domingo, 12 de abril de 2020

Errores más comunes a la hora de hacer torrijas

Coronavirus SARS-CoV-2
Microfotografía coloreada
National Geographic
El confinamiento al que nos han sometido el Gobierno por su incapacidad de previsión y la maldad intrínseca del virus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID19 ha conseguido que la Semana Santa no saque a la calle sus desfiles procesionales este 2020 tan aciago.

Pero como en el año sin verano de 1816, en el que Byron, Shelley, Polidori, Claire y Mary se reunieron para dar a luz monstruos, muchos de los confinados en nuestras casas durante semanas hemos experimentado guisos, fritos, postres, bizcochos y hasta ... torrijas, con suerte muy dispar -y hasta aterradora- esta Semana Santa, tan atípica que hace 102 años que no ocurría nada parecido, como la gripe americana de 1918.

Torrijas castellanas
Hoy os hablaré de los errores que suelo cometer al hacer las torrijas cada año por primera vez, pues nuestra memoria nos falsea los recuerdos y tendemos al olvido y a la tergiversación.

Las recetas que uso son las de mi madre, de ancestros zamoranos y monásticos; las de mi abuela extremeña, campesina rica y excelente cocinera, y la sabiduría popular castellana de mi experiencia en las provincias de Salamanca, Zamora y Valladolid, refundidas en una, que ha resultado ser la misma -en ingredientes y procedimiento- que aparece en La Cocina de los Conventos de la Academia de la Cocina Española, un libro que presume de haber rescatado de viejos pergaminos olvidados en conventos recetas que sólo existían en la tradición oral.

Pero vayamos con los errores, que es a lo que hemos venido.


El aceite de girasol no debe estar
muy caliente para no quemar el huevo
El primer error

No echar la suficiente cantidad de leche en el cazo, si te sobra ya se la echarás al café del día siguiente. 

Porque las torrijas deben quedar empapadas, es decir, que ya no puedan absorber más leche.


El segundo error

Cuando caliento la leche y le pongo el palo de canela ... ¡me olvido de echarle el azúcar! Después es muy difícil corregir el error a no ser que en vez de espolvorear azúcar le eches un chorro de miel por encima a la torrija ... y ni aún así.



El dorado de la torrija le da
su aspecto apetitoso
El tercer error

Se trata de dejar hervir la leche, lo que le da cierto sabor amargo. Así que cuidado, hay que estar atento y no abandonar nunca la cocina.


Los aciertos

Poner un dedo de aceite de girasol caliente pero no muy caliente ayuda a que el huevo se dore y no se queme.

Después hay que escurrirlas y ponerlas sobre papel secante.

Y aún en caliente, y ya sobre el plato de presentación, se le vuelve a espolvorear azúcar, aunque se pegue menos cantidad que con la torrija aceitosa.



Las torrijas perfectas
Espolvorear después un poco de canela por encima y listo.

Si la torrija no ha salido suficientemente dulce podemos echarle un hilo de miel del país, por ejemplo de tomillo o encina si quieres que te queden muy castellanas, o de azahar para los paladares menos recios.




Debajo dejo el enlace a la receta como debe ser. 

Torrijas del convento, una receta castellana ancestral


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