miércoles, 23 de noviembre de 2016

Historia del haya en Europa y España

El haya es un sobreviviente del último período glaciar acontecido en Europa. Hoy en franco retroceso en España desde el final de la Pequeña Edad de Hielo en 1850, representa una maravillosa singularidad botánica fuera de la cornisa cantábrica y los Pirineos.

A continuación se extractan y resumen una serie de artículos que vienen a aclarar el origen y expansión del haya (Fagus sylvatica) en los montes ibéricos, donde está presente de manera natural en la mitad norte de España, de este a oeste, y sin alcanzar Portugal, en el que sólo existen hayedos de plantación reciente.


El haya en Europa

Distribución natural del haya en Europa
Fuente: EUFORGEN
Los hayedos son los bosques que se han extendido más recientemente por Europa y la Península Ibérica. Es en el último periodo interglaciar cuando los hayedos cobran una mayor importancia, desplazando a otras especies arbóreas.

La distribución actual del haya en Europa está comprendida entre los 60º N en Noruega y los 37º N en Sicilia y desde los 8º O en la Cordillera Cantábrica hasta los 53º E en el Caspio.

La Tierra se encuentra actualmente en un período interglaciar dentro de la glaciación cuaternaria, con el último período glacial del Cuaternario terminado hace aproximadamente 12500 años con el inicio de la época conocida como Holoceno.

De los porcentajes de polen de Fagus sylvatica en yacimientos cuaternarios se deduce su progresiva expansión hacia el oeste desde un núcleo original en los Cárpatos, hasta alcanzar la Península Ibérica hace unos pocos miles de años.

     Fagus sylvatica subsp. sylvatica.
     Fagus sylvatica subsp. orientalis (F. orientalis).
 Introducida y naturalizada (sinantrópica).
Quizá uno de los artículos que sienta de forma más clara las bases metodológicas para el estudio de los refugios glaciales es el de Bennett et al. (1991). Estos investigadores sostienen que la región occidental de los Balcanes, y en menor medida, los Alpes y las montañas italianas, fueron los refugios arbóreos más importantes del continente europeo durante la última glaciación.


En estos momentos, no nos podemos oponer a este postulado, habida cuenta de la escasez de datos en la Península Ibérica si se compara, por ejemplo, con los Balcanes (Willis 1994) o Italia (Magri y Parra 1997), pero todo parece indicar que la originalidad de ésta quizá estribe más en la configuración florística de las poblaciones arbóreas que en una posible escasez de las mismas.

Haya. En marrón, introducciones.
En Noruega (Años 500-1000)
y sur de Inglaterra
Fuente: Range map of Fagus sylvatica
En cualquier caso, el hecho de que, comparativa y cuantitativamente, la Península Ibérica haya sido más bien un refugio del componente esclerófilo que del bosque caducifolio, parece bastante plausible y quizá esté ligada con la dinámica de especies como el haya (Fagus sylvatica), que no suele aparecer en los diagramas del norte peninsular antes de 3000 BP* (Peñalba 1994; SánchezGoñi y Hannon 1999), bastante después de su expansión tardiglacial en los Balcanes (Willis 1994) y en el sur de Italia (Magri 1998).

En el sur de España, Fagus está ausente del registro pleistoceno superior y holoceno, mientras su entrada en los Pirineos se registra alrededor de 4000 BP (Jalut 1988).



El haya en España

Hace 9000 años sólo había bosques importantes de hayas en la cadena montañosa de los Cárpatos y tal vez en Alemania, si bien quedaban reductos en zonas más protegidas, por ejemplo en Cantabria y Pirineos y en las penínsulas italiana y griega.

La expansión ibérica de los hayedos tiene lugar hace unos 4500 años en los Pirineos y alrededor de 3800 años en la Cordillera Cantábrica.

El haya en España
Fuente: Formaciones vegetales en España
El análisis genético podría diferenciar caracteres entre los hayedos que provienen de los Cárpatos y los que se expandieron a partir de los reductos que quedaban, aunque puede ser dificultosa la diferenciación taxonómica por las hibridaciones que se han podido producir a los largo de los últimos milenios. 

Hablando de límites de distribución del haya, existe el curioso el caso del Parque Nacional da Peneda Geres, en las montañas del norte de Portugal, limitando con la provincia de Orense.

Allí el haya no es autóctona, porque no tuvo tiempo de expandirse después de las glaciaciones, pero ha sido suficiente una pequeña plantación hace unas décadas para se haya extendido con notable éxito, llegando incluso a dominar a las especies autóctonas y comportándose como invasora.

Puede decirse que ahora mismo son las hayas más occidentales de Europa con cierta capacidad de expansión.


Diferencias genéticas entre poblaciones según su procedencia
El haya en España. Diferencias genéticas y regiones de procedencia.

Distribución de Fagus sylvatica y Regiones de Procedencia de sus materiales de reproducción. 

1.- Galicia y Sierra Ancares. 2.- Cordillera Cantábrica Occidental. 3.- Cordillera Cantábrica Meridional. 4.- Litoral Ástur-Cantábrico. 5.- Cordillera Cantábrica Oriental. 6.- Cuenca del Alto Ebro. 7.- Litoral Vasco-Navarro. 8.- Aralar, Urbasa-Entzia. 9.- Pirineo Occidental. 10.- Sierras Exteriores de Navarra. 11.- Valle de Arán. 12.- Pirineo Central. 13.- Pirineo Oriental. 14.- Cordillera Litoral Catalana. 15.- Puertos de Beceite. 16.- Moncayo. 17.- Sistema Ibérico. 18.- Sierra de Ayllón. (Alía et al., 2009).

Fuentes:





Extensión de las hayas en España

Según consta en el último Inventario Forestal Nacional (IFN), la superficie de bosque de hayas supone sólo un 2,12 % de la superficie forestal española, con un total de 387.776 ha.

El 32% de esta superficie se localiza en Navarra con 124.195 ha, en Asturias el 17,61 % con 68.290 ha, Castilla y León 13,97 % (54.178 ha), Vascongadas 12,80 % (49.641 ha) y Cantabria 8,19 % (31.759 ha), etc.


Hayedo de Retaule
Fuente: Objetivo Valencia
Principales hayedos en España

Aquí se citan algunos de los hayedos más importantes de España, por su extensión, singularidad o valor ecológico.

1. El mayor hayedo de España y segundo de Europa en extensión se encuentra en la Selva de Irati (Navarra), con unas 17.000 ha.

2. Parque Natural de Urbasa y Andía (Navarra).

3. Valle de Belagua (Navarra).

4. Parque Natural del Señorío de Bértiz (Navarra).

4. Parque Natural Saja-Besaya (Cantabria), con una superficie de 24.500 ha. de robles y hayas.

5. Hayedos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca).

6. Hayedos Parque Nacional de los Picos de Europa.


El Hayedo de Jordá
Fuente: Wikipedia
7. Hayedo de Jordá (Gerona), 480 ha

8. Hayedo de Otzarreta (Vizcaya)

9. Hayedo de Pintinidoira (Lugo)

10. Hayedo de Ciñera de Gordón (León)

11. Hayedo de Santa Cruz del Valle Urbión (Burgos)

12. Hayedo El Rajao (La Rioja)


13. Hayedo de Montejo de la Sierra (Sierra del Rincón, Madrid), 250 ha.

14. Hayedo de Tejera Negra (Sierra de Ayllón, Guadalajara), 400 ha.

15. Hayedo de la Pedrosa (en Riaza, Segovia), 80 ha.

16. Hayedo del Retaule (Tarragona). El más meridional de España.


Hayedo de Montejo de la Sierra
Fuente;www.actualidadviajes.com
Los hayedos del Sistema Central

Si alguien quiere ver un pequeño hayedo en todo su esplendor, con un uso adecuado de su madera en el pasado, debe visitar el Hayedo de Montejo en Madrid y comparar el vigor y grosor de sus troncos y la frondosidad de sus ramas con las escuálidas, jóvenes y valerosas hayas supervivientes de Tejera Negra, Guadalajara.

El hayedo de la Pedrosa (Segovia) es otra de las joyas del Sistema Central, tiene 80 ha, pero es de una gran belleza y tiene ejemplares de gran porte.

Y la solitaria haya de Herguijuela de la Sierra (Salamanca) puede estar hablándonos de su máximo límite occidental en el Sistema Central.




Municipio de Gascones
Nuevas citas de haya (Fagus sylvatica) en el valle del río Lozoya

Se aportan nuevas citas de haya (Fagus sylvatica) y de flora vascular escasa en el término municipal de Gascones, en el valle del río Lozoya, en la sierra de Guadarrama.

El haya (Fagus sylvatica) es una especie muy escasa de gran valor fitogeográfico en la sierra de Guadarrama, por constituir uno de sus reductos ibéricos meridionales junto a los hayedos tarraconenses de Beceite y el haya aislada de Herguijuela de la Sierra (Salamanca).

El clima submediterráneo, el predominio de ombroclimas subhúmedos y, especialmente, la sequedad estival limitan la expansión natural de la especie, que sin embargo desapareció de sus diferentes reductos en la Sierra de Guadarrama a causa de la explotación humana, como apuntaba el ingeniero de minas y geólogo Casiano del Prado en el siglo XIX.

En 1864, don Casiano del Prado detectó hayas todavía más al sur que Montejo de la Sierra, en Cercedilla y El Paular, pero fueron taladas.

Valle del Río Lozoya
Fuente: www.lozoya.eu
La existencia de umbrías locales, pequeños cañones en la cabecera de algunos arroyos, áreas con predominio de ombroclima húmedo y el incremento paulatino de las precipitaciones estivales hacia el este crean condiciones locales idóneas para el establecimiento de la especie.

En el caso de ejemplares plantados por diferentes puntos de la sierra se anota un buen estado vegetativo aún en laderas aparentemente subóptimas, como las del Monte Abantos en el Escorial.

En el siglo XIX aún persistían poblaciones en el valle de la Fuenfría, valle del Lozoya y Navafría a tenor de los testimonios de geólogos, botánicos e ingenieros de montes.

Estudios polínicos recientes también la detectan en un rango temporal situado hace 2000 años, al menos en el valle del Lozoya y las inmediaciones de los puertos de Canencia y Morcuera (Abel-Schaad, et al., 2014), aunque sus poblaciones nunca debieron ser muy destacadas.

Entrado el siglo XXI, la especie se encuentra casi extinta en estas sierras, con localizaciones en el alto Cega en el pinar de Navafría y el valle del Lozoya con un ejemplar citado en el término municipal de Gascones por Simón Cortés, a la que ahora añadimos dos nuevos ejemplares claramente naturales hallados en el año 2015.

El carácter natural de estos nuevos ejemplares queda además corroborado por su rico cortejo florístico, con especies tan escasas como la propia haya en estas montañas. Es el caso de Actaea spicata o Quercus x andegavensis, presentes en su entorno y escasísimas tanto en la sierra de Guadarrama como en la Comunidad de Madrid.




El Hayedo de Tejera Negra

Hayedo de Tejera Negra
SERIE SUPRAMEDITERRÁNEA AYLLONENSE SILICÍCOLA DEL HAYA (GALIO ROTUNDIFOLII-FAGETO S.)

Refugiado en la Sierra de Ayllón, a 10 km. de Cantalojas, existe un hayedo de mediana extensión dentro del Parque Natural Sierra Norte. Son 400 ha de singularidad botánica, el Hayedo de Tejera Negra.

Se ubica en el piso supramediterráneo, requiriendo un ombroclima húmedo que encuentra idealmente entre los 1.300 y 1.500 m. Por encima de los 1.800 m. el haya es desplazada por la serie del enebro rastrero.

La mayoría de este hayedo ha estado sometido históricamente a tratamiento de monte bajo, incluyendo la fabricación de carbón, por lo que está constituido por rebrotes de cepa de unos 10-15 m. de talla y unos 40 años de edad (datos de 1991). En la actualidad se tiende a su transformación en monte alto (2016).

El haya forma una cubierta densa que impide a la luz solar llegar al suelo, lo que unido a la competencia de su sistema radical imposibilita la instalación de otras especies.


Bajo el haya sólo se han anotado la presencia de: Galium rotundifolium, Galium odoratum, Conopodium bourgaei, Arenaria montana, Deschampsia flexuosa, Leucanthemopsis pallida, Doronicum plantagineum y Epilobium montanum. En los barrancos más abruptos hay entre las hayas: Fraxinus excelsior, Taxus baccata, Betula alba, Ilex aquifolium y Sorbus aria.

Otras especies notables de este hayedo, citadas por Hernández-Bermejo y Sáins-Ollero (1978) son; Rubus idaeus, Viola montcaunica, Sanicula europea, Fritillaria messanensis y Scrophularia alpestris.

La primera etapa de sustitución del hayedo es un piornal, parecido al que se instala en los rebollares colindantes, que pertenece a la asociación Cytiso-Ericetum arboreae y que lleva Cytisus scoparius subsp. scoparius, Genista florida, Genista cinerea subsp. cinerascens, Adenocarpus hispanicus y Erica arborea.

A continuación se instala un brezal con: Erica arborea, Erica australis subsp. aragonensis, alguna mata de Cistus laurifolius y todo ello sobre un tapiz de gayuba (Arctostaphylos uva-ursi). Por último, la formación de Cistus laurifolius.

Extractado de: Los Montes de Castilla-La Mancha. Colección Estudios. Universidad de Castilla-La Mancha. 1991



Mapa del Hayedo de Tejera Negra

Consideraciones finales

El haya es un árbol que en España produce veneración, sobre todo en Castilla por su escasez y significado. Representa al bosque climáticamente y geográficamente centroeuropeo, con toda la idiosincrasia asociada a él.

El bosque en general ha retrocedido en Castilla debido a su sobreexplotación para construcción y combustible, pero también debido a la roturación de las tierras para cultivos y pastizales. Su clima extremado ha hecho muy difícil su repoblación espontánea y sólo quedan islas de vegetación autóctona en los bosques galería y las gargantas montañosas que no han sido inundadas por los embalses.

El haya es un caso singular dentro de ese bosque, porque es un colonizador reciente y porque mayoritariamente procede del Este europeo, como las migraciones célticas y germánicas, que encontraron bosques similares en las montañas españolas a los de sus tierras anteriores.

La querencia por el haya de los castellanos aficionados botánicamente, lleva aparejada un componente cultural que quiere huir de la categoría "mediterráneo" para definir su medio ambiente, que si bien está suficientemente representado en la vegetación de la Meseta, en las montañas no es realmente así.

Tal vez la explicación esté en que gran parte de la población castellana procede del montañoso norte de España, donde el haya sí es muy común y está muy ligada al hombre desde hace como mínimo 3.000 años, lo que es decir durante todo su período histórico.

Todo este preámbulo viene a colación del interés vivo de ciertas asociaciones de repoblar por su cuenta con hayas los montes donde ellos creen que estuvieron y se extinguieron, como una manera de regresar al pasado antes de las grandes repoblaciones forestales que tanto bien y tanto mal causaron.

Sin embargo, deben saber que están causando un daño medioambiental muy considerable, primero porque el haya puede llegar a convertirse en invasora (ejemplo en el Parque de Peneda-Geres) y porque desvirtúa tanto la expansión natural de la especie como la posibilidad de estudiar su distribución autóctona, con sus dinámicas biológicas y antropológicas asociadas.

Ruego encarecidamente a esas asociaciones bienintencionadas que no trasladen semillas de haya de unos a otros lugares porque las estirpes genéticas son distintas, y que no planten por su cuenta aunque amen al haya como nosotros la amamos, porque nada hay más maravilloso que contemplar un bosque primario o espontáneo y nada más perverso que las plantaciones, ya provengan de instituciones, empresas o particulares.

Detectar hayas relictas es una afición más sana, sabia y apasionante que diseminar plantones y semillas por el campo, por muy interesados que estemos en ver hayedos donde o no los hubo nunca o desaparecieron por circunstancias climáticas o sociales. Dejemos a los expertos la investigación y la repoblación.


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