domingo, 17 de septiembre de 2023

Los no retratos de Brunetti

No me motiva en exceso escribir de temas que no controle lo suficiente.

Sin embargo voy a meterme en un terreno que, aunque no es de vital importancia para la humanidad, ni siquiera para España, sí que es interesante para las personas de la música y para los historiadores y estudiosos de los municipios que tuvieron la dicha de ver nacer o tener de vecinos a músicos ilustres.

Pondré una pequeña luminaria en asuntos muy particulares a través de información obtenida de personas expertas de carne y hueso, correos electrónicos y el acceso a información web.

Aterricé profesionalmente y por casualidad en esto de la música hace tan sólo 4 años pero ya han pasado por delante de mí muchas decenas de agrupaciones y orquestas, de música rock, indie y clásica.

Y englobo en "clásica" tanto desde la medieval a la contemporánea, de las consideradas músicas "cultas", tanto vocales como instrumentales. Porque lo mismo da llamar paella a la paellera que a la comida misma.

El misterio de estos años en una profesión tan evidente está en lo que podemos llamar "saber quién es el padre", una pregunta que seguro que se hacen muchos que son producto de la inseminación artificial o de padres irresponsables o calaveras impenitentes.

Aquí se trata de saber qué rostro tenía Cayetano Brunetti, padre de al menos 41 sinfonías, un músico prácticamente desconocido hasta hace una decena de años, o más bien olvidado, porque fue un gran violinista y compositor, superior incluso a Boccherini (sobre gustos hay mucho escrito), y que muchos expertos consideran el mejor músico de España en la segunda mitad del siglo XVIII, que no es poco.

La cuestión es que no existía un retrato conocido de este músico hasta mayo de 2023, y este artículo se comenzó a escribir mucho antes.

En los discos publicados del anteriormente llamado Gaetano Brunetti (por bautismo) y españolizado Cayetano Brunetti por carta de naturaleza otorgada por el Rey de España, aparecían los siguientes retratos, que han llevado a pensar a muchos que Brunetti era el representado:



El Duque de Alba con partituras de Haydn

Representa a José Álvarez de Toledo y Gonzaga, hijo primogénito de los marqueses de Villafranca, cuyo título ostentó; no obstante, es más conocido como duque de Alba por su matrimonio con María Pilar Teresa Cayetana de Silva, XIII duquesa de Alba de Tormes, con la que había contraído matrimonio a los diecinueve años de edad, contando ella únicamente trece.

Su autor es Goya, hacia 1795 y se encuentra en el Museo del Prado (Madrid).





Luis Egidio Meléndez

Autorretrato del pintor de 1746.

Museo del Louvre (París).

Luis Egidio Meléndez (Nápoles,1716 - Madrid,1780) fue un pintor español nacido en Italia. Hizo casi toda su carrera en Madrid y se le considera uno de los mejores pintores de naturalezas muertas del siglo XVIII. En contraste con su actual reputación, durante su vida padeció una gran miseria.




Otros muchos compositores y destacados músicos españoles tampoco tienen retrato conocido.


El ilustre José Lidón, de Béjar, tampoco tiene retrato conocido, y a veces se le atribuye el de Mariano Lidón, realizado por José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra.

En el caso de la rama musical de la familia Lidón, el principal miembro fue José del Espíritu Santo (1748-1827).

Hijo, y probablemente nieto y hermano de músicos, proyectó su labor didáctica especialmente sobre sus sobrinos Alfonso y Mariano; el primero llegó a ser organista de la Real Capilla y el segundo pianista y músico de cámara en las cortes de Fernando VII e Isabel II. Mariano Lidón es el representado en el cuadro.


El cuadro de la derecha representa a un músico con el traje de la Real Capilla de principios del XIX, que era negro y rojo, y el músico lleva en sus manos una partitura de un Ut queant laxis, que es el primer verso del himno a San Juan Bautista.

Posiblemente se trate de José Lidón (1748-1827), retratado de 1815 en adelante.

Desde 1805 hasta su fallecimiento fue director de la Real Capilla.

 




Y qué decir de Francisco Brunetti, el hijo violonchelista de Cayetano, puesto que le han atribuido el retrato del músico francés François-Joseph Naderman.

De Francisco no existe ningún retrato hasta la fecha, y eso que fue el hijo de un ilustre compositor y un destacado violonchelista, sustituyendo a Domenico Porreti en 1784 en el cuarteto de cuerda de Carlos IV.




De Francisco Vaccari (1771-1832), cuñado de Francisco Brunetti por matrimonio con su hermana Luisa, sí existe retrato.

Este violinista de la Real Capilla tuvo que huir de España, acusado de liberal por Fernando VII y se estableció en Londres, conde trabajó con su mujer, la cantante Luisa Brunetti, interpretando boleros.

En 1816 regresó a Madrid, en donde ofrecía conciertos en su casa junto a su esposa y el hermano mayor de ésta, el reputado chelista Francisco Brunetti, hijos de Cayetano Brunetti.




Hay que tener precaución con los retratos de músicos españoles del XVIII que se publican en la web, casi todos son fake. Hay supuestos retratos de Literes, de Durón, de Nebra, que no lo son en absoluto, pero se van copiando de una web a otra.


Cayetano Brunetti, por Joaquín Inza
Descubierto en 2023
El retrato de Cayetano Brunetti

Se sabe que de Cayetano Brunetti había al menos dos retratos, uno bastante grande que formaba pareja con el de su mujer. Estos retratos se vendieron en 1837. En la actualidad (antes de mayo de 2023) están en paradero desconocido. 

El investigador Toni Pons, de Ars Hispana, dedicó bastantes meses buscando retratos de "caballeros desconocidos" pintados por pintores españoles de la época, pero hasta el momento no había resultados. 

Como posible pista se pensaba que Brunetti quizá se retrató vestido con el traje de la Real Cámara, que era azul.

Pero en mayo de 2023 saltó la sorpresa. Un ojeador descubrió en un anticuario de Barcelona un cuadro de un misterioso caballero que mantenía en sus manos una partitura. Se avisó al museo del Prado y éste al museo Ulpiano Checa de Colmenar de Oreja (lugar de residencia de Brunetti).

Desde el museo se pusieron en contacto con los expertos en Brunetti de Ars Hispana, que con las medidas del cuadro y la partitura que sostenía en sus manos, confirmaron la identidad del misterioso caballero, que lleva una levita azul, sí, pero de carácter particular, con la intención no disimulada de "ennoblecerse".

El cuadro está fechado en 1782 y la partitura contiene su nombre. La obra se atribuye a Joaquín Inza, puesto que existe un paralelismo con el retrato del escritor Tomás de Iriarte y con un autorretrato del propio pintor.





Tomás de Iriarte,
por Joaquín Inza




Autorretrato de Joaquín Inza







Retrato de Cayetano Brunetti



Detalle del retrato




Este artículo es el 350º de los publicados en este blog desde 2007















domingo, 29 de enero de 2023

"La voz humana" de Cocteau por Marjo Nina Ikonen

Marjo Nina Ikonen en "La voz humana". Foto: Zenobita
La Voz, … La voz a ti debida, La voz humana, …

Las voces de las personas que amamos, las que nos aman y las que nos desdeñan …

Mi primer encuentro con esa extraña palabra de tres letras fue a través de los recitales grabados de Frank Sinatra en un televisor de blanco y negro.

A Sinatra se le conocía como ‘La voz’, no por su virtuosismo como cantante, sino por su capacidad de emocionar y transmitir a través de ella. Algunos decían que su directo te erizaba la piel con sólo coger ya el micrófono y despertaba todas y cada una de las sensaciones que tenías olvidadas y enterradas dentro de ti.

Conocí la poesía amorosa de Salinas más tarde, incluso llegué a regalar un La voz a ti debida, ilustrado en la contraportada personalmente y dedicado, como un regalo muy preciado por mí. Y así también descubrí luego a Garcilaso.

 

“… mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida;
libre mi alma de su estrecha roca,
por el Estigio lago conducida,

 

El endecasílabo de este fragmento lo incluye Cervantes en su segunda parte del Quijote, por lo que debió de gustarle también mucho eso de la 'voz'.

Mis concepciones platónica y petrarquista del amor son casi contemporáneas de este poemario, y becquerianas y byronianas también, por lo que es casi inmediato que me emocionen los versos de Pedro Salinas pero ¿y esta obra de Cocteau?

Jean Cocteau por Modigliani
La voz a ti debida es de 1933. Y La voz humana de Jean Cocteau de 1930. ¿Qué acontecía en aquellos años para que la voz interior del amor inspirara a ambos poetas?

Años convulsos los 30, después de la Gran Depresión con la estrepitosa caída de las bolsas de valores. Tal vez ambos quisieron apostar a un valor seguro, como el amor, o al menos a un trasfondo que todos entendían y deseaban.

La biografía sentimental del poeta francés es tortuosa, y tal vez eso le llevó a describir tan bien el desdén y la intensidad de un amor no correspondido, como el que emborrona furiosamente el texto en La voz humana, monólogo desgarrador de una mujer cuyo amante ya se ha aburrido de ella y busca otros horizontes más jóvenes y estimulantes.

El carácter de la protagonista: voluble, embaucador, atribulado y hasta colérico, nos puede dar un atisbo de por dónde su amante pudo entrever una relación con la que debía acabar, aunque no es el argumento de la obra, sino más bien cómo una mujer, presa de una pasión arrebatada por un hombre, sufre de tristeza y rabia por el abandono, intentando convencer a su amante de que ella lo ama y que esa es la única razón para que esté con ella de nuevo.

Marjo Nina Ikonen en "La voz humana". Foto: Zenobita
No encontraremos en La voz humana un recetario de amor ni una sola enseñanza que colegir. La obra no es más que el despecho de una mujer repudiada que se aferra a la voz de su examante porque ya no puede tener y besar su cuerpo, acariciar su cabello o dormir sobre su pecho.

El recurso a un aparato telefónico que interrumpe constantemente la conversación pudo ser en 1930 un comienzo tragicómico, algo que había sufrido la mayoría de los espectadores en la Francia de la época y que generaba un encuadre de complicidad con la protagonista, desesperada con la operadora.

Una vez desarmado el público por algo que podría ser una comedia, nos damos cuenta de la gravedad de la situación por el sufrimiento de la actriz, pues se aferra a una relación aunque sepa del amargo desenlace.

La actriz Marjo Nina Ikonen transmite plenamente esa sensación de desasosiego al espectador con los altibajos emocionales de quien se ilusiona con sus propias palabras y se estremece de dolor y de rabia con la indiferencia de su expareja.

Marjo Nina Ikonen. Foto: Zenobita
Nos presenta la expresión desmadejada de una mujer que creía que estaba lista para la ruptura, para que la dejaran por otra, pero que se derrumba a medida que transcurre la obra y vamos conociendo su miedo a la vejez, su inseguridad real, su fragilidad emocional y su extrema dependencia emocional de un hombre, que podría haber sido otro cualquiera, porque lo que de verdad la aterra es la soledad.

La representación de Ikonen en Arroyomolinos nos descubrió el drama de Cocteau desde el prisma de una mujer más despechada y furiosa que zalamera, más ofendida que sumisa, y realmente con pocas posibilidades de conseguir un retorno de su amante por el esfuerzo de sus propios medios.

Volvería como loca a sus brazos, angustiada esperando su llamada, dispuesta a salir a su encuentro si él no llamaba … pero no tiene más recursos que producirle pena por lo que está sufriendo por él, con amenazas apenas veladas de acabar con su vida. ¿Puede ser suficiente?

La representación de la actriz tiene el valor de generar empatía por una persona tan incómoda de tratar como la soprano protagonista: engreída, exigente y muy básica en sus sentimientos, que se reducen a la mera compañía y al fetichismo de ser acariciada por los objetos personales del amor perdido.

Nos envuelve en la angustia del sufrimiento por desamor ¿quién no lo ha padecido? Nos incomoda con su desesperación, nos conmueve con su patetismo ¿realmente se merece que la abandonen? La mortificación del personaje está muy bien conseguida y el papel le viene como anillo al dedo a la actriz.

La obra de Cocteau es un gran reto para cada actriz, y no está al alcance de cualquiera, que sin la intensidad adecuada en la interpretación sería vacuo y hasta ridículo en nuestro tiempo tecnológico actual.

Marjo Nina Ikonen. Foto: Zenobita
Ikonen realiza un esfuerzo mayúsculo de ponderación y exabrupto, una gran preparación y disciplina memorística e interpretativa, que acompaña con el lenguaje no verbal requerido -muy exigente- para que no parezca una simple voz parlante escasa de tragedia. La mímica y la voz se integran con gran acierto, uno de los fuertes de esta actriz que recientemente actuó en Teatros del Canal (Aburrimiento chair) y la Euskal Etxea de Madrid (La voz humana) con una buena acogida por parte del público.

Buen vestuario, sencilla y buena puesta en escena y un gran acierto el abordaje de esta obra, traducida directamente del francés por el director de escena para esta representación, que necesita ser sutilmente pulida en algunos pasajes para adaptarlo a un español más fluido de interpretar.



Representación

La voz humana
Marjo Nina Ikonen
Artistic, espacio cultural
Arroyomolinos, Madrid
8 de enero, 2023