viernes, 7 de diciembre de 2012

CentroCentro de Cibeles, una casa por estamentos

En la terraza del Ayuntamiento te obligan a tomar una copa para entrar


Seguridad a la entrada: miedo ¿a qué?
La reforma del mastodóntico edificio del Palacio de Comunicaciones de Cibeles ha servido para calibrar el grado de megalomanía de un alcalde y comprobar de qué pasta está hecha la casta política que gobierna la ciudad de Madrid.

Una carísima reforma para un espacio infrautilizado para las funciones de gobierno del Ayuntamiento, con exposiciones de relleno, espacios "de trabajo" con mobiliario cutre para "los ciudadanos", apliques de vidrio y metal que desvirtúan el edificio por dentro, ventanas cerradas ¿para evitar que se tire la gente? y unos accesos con vigilancia, como si de una instalación militar de alto secreto se tratara, con incomodidades y gastos en equipos y guardias.
Vista de la Calle Alcalá

Pero nada de todo lo anterior es lo que me ha llevado a escribir esta nota, aunque podría ser suficiente, sino el que deseaba fervientemente subir a la terraza-mirador, cuando va y me sale un guripa del Este, vestido de paisano -menos mal- impidiéndome pasar si no me tomo una copa. Y a la pareja de mi izquierda ... lo mismo. Tal vez se podría considerar incitación al alcoholismo.

Exposiciones en varias plantas
Yo no sé si el edificio lo ha tomado la mafia rusa para sus élites o si las élites madrileñas desean comportarse como rusos mafiosos. ¿No puedo pasar a un local situado en un lugar público propiedad del Ayuntamiento-de-todos-los-madrileños si no me tomo una copa? Literal, sí.

En ningún garito privado de esta atribulada ciudad se me había dicho de tal manera. Sólo en los clubs privados y discotecas, en los que hay que pagar la entrada.

Esperemos que cosas así se corrijan, o irán en el debe del PP de Madrid y de su alcaldesa impuesta.









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