El acuario, ese ecosistema que nos necesita
La desgana y el desdén son grandes enemigos de la vida
cotidiana, pero en el caso del mantenimiento de seres vivos en la propia casa,
se torna en una cuestión de vida o muerte.
Hacía ya unas de semanas que mi acuario de agua fría necesitaba
una buena limpieza de sustrato y paredes. Tampoco había renovado el agua desde
hacía al menos dos meses, y para colmo, desde hacía un mes se había quedado sin
luz, y por lo que descubrí hoy mismo,
tampoco funcionaba el filtro.
La vida diaria tiene circunstancias y estados de ánimo que
nos empujan a realizar sólo las tareas básicas de mantenimiento del hogar, y
cuando saltó el diferencial de mi casa, ni me imaginaba de qué se trataba.
Un problema eléctrico, origen de todo
ICP, diferencial y pías |
No hubo explosión de la bombilla ni ruido alguno que la
anunciase, y como acababa de encender la
cocina para calentarme la leche del desayuno, pensé en un grave cortocircuito
en la vitrocerámica … “Prepárate para el desembolso”, pensé.
Pero el tiempo vuela, y había que irse a trabajar. El
ventilador de la caldera de gas se había apagado pero la llama del piloto
seguía encendida, así que corté el gas. Ya lo vería todo después.
Regreso al hogar
Cuando volví del trabajo la casa estaba como un témpano,
oscura e inhóspita, sin la alegría de ese resplandor del acuario que siempre me
recibía y que aún no sabía que era el causante del incidente.
Lo primero fue intentar separar de la pared el pesado
frigorífico de dos cuerpos para acceder
al diferencial, pero está tan encastrado con una estantería y la mesa de la
cocina, que desistí.
Así que el plan B consistió en subirme descalzo sobre la
susodicha mesa e intentar poner en orden todas las pías: arriba, abajo,
combinarlo con el diferencial, … Al final conseguí tener luz … en la
cocina, pero no en el resto de la casa. Encendí la vitrocerámica y funcionaba ¡Ufff!
Pero el salón seguía a oscuras.
Localizando el problema
La puta bombilla |
Encendí la caldera de nuevo, y me costó un buen rato, para
que la casa entrara en calor, pues ya estaba a 12°C. Como vemos, la eficiencia
energética tampoco es el fuerte de los pisos de hoy en día.
Así que accioné el interruptor de la luz del acuario … no
funcionaba. Aquí estaba el problema. Desenchufé la tapa del acuario, la desmonté
y vi cómo se había destrozado el interior del bulbo de la pequeña bombilla de
25 W. Es verdaderamente preocupante la que puede liar una pequeña mierda
incandescente de un par de euros.
Me mosqueé bastante y decidí que ya compraría una al día
siguiente, sábado … Y claro, ferreterías y tiendas de material eléctrico se dan
prisa en cerrar si no madrugas. Así que todo el fin de semana con las gambusias
a oscuras.
Abrí esos días más de lo acostumbrado las ventanas para que
entrara la luz para las plantas del acuario … y seguí abriéndolas los sucesivos
días y las semanas, mientras observaba que plantas y pececitos seguían igual.
“Tal vez …”, pensé “… esas plantas de acuario proceden de
las profundidades abisales …”.
Pasaron las semanas … y los meses … y me extrañó no oír el
rumor del motorcito del acuario … ¿sería un atasco por los caracoles acuáticos?
Y así más semanas todavía.
Unos filamentos verdosos han empezado a cubrir el suelo del
acuario y las paredes están salpicadas de lunares verdes.
Es viernes noche, toca salir, pero la siesta de 4 horas que
me he echado me ha dejado baldado y a las puertas de las 10 de la noche …
demasiado tarde para quedar ya con posibilidades de éxito.
Lo primero fue vaciar un tercio con ayuda de un cazo y una
cazuela.
Lo segundo, podar y
retirar las hojas feas de los dos tipos
de plantas que tengo y retirar los filamentos verdosos con textura de estropajo
que ya habían rodeado las piedras volcánicas del fondo.
Luego retiré los restos vegetales flotantes.
Y ahora voy con las paredes … A pesar de mi limpiador
imantado, los lunares verdes no se quitan, así que usé una tira de bayeta nueva
de cocina. Quedó muy bien y pasé luego el imán.
A continuación rellené el acuario con agua del grifo y añadí
el acondicionador anticloro, a razón de 5 ml por cada 20 l, que en este caso, y
como había añadido 4 litros, puse 1 ml.
Esperé unos minutos y limpié de concreciones por fuera el
filtro y lo reinstalé. Oí que hacía algo de ruido, pero casi imperceptible, o
nada … pensé y luego imaginé que el cortocircuito también había dañado el
filtro … Hala, otro desembolso. Miré de cerca la salida de agua del filtro y vi
que era incapaz de mover las partículas en suspensión, así que no funcionaba ¿Se
habría atascado con los caracoles?
Saqué el filtro del tanque, lo sequé con un paño y lo
desmonté parcialmente, accediendo a la esponjilla … No había nada anormal. Lo
reinstalé y nada …
Como no me doy fácilmente por vencido ni tengo ganas de
gastarme los cuartos innecesariamente, me decidí a desmontarlo y accedí a la
hélice … y ahí estaba el tema: las concreciones impedían el movimiento de la hélice
y por tanto el funcionamiento del filtro.
Hélice limpia y montada |
Probé en seco un instante el aparato: ¡funcionaba!
Lo monté en un santiamén y lo reinstalé: mis peces vuelven a
estar contentos, a la espera de que se haga la luz comprando mañana una
bombilla y comida para peces, hartos como están de comer comida de tortuga
pulverizada … Viva la vuelta a la actividad.