la tierra, este tipo de calabazas pueden llegar a pesar una decena de kilos.

Son blandas e ideales para hacerles incisiones fácilmente y poder vaciarlas sin romperlas. Y quedan espectaculares y terroríficas imitando la cabeza de un espectro maligno.








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sábado, 31 de octubre de 2020

Cómo hacer calabazas de Halloween

Mi tradición de celebrar Halloween viene de lejos y la culpa la tuvo Hollywood. 

La Noche de Halloween (1978), de John Carpenter fue la pionera en redescubrir el género slasher, pero para cuando pude verla ya habían salido otras dos de la misma saga (1981, 1982) y otros más mayores que yo se me habían adelantado en la afición.

Sin embargo, la TV ya me había mostrado el camino de lo gótico con Los Monster (1964) una serie muy divertida sobre el elenco de monstruos que ya eran propios de Estados Unidos cuando aquí apenas alcanzábamos a ver a Drácula, Frankenstein y el Hombre Lobo trabajando por su cuenta.

Y claro, como no, Elvira, Mistress of the Dark (1988).

Recuerdo haber visto espantapájaros hechos con una calabaza y un sombrero de paja en películas y dibujos animados, pero no acertaba a ver su significado. ¿Cómo enlazar a Michael Myers y su careta del capitán Kirk con Elvira y las calabazas?

La clave la tenían Jack y los irlandeses.

Pesadilla antes de Navidad (1993) me dio esa clave. Si durante años comprendía sólo a medias el significado esotérico de esa cucurbitácea naranja y me arrinconaba en lo más profundo de la simbología gótica musical y de los mitos literarios, fue esa película quien me introdujo de lleno en los mitos populares.

Desde entonces empecé a incorporar sin complejos el naranja en atuendos y decoración de mi habitación de estudiante y las calabazas, que miméticamente utilizaba, entraban ya en la dimensión del insight de mi atribulado cerebro postgótico.

Poco después entendí el porqué de la crema de calabaza que preparaba mi madre en los meses de otoño y mucho más tarde comprendí que Halloween y el Magosto o fiesta de la castaña son lo mismo.

Magosto en Sejas de Aliste
El otoño es tiempo de higos y castañas, y de siempre en mi casa se han comido higos secos con una castaña pelada y cruda dentro, una verdadera ambrosía.

También los huesos de santo y los buñuelos, aunque la tradición de limpiar las lápidas o acudir con flores a los cementerios no las practicábamos por no tener tumbas de nuestros familiares en las muchas ciudades donde vivíamos.

La desacralización y el rechazo a la cultura popular de los jóvenes españoles de los 80 nos llevó a adquirir nuevos intereses culturales, como Halloween, que no son sino tradiciones europeas de ida y vuelta que el cine de Estados Unidos nos ha devuelto de manera más elaborada y deformada, pero que son realmente lo mismo: el miedo a los fantasmas y a la muerte en el cambio de estación.

Hoy mi casa se llena cada 31 de octubre de calabazas y decoración de Halloween, como gominolas y chocolates de monstruos, y voy cada  primero de noviembre al cementerio a poner flores en las tumbas. También como huesos de santo y los dulces de Halloween de nuevo cuño, bastante detestables, pero encantadoramente naranjas como las calabazas y negros como los murciélagos.


De las calabazas y los nabos como lámparas

Nuestros bisabuelos ya tenían calabazas, de hecho las hay desde el descubrimiento de América, y seguro que hacían con ellas máscaras y cabezas con certeros cortes.

Pero antes, mucho antes, vaciaban nabos o colinabos en el noroeste de España para meter una vela dentro y evitar que se apagara. Y tal vez los tallaran, como hacía los antiguos irlandeses, para darles formas grotescas. 

La cera era cara, sin embargo el sebo o grasa de animal abundaba, y así alimentaban esos curiosos farolillos anti-viento, que en algunos pueblos servían para iluminar el camino al cementerio.

Todavía en algunos pueblos de España se utilizan las calabazas a modo de cabezas terroríficas y se piden frutos secos a los vecinos para no asustarlos.


La leyenda de Jack O'Lantern

La leyenda de Jack O'Lantern dice que era un sujeto pendenciero y arruinado que quiso vender su alma al Diablo por una cerveza. Y una vez encontró a Jack en un pub, como no podía ser de otra manera.

Como no podía pagarse ninguna, desafió al Diablo para que se convirtiera en una moneda de oro; éste así lo hizo fatuamente, con la promesa de Jack de acompañarle al Infierno, pero el pícaro Jack pagó la pinta con el Diablo convertido en moneda, se la bebió y cuando le tocó saldar su deuda se metió la moneda en su bolsillo, donde guardaba un crucifijo.

Como el Diablo no podía salir por el espanto, prometió a Jack que no cumpliría su promesa de llevarlo al infierno en 20 años, por lo que Jack finalmente se lo sacó del bolsillo.

Andando el tiempo de 20 años, se volvieron a encontrar al pie de un manzano. Como el Diablo quisiera cobrarse su vieja deuda y nunca olvida, Jack le dijo que le concediera un último deseo: comerse una jugosa manzana de lo más alto del árbol.

El Diablo de nuevo accedió convencido por el pícaro Jack y se subió al árbol, pues Jack no alcanzaba. En esas Jack rodeó el árbol de crucifijos y pretendió escabullirse de nuevo, a lo que el Diablo le suplicó que le dejara bajar.

Jack quitaría los crucifijos con la promesa de que no se volviera a cruzar en su camino. Y el Diablo volvió a acceder.

Y llegó el tiempo en el que Jack murió, con sus pendencias a cuestas, y se presentó ante San Pedro en las Puertas del Cielo. Entonces Pedro le dijo que por su vida licenciosa el Cielo le estaría vedado para la Eternidad.

Desde entonces, Jack vaga entre la oscuridad del Cielo y el Infierno llevando, como otras almas del Purgatorio, una lámpara hecha con un nabo horadado, donde una vela reluce para alumbrar su desdichado camino.

Esa misma clase de lámpara es la que usaban en Europa Occidental los vivos que querían alejarse de los muertos, conjurándolos.

Así, depositaban en sus puertas antes de que la procesión de ánimas llegara, una pequeña cantidad de alimentos y una lámpara hecha con un nabo para que pasaran de largo.

Algunos antropólogos dicen que eran los mismos sacerdotes celtas los que obligaban al pago de parte de las cosechas recién recolectadas a principios de otoño con la amenaza de llevarse a los reacios a colaborar con los espíritus, y ya sabemos cómo se las gastaban los celtas por esa época ...

Y como ya va siendo hora de empezar, os diré cómo hago mis calabazas.


Cómo hacer calabazas para Halloween

Bien, lo primero es elegir bien las calabazas. Ya a mediados de octubre las hay, pero conviene comprarlas lo más cercano a la fecha, el 31 de octubre, Día de Halloween.

Se trata de que tengan un aspecto óptimo, de color naranja y bien turgentes, preferiblemente con parte del tallo, para darles aspecto como de que llevan sombrero de bruja.

Para prepararlas, bastará con hacerlo la víspera, para no encontrarnos con que se han arrugado el día de nuestra fiesta. No aguantan más de 48 en buenas condiciones.

Si queremos comer sopa de calabaza deberemos buscar otras variedades con más carne, ya que las habituales para Halloween están prácticamente huecas.

Ésto último es importante tenerlo en cuenta a la hora de cortarlas, para no herirnos, pues el cuchillo se hundirá de manera irregular.

Instrumentos que necesitamos:

1 cuchillo algo afilado con bastante punta y que nos permita trabajar sujetando parte del filo sin cortarnos.

1 cuchara para rebañar el interior.

1 destornillador muy pequeño (de gafas) para darle el último toque a los dientes y a la nariz.

1 vaso de sidra para hacer el círculo superior poniéndolo boca abajo.

1 bolígrafo de tinta borrable para hacer el círculo de arriba y para dibujar sobre la calabaza.

1 rotulador negro para repasar las zonas definitivas de corte.

Papel de cocina y alcohol para borrar los restos de tinta.


Procedimiento

-Lo primero es limpiar la calabaza con un paño húmedo.

-Después usamos una tabla grande de madera para realizar las operaciones.

-El diseño lo tendremos elegido previamente mirando en Internet de entre los que más nos gusten, o nos inventamos uno en un papel aparte.

-Lo único importante es que sea un dibujo sencillo para recortar y terrorífico.

-Dibujaremos con el bolígrafo borrable y después repasaremos con el rotulador.

-Dejaremos secar un poco y después pondremos el vaso de sidra boca abajo y trazaremos un círculo con el bolígrafo.

-Acto seguido inclinaremos el cuchillo 45º y perforaremos con cuidado la corteza con la punta, como 1 cm de profundidad. Luego repasaremos con cuidado de no cortarnos clavando demasiado el cuchillo y extraeremos la tapa.

-Con el cuchillo cortamos con cuidado los hilos laterales que pudiera haber en el interior.

-Con la cuchara empezamos a rascar y vaciar, ayudándonos con la mano.

-Limpiamos con papel de cocina el interior.

-Ahora empezamos a hacer incisiones con la punta del cuchillo muy cuidadosamente, con pequeños cortes que eviten que se nos vaya el cuchillo y demos al traste con nuestra calabaza.

-Después repasamos incidiendo más con el cuchillo y terminamos con pequeños retoques que nos dejen igualados los ojos.

-La dificultad de la nariz se resuelve incidiendo al principio menos con la punta y repasando con el pequeño destornillador. No te preocupes por los errores, te costará varios años ser un experto, pero siempre te quedará un aspecto atractivo para tu calabaza.

-Los dientes es lo más complicado, lo más sencillo es hacerlos triangulares.



-Después borra los restos de rotulador con el alcohol, teniendo mucho cuidado de no manchar la pulpa de la calabaza, que absorbería la tinta.

-Ahora sólo te queda poner una pequeña vela en su interior con la tapa abierta y la llama centrada en el círculo creado.

Puedes encender la vela fuera y dejarla caer en el interior con cuidado. Ayudándote con un palillo de pinchitos puedes centrarla.  La calabaza no se quemará, aunque deberás apagarla cuando te vayas a dormir.

O poner una lamparita especial en forma de vela y poner la tapa encima.

-Ahora, elige ubicación.

Yo las he puesto en la terraza, rodeadas de huesos de vaca y ciervo que recogí del campo y acompañadas con una lápida de poliestireno expandido con la frase del descanso eterno: RIP

Las dos de la izquierda son del clásico diseño maligno con pocos dientes.

La de la derecha es una recreación de la cabeza de Jack O'Lantern que aparece en Pesadilla antes de Navidad, y la de más abajo es de creación propia.

El próximo día de Halloween creo que me voy a atrever a hacer un cementerio. Ya os contaré la experiencia.

Animaos a celebrar Halloween o el Magosto, lo que más os guste. O ver Pesadilla antes de Navidad o la Noche de Halloween el 31 de octubre por la noche y visitar el cementerio de vuestros familiares el 1 de noviembre y después ver Don Juan Tenorio.

Esas tradiciones tienen el mismo origen pero con atractivos distintos. Debemos preservar nuestras costumbres y ser capaces de divertirnos con otras también.


¡Feliz Halloween 2020!




Enlaces

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