domingo, 1 de octubre de 2017

La importancia de la imposición de los conceptos culturales

Interior de la Catedral de Córdoba
Fuente: Internet
La manera que tenemos de percibir la realidad condiciona nuestro comportamiento. Y son los conceptos, ligados al idioma y al significado, los que aglutinan esa realidad, conformando unidades de conocimiento desde la infancia, consolidándose durante la adolescencia y modificándose levemente en la adultez.

Podría haber tomado de ejemplo el adoctrinamiento catalanista de la población que reside en Cataluña, a través de sus potentes medios de comunicación, pero sería demasiado complicado, extenso y emocional como para centrarnos en el objeto de este breve artículo, que no es otro que el de la importancia de la formación intencionada de conceptos culturales fundamentalmente falsos para conseguir unos objetivos. Por ello usaré el término "Mezquita de Córdoba".



“La internalización de las formas culturales del comportamiento incluye la reconstrucción de la actividad psicológica teniendo como base las operaciones con signos” (Vygotsky, 1994).



Fachada oriental de la Catedral de Córdoba
Fuente: Internet
Esto es, que la naturaleza de los procesos psíquicos del sujeto se expresa en su mediatización a través de los signos, del lenguaje y de la cultura como tres factores esenciales que condicionan dichos procesos.

Entendiendo a los signos como aquellos estímulos creados artificialmente por el individuo con el fin de influir sobre la conducta propia o ajena, para Vygotsky la signación (como proceso de creación y utilización de los signos) representa un nuevo principio de actividad que delimita y especifica la naturaleza de la psiquis humana.


“La formación de conceptos es justamente el núcleo fundamental que aglutina todos los cambios que se producen en el pensamiento del adolescente” (Vygotsky, 1991). 




Interior de la Catedral de Córdoba
Fuente: Internet
La prevalencia del concepto mezquita en Córdoba


La atribución de los conceptos Mezquita de Córdoba o Mezquita-Catedral de Córdoba a lo que no es sino únicamente una catedral católica, y sus consecuencias, son un claro ejemplo de los efectos de la propaganda, la fabulación y la creación de conceptos sobre la incontestable verdad de los hechos.

Hoy, en todo el Mundo y en la misma España, que recoge y asimila los conceptos que el turista extranjero difunde, se considera que el legado musulmán de España es su más fundamental impronta. 


Repasemos la Historia

La presencia de moriscos y judíos en los ejércitos imperiales españoles del siglo XVI provocó que se extendiera el prejuicio sobre el origen racial de los españoles en toda Europa. Por ejemplo, en las guerras italianas, a los catalanes y castellanos se les insultaba llamándolos turcos y marranos, por su supuesta condición morisca y judía impura, pero también protestantes, por la inclusión de mercenarios alemanes en los ejércitos imperiales que saquearon Roma (1527).

También la Leyenda Negra, urdida por el protestantismo holandés en el siglo XVI pero con los antecedentes italianos contra los catalanes, contribuyó al rechazo y desprecio religioso y racial de quienes habían ocupado sus territorios de una manera tan incontestable.


Catedral de Córdoba, Capilla del Sagrario
Fuente: Internet
Después de 200 años de hegemonía española en Europa y su posterior decadencia, los viajeros escritores del siglo XIX extendieron por Europa y Estados Unidos la idea del romanticismo oriental español, indefectiblemente unido a lo morisco por su huella arquitectónica.

Músicos, embajadores, intelectuales, viajeros y otros observadores curiosos devolvieron a los españoles una imagen de sí mismos que ni siquiera se habían planteado, convirtiéndolos, de golpe y porrazo, en bandoleros, pícaros y descendientes directos de moros y judíos.

Así, los toros grecolatinos eran moriscos hasta para Larra, las costumbres ancestrales eran moriscas y hasta los botijos eran moriscos, en una suerte de connivencia internacional en la que los españoles mismos no metían baza, haciendo trágala de lo que los hispanistas -ahora anglosajones- escribían.

Incluso mastuerzos nacionales de talla intelectual han escrito desde el exilio y desde sus cátedras majaderías propias de quien estudia sólo un período de la Historia y a través de las gafas de prejuiciosos extranjeros, más estudiosos que ellos, pero miopes fabricadores de tesis doctorales.


La Catedral desde el Guadalquivir
Fuente: Internet
En el país de los ciegos el tuerto es el rey. Prueba patética de ello es seguir llamando machaconamente "mezquita" a lo que es una catedral católica como la copa de un pino desde 1238 (hace ya 779 años).

Si tenemos en cuenta que inicialmente fue la basílica hispanorromana de San Vicente Mártir desde mediados del siglo VI hasta la edificación de la mezquita 785, vemos que como basílica cristiana funcionó más de 250 años, y como mezquita 453 años, frente a 779 como catedral cristiana. Hasta el 785, y desde el 714, habían convivido los cultos cristiano y musulmán.





Enlaces

¿Catedral o mezquita?

La formación de conceptos: una comparación entre los enfoques cognitivista e histórico-cultural

Imperiofobia y Leyenda Negra

Moriscos en España y América