martes, 30 de septiembre de 2014

Esa impuntualidad que me mata


Perdona, bonita, ¿me esperas a mí?

Fumando espero
Últimamente siempre me hacen esperar … de hecho, llevo esperando más de 15 años, desde que me mudé a Madrid.

Es verdad que, en mi recuerdo, me solían esperar a mí 10, 15 minutos, o incluso empezaban las cosas antes de que llegara porque me presentaba con mucho estrés pero con poca antelación.

Procrastinaba todo el tiempo pues tenía algo que hacer en casa ... Si no era un libro, era la tele, y si no el que empezara a arreglarme tarde. Nunca había una buena excusa para salir de casa, … pero tampoco para entrar en ella.

Con el tiempo y las influencias de otras personas más puntuales que yo, me fui puliendo. También lo hace el que te pongas a trabajar y el que tomes conciencia de lo molesto que es para alguien esperar. Porque, a no ser que sea para que te den un trabajo de p. m. o consigas un buen ligue, esperar es de lo que más jode.



La ley del karma es un ejemplo especial de la ley de causa y efecto que establece que nuestras acciones físicas, verbales y mentales son causas, y nuestras experiencias son sus efectos.



Y algo de esto me debe de estar ocurriendo desde hace un tiempo, porque todo el mundo me hace esperar y esperar … hasta más de una hora.


Característica colectiva de los impuntuales

La impuntualidad es una característica que algunos extranjeros nos atribuyen cruelmente a los españoles y con la que también muchos nacionales fustigan al resto de compatriotas, pero parece una lacra universal.

Amigos checos de todos los sexos me han hecho esperar. También señoras y chicas jóvenes alemanas, finlandeses obesos y finlandesas menudas, francesas y británicos … chinas muy sexies … Aunque me he vengado en algún escocés afecto al birring –y no intencionadamente- lo que me costó su frágil y etílica amistad.

Y aunque la palma se la llevan las chicas españolas que viven en Pozuelo, en connivencia con Metro de Madrid, -esa gran empresa que funciona como un culo- nada comparado con la angustia de mezclar alemanas con españoles en un evento común.

Veamos por qué:





El Dr. Caligari
Proyección en el Goethe Institut de Madrid con motivo del EUNIC 2014 del 25 de septiembre.

Esperando por el impresentable y abyecto Dr. Caligari más de una hora a que se pusiera a tocar su puta música













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