domingo, 29 de septiembre de 2013

El Gymage, una terraza de verano para este otoño

El Gymage es un logro singular de un emprendedor visionario. En su proyecto inicial se preveían una piscina en el ático y dos teatros, pero se ha quedado todo en un gimnasio y una terraza de las más chic de Madrid.


Me enteré por causalidad, pues alguien me invitó a un intercambio de idiomas y decidí darme una vuelta por allí a ver qué se cocía.


La entrada está en obras y uno se imagina un espacio destartalado, como de okupas de pelas. La escalera es de hierro soldado, y no hay un solo ascensor que funcione, por lo que se necesita estar en forma para llegar hasta arriba sin resoplar.

Una vez que llegamos todo cambia: una terraza espectacular con extranjeras regordetas bien monas, gays clasicones y un público underground civilizado del barrio que se dejan servir por atentas camareras. Puedes elegir entre tumbarte en unos outdoor chaise lounges blancos, en taburetes y hasta en el suelo, junto a cubos luminosos sobre una hierba artificial que da el cante, pero que por la noche parece otra cosa.


Y es que ver a la vez la torre del edificio de Telefónica, un trocito de la  Gran Vía y la plaza de los antiguos Cines Luna, todo esto a la altura del campanario de una iglesia antigua,  no tiene precio, o al menos no más de los 3 euros que cuesta una cerveza.

Ha sido una de las sorpresas de un agosto esperanzador para la hostelería en Madrid, que se ha lanzado a la creatividad para no sucumbir en esta crisis, que acabará asesinando las barras más tradicionales y relegando a las menos innovadoras. Es una cuestión de luces.

Los antiguos consumidores de clase media, transformados hoy en subproletariado, también tienen aquí su espacio. Se trata sólo de no beber tanto y conversar más.


Precios

El tercio de cerveza con papelito negro 
que cubre el gollete a 3 euros, 
y el vino blanco de Rueda a 2’90. 
No está nada mal.





Gymage Lounge Resort











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