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| Batucada en Madrid 23/11/14 |
El 23 de noviembre asistí espontáneamente a la mayor tamborrada que he visto nunca en Madrid, y aún en toda mi vida.
Es cierto que mi experiencia en percusiones callejeras se reduce a la austera Semana Santa castellana, en la que apenas una decena, o a lo sumo dos, de tambores y bombos semejan las turbas que acosaban a Jesús en su martirio.
El tamaño y estridencia de al menos 20 bombos “brasileños” ese día en Lavapiés sobrepasó los decibelios y el escándalo más allá de lo visto y oído. No así la emoción, contenida por un significado que no comprendía, hasta que un buen amigo ucraniano me instruyó en su misterio.
Madrid es lo que tiene: allí el 90% de los ruidosos eran españoles. Apenas un puñado de brasileños los alentaban, y alguna alemana curiosa, africanos y otros europeos inidentificados se mezclaban con la fiesta. Muchos, como yo, teníamos cierta congoja por el descanso de los vecinos, pues no eran Fiestas, pero aún así nos sumamos a la comitiva portando carteles con frases alusivas a Zumbi, el homenajeado.
Zumbi es hoy, para la población brasileña, un símbolo de resistencia. En 1995, la fecha de su muerte fue adoptada como día de la Conciencia Negra en algunas partes de Brasil.
Es también uno de los nombres más importantes de la capoeira.
En las calles de Madrid se le ha rendido homenaje el 23 de noviembre tal y como se hace en Brasil cada año todos los 20 de noviembre desde 1995.
Ver artículo sobre la historia de Zumbi dos Palmares
La fiesta continuó en el Maloka, bar brasileiro, con música en directo de Pedro Moreno y Roberto Souza, cañas y coxinhas, una especie de croquetas con la que el Maloka participó este año en el Tapapiés.
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| Bar Maloka |
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