lunes, 20 de mayo de 2024

I Foro Geopolítica, Europa en el siglo XXI

I Foro Geopolítica, Europa en el siglo XXI
18 de mayo, 2024

El I Foro de Geopolítica organizado en Madrid por el influenciador Rubén Gisbert ha sido un éxito rotundo de público.

La larga cola de entrada al auditorio Pablo VI estaba llena de rostros jóvenes deseando ser escuchados, ansiosos de escuchar lo que ellos “ya sabían” y muchos imaginando lo que iban a preguntar a sus héroes al finalizar la ponencia.

Allí estaban dos pesos pesados de las redes sociales y de la “conspiranoia”: El coronel rebelde Pedro Baños y el atrevido discípulo de César Vidal: el periodista Lorenzo Ramírez.

Ramírez ya se ha convertido por sí mismo en un referente para los “conspiranoicos” por su libro “Las claves ocultas del 11M”, lectura de cabecera fundamental para tener una idea general de lo que pudo pasar aquel día y quiénes pueden estar detrás de los atentados.

El coronel Baños, hombre honesto y franco como pocos divulgadores, estuvo desatado toda la tarde, arengando a los presentes contra la guerra de Ucrania. Se le notaba nervioso, miedoso … y enfervorecido de ver un auditorio repleto que aplaudió a los ponentes nada más aparecer y que ovacionó al televisivo coronel, cuya supervivencia -seguro que piensa- depende de que sea suficientemente mediático como para que su desaparición en algún “accidente” sea manifiestamente escandalosa. Su miedo le hace aún más valiente.

Presentación de José Vizner 
Acompañando a Rubén, Lorenzo y Pedro estaban dos ex-embajadores, que quisieron ser honestos con los presentes pero que no aportaron nada significativo. Realmente podrían haberse mojado más, y debido a su avanzada edad deberían haberse atrevido y se lo hubiéramos agradecido. Tal vez su profesión tiene la sombra muy alargada y deben pensar que han de seguirle haciendo un servicio al Estado, no olvidemos las promesas firmadas cuando los nombraron funcionarios y juraron sus cargos.

Rubén Gisbert estuvo más bien chulo, como es su hábito, prepotente, pretencioso, hasta divo … llegó incluso a ser corregido en alguna ocasión por los ponentes, que no se atrevieron a más con quien los había llevado allí. Y también le tapó la boca a un anciano extranjero que se manifestó judío y gitano, y que no quiso hacer una pregunta, sino una reflexión… y ahí Rubén no tuvo paciencia ni compasión y cedió el micro a otra persona del público para que preguntara algo y no reflexionara ...

Pero así es Rubén, y tal vez si no fuera así este foro no habría tenido lugar. Algunos pedían incluso que se presentara a las elecciones. Yo no pediría tanto …

El moderador en su papel, hasta que se enzarzó en una leve diatriba con Lorenzo Ramírez, algo subidito por su fulgurante éxito editorial y mediático. Seguramente se creía el protagonista de la fiesta. Ramírez, a preguntas de alguien del público llegó a desmentir que hubiera élites ocultas en todo esto porque estaban a la vista de todos. Fue quizá lo más decepcionante de su intervención, que no aportó nada nuevo que no puedas leer en su libro y que se contuvo más de lo esperado. Pero un hurra por él, y que baje un escalón.

Quien no se contuvo fue el coronel en la reserva Baños que, a tenor de lo visto, está en plena forma y muy en activo. Sus arengas sonaron a miedo, a una huida hacia adelante de alguien a quien posiblemente han amenazado, que está acosado en las redes sociales por asalariados y perritos de la OTAN y al que una operación en redes sociales apartó de un cargo estratégico en la seguridad del Gobierno español, amedrentado también si lo nombraba.

Tampoco aportó nada que ya no supiéramos.

Lo cierto es que Ucrania acaparó buena parte del foro, que se extendió por 3 amenas horas, con momentos de sopor por el embajador bilbaíno* de los pantalones blancos, que llamó “nazi” al gobierno de Ucrania y a la nación misma, explicando que realmente eran dos países, justificando así su partición. Fue la suya una intervención más ideológica que otra cosa.

Lo mejor de la noche estuvo en alguien del público que solicitaba más presencia de China en la ponencia, a lo que contestaron casi al unísono los ponentes citando el acotamiento “Europa”, como si la geopolítica que dicen defender excluyera explícitamente a quien se le compran la mayoría de los bienes en la Unión Europea.

Y sobre todo el influenciador Marc Vidal, el de las gafas azules en redes, que desafió el poder y el control mundial arengándonos sobre la necesidad de oponernos a ese control de nuestras vidas y a mantener el dinero en efectivo en nuestros bolsillos para no ceder a ese control.

Gran tarde noche, felicidades a Rubén Gisbert y a los ponentes, que son personas con claroscuros y no son héroes más que para mostrarnos el camino, la luz al final del túnel y la mugre que nos rodea y atenaza.

 

REFLEXIÓN

Yo sí que voy a hacer una reflexión, nadie me lo impide y hay tiempo.

La defensa de los ponentes de las posiciones geopolíticas de Rusia, la minusvaloración de China, el paso de puntillas por Marruecos y Polonia y el ataque frontal a la OTAN y Estados Unidos y Reino Unido no es más que una postura emocional manifestada en este foro. Un alegato contra la guerra de Ucrania a la que nos están empujando, una demasiado velada crítica al Gobierno español actual por ello y un deseo de no estar alineado.

En los conflictos, la historia reciente nos da lecciones: es muy difícil no tomar partido por alguien. Puedes querer mantenerte neutral en una guerra y te acaban alineando con el “enemigo” aunque no quieras.

¿Qué proponen estos ponentes? ¿Una actitud neutral o un alineamiento con las tesis rusas en contra del poder de EEUU?

EEUU e Israel están cercando España a través de Marruecos ante las dudas que tienen sobre la capacidad aliada de España por sus gobiernos socialistas.

Polonia es un tapón de EEUU ante las pretensiones de amistad germana-rusa.

Y Turquía es un aliado de EEUU que se lleva mejor con ellos que con la UE, que le cerró la puerta a su incorporación.

Viendo que Francia prefiere una política exterior y de defensa propias, con ayuda de Alemania, Italia, España y circunstancialmente otros países, y que Reino Unido es parte del problema, nos deja a los españoles ¿anhelando la ayuda rusa para sacudirnos el yugo anglo-judío de la OTAN?

Recordemos lo que pasó con Tarteso: cuando se acabaron los metales los nativos se rebelaron contra las élites locales y los fenicios, y éstos llamaron a su hermano mayor Cartago. Cuando Cartago invadió la Península Ibérica los nativos llamaron ahora a los romanos, que se quedaron con el territorio cientos de años. Y lo mismo el visigodo Witiza cuando llamó a los árabes para que le ayudaran a entronizarse a costa de Don Rodrigo. Y es que no aprendemos.

Una política independiente no es posible en geopolítica, pero sí un pensamiento independiente, saber dónde queremos estar y a dónde queremos ir.

Las élites oscuras manejan muchos hilos y vemos sólo a sus marionetas. No sólo hay intereses económicos, sino también ideológicos, de poder y de vanidad, porque son humanos que quieren dirigir a otros humanos, a los que consideran ganado.

Los pastores de nuestro gobierno están a sueldo de unos dueños que no conocen, porque sólo tratan con quienes les pagan el jornal.

Lo primero es balar contra esos pastores y elegir a un pastor entre las ovejas que le recuerden permanentemente al pastor de dónde ha salido. Lo segundo manejar el prado de la hierba que comen, lo tercero aliarse con todos los rebaños posibles que ya estén manejando sus prados … El resto aún queda lejos.


Presentador:

José Vizner


Ponentes:

Rubén Gisbert

Lorenzo Ramírez

Pedro Baños

*José Antonio Zorilla

Ignacio García Valdecasas



Otros foros de Geopolítica

I Foro de Geopolítica y Geoestrategia: El papel de España en el futuro de la Unión Europea: perspectivas y desafíos






domingo, 19 de mayo de 2024

Conferencia de Michael Ignatieff en la Ramón Areces

Conferencia de M. Ignatieff en Madrid
Fundación Ramón Areces
"La democracia en las urnas, cuando el sistema se convierte en objeto de debate".
Madrid, 14 de mayo 2024

Ignatieff es un apellido que me sonaba de alguien que lo citó en redes sociales, o tal vez de algún artículo leído que no se me quedó en la memoria reciente.

Sin expectativas de un ponente que diera soluciones a mis inquietudes sociopolíticas, pero con la curiosidad de saber lo que iba a decir, reservé localidad en la Fundación Ramón Areces.

Había mucha gente muy bien arreglada y con una media de edad en la jubilación, y muchos ya llevaban más de una década en esa situación.

Muy pocos optaron por la traducción simultánea, evidenciando su educación bilingüe en colegios internacionales o la vanidad de la apariencia, aunque no se perdieron demasiado estos últimos, porque fue el de Ignatieff un discurso huero, lleno de los tópicos de los que se dicen liberales y socialdemócratas -que ni ellos mismos tienen claro- con la palabra ‘democracia’ como conjurador de todos los males, cuando realmente es el problema.

Después de las jabonadas que le dio el presentador al ponente -sólo faltó meterse en la cama con él- Ignatieff nos amenazó con incomodarnos diciéndonos cosas de la democracia española, y eso esperábamos, porque un canadiense como él, que vivió en Estados Unidos, cree que debe darnos lecciones de democracia. Sin embargo no debió atreverse y lo evitó, tal vez porque muchos sabemos de los problemas de Canadá y de los autoritarismos de su presidente -que no citó- ni tampoco el gallinero en el que se ha convertido Estados Unidos, que hoy, si es que es ejemplo de algo, es de afán de control y de bombardear, intervenir gobiernos y realizar espionaje a sus aliados.

Habló de su desagradable experiencia política canadiense por sus enfrentamientos con sus opuestos políticos y que cayó en el odio a los mismos. Hoy nos aconsejaba no caer en el mismo error que él, e irnos a un bar a tomar algo para limar asperezas. También habló de que en los matrimonios no debe contarse todo, como símil de la política, y que hay que hablar las cosas para evitar el conflicto.

La verdad es que me estoy esforzando en recordar algo de valor, que no sean algunas chorradas vertidas, como que los asturianos, gallegos, catalanes y vascos -sí, asturianos- tienen profundos sentimientos nacionalistas, y no sabemos de dónde se habrá sacado esa idea.

Lo cierto es que un ponente así no está para dar consejos a los españoles e hizo bien absteniéndose para no cagarla aún más.

Es Ignatieff todo un personaje, creo, a tenor del revuelo formado a su alrededor y de que al día siguiente de la conferencia le dieron el Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales llamándolo por teléfono. Pero he de decir, que he asistido a bastantes conferencias de personajes que se creen gurúes y éste es el más insulso y decepcionante que me he encontrado. Tal vez no estuvo inspirado o reservó su discurso para la Princesa de Asturias.

Michael Ignatieff,
Fundación Ramón Areces
Los reproches tibios a Biden y gruesos a Trump, aguijonazos breves a los totalitarios presidentes como el húngaro Orban y el recuerdo a la recuperación de nuestra democracia y otras obviedades de bar le sirvieron para enmarcar una especie de loa a la rebeldía para tomar las riendas de nuestro devenir democrático, pero luego se enredó contradiciendo esa idea revolucionaria para no perjudicar la democracia, porque preconiza el diálogo.

Ahora mismo vive muy bien recibiendo premios y no es plan de boicotearlos.

El discurso de este señor, antes desconocido por mí, y al que ahora califico de irrelevante e irritante como vendedor de humo, no aportó nada nuevo ni original, ni siquiera sugerente. Y tampoco hubo tiempo para las preguntas, lo cual es fiel reflejo de la democracia occidental: una dictadura en la que las formas de disimulo ya ni por asomo se aplican, porque sus voceros creen, como nuestro presidente Sánchez el Mentiroso, que los males se conjuran con la palabra “democracia”, cuando no es que ya no tenga contenido, sino que estamos descubriendo que no es más que una dictadura alternante con ficción de libertad.

Mi compañera de butaca, acabó indignadísima por lo que escuchó, porque perdió su tiempo, y no le faltaba razón, porque cuanto más intento recordar la conferencia más me irrito, no con el Sr. Ignatieff, que hace lo que puede para que la vida le sonría, sino con los lameculos y aplaudidores que en nuestra “democracia” y sus defensores sólo ven la crema suculenta encima de un enorme pastel de mierda.