viernes, 27 de diciembre de 2024

Los cutres mercadillos de Navidad de Madrid

Entorno del antiguo Casino de Madrid en 2024
Antecedentes próximos y visibles

El cutrerío es una seña de identidad de Madrid.

Desde sus dulces típicos, como los humildes y detestables caramelos de violeta, los churros grasientos con chocolate, su emblemático y nada original bocata de calamares o la repugnante fritanga llamada “gallinejas” no se ha hecho mucho para elevar el nivel gastronómico del Madrid más típico.

De las prestadas y cacareadas cutre-tapas hablaremos otro día.

Lo mismo ha ocurrido con la arquitectura: después de eliminar la mayor parte de los palacetes del Paseo de la Castellana en los años 40, la especulación inmobiliaria, la inmigración interior masiva, la falta de planificación eficiente y la precariedad económica, sembraron la ciudad de chabolas en todos los extrarradios en los años 60 del siglo XX, que duraron hasta la época de Ruiz Gallardón, primero como presidente de la Comunidad de Madrid (1995-2003) y luego como alcalde (2003-2011).

La Pagoda, Fundación Fisac
Rellenaron calles como Bravo Murillo de edificios altibajos, como dentadura de yonqui de los 80, y van liquidando edificios viejos y notables a golpe de especulación inmobiliaria e idiocia, como ejemplos, unos de tantos: la Pagoda de Miguel Fisac y el Taller de Artillería de la calle Raimundo Fernández Villaverde, que pasaron a extinguirse con dolo.

Si crees que esto ha acabado hoy en día, fíjate en el jardín del Palacio de Anglona, que por abandonados tiene sus parterres y estructuras, y hasta sus carteles informativos, desde hace años llenos de pintadas. O los macroedificios del paseo de la Dirección, erigidos para empinar a los potentados sobre las casas humildes de los alrededores, al más puro estilo cutre-chino, y sin una previsión de uso de las infraestructuras circundantes, como ha reconocido la propia junta de Distrito de Tetuán, feudo de poder absoluto del Partido Popular.

Esto se aplica también a los históricos y recientes mercadillos de Navidad.

 

Mercadillo de Navidad. Imagen de la película «La gran familia» (1962)
Los mercadillos de Madrid, desde Chencho a la social democracia

«La Gran familia» (1962) es un referente cinematográfico de caspa lacrimógena que retrata la depresión endógena en la que se hallaba sumida una ciudad, sólo pujante en su vertiente administrativa, viaria y de grandes almacenes, pero deficiente en ingenio, estilo y ganas de hacer las cosas bien.

Si la historieta «Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio», caricaturizaba una ciudad como Barcelona, sumida en el mal hacer de profesionales bastos, buscavidas y escasamente cualificados, en Madrid no se contaba ni con eso.

En una de las escenas de la película antedicha se pierde un niño en el mercadillo navideño de la plaza mayor de Madrid, repleto de casetas improvisadas, al estilo de los toldos del Rastro, en el que se venden casi exclusivamente figuritas para belenes, árboles de navidad en un lateral y hasta hay alguna caseta para bolas de decoración para el árbol.

El suelo aparece lleno de ramas de pinos, barro y suciedad, un no muy buen ejemplo de la fiesta religiosa que pretende celebrar, ni rastro de imitación a lo impoluto de las iglesias.

Los comistrajos y el olor a fritanga eran dominantes en una ciudad que empezaba a funcionar, después de décadas de conflictividad y letargo, pero que sigue sin aportar nada hoy en día que no sea copiar lo ajeno. Ahora huele a kebab y a empanadas argentinas ...

Y vamos, por fin, al tema.

Mercadillo calle Ortega y Gasset, 2024
Desde hace unos años el mercadillo navideño de la plaza mayor de Madrid mejoró sus casetas por parte del ayuntamiento, que hoy ya cobra cuantiosos impuestos como para hacer algo en positivo. Sin embargo el contenido ha ido incluso a peor: la caída de la tradición de poner el belén en las casas ha llevado a que los vendedores de figuritas se hayan dedicado a otros quehaceres o definitivamente se han jubilado. En su lugar ahora se venden pelucas y máscaras paganas coloridas de todo tipo.

No hay tiendas de bolas u otros adornos navideños artesanos, y tampoco tiendas de petardos, prohibido su uso en la muy prohibicionista Comunidad de Madrid: ni petardos, ni barbacoas en el campo o las terrazas, y ni siquiera el baño en las corrientes fluviales, todo una tajo a la alegría.

No existen puestos de comidas y bebidas callejeras de Navidad, porque no existe tal tradición. No hay ponche, no hay vino caliente, no hay un sólo puesto de tapas … ni de salchichas … Sólo a veces frutas secas y pasteles árabes, nada que ver con Belén o la Navidad y sí con los comerciantes árabes y magrebíes inmigrados en tiempos recientes.

Es sorprendente la falta de imaginación de los comerciantes y responsables municipales para que un mercadillo navideño parezca precisamente eso.

Mercado La Navideña 2024, Plaza de España
Otros intentos, más afortunados, los ha realizado La Navideña en la Plaza de España, con algunos puestos de artesanía, comida y bebida (escasos), con iluminación navideña elegante y motivadora y una pista de patinaje.

Otros, como el de la Plaza de Colón, abusan de la oferta de venta de regalos y apenas ofrecen vino caliente en un puesto. Debería tomar ejemplo del muy próximo, sencillo y efectivo de la cercana Iglesia Protestante Alemana, o también del mercadillo de la Iglesia Anglicana de Saint George, muy sencillos y verdaderamente navideños.

Bazar benéfico escandinavo 2024
Otro, muy bien montado, es el bazar benéfico escandinavo, que este año estuvo en el colegio Santa Ana y San Rafael, de la calle Doctor Esquerdo: comida, bebida, algo de artesanía y venta de artículos donados de segunda mano para recaudar fondos para los más necesitados.

De las iglesias católicas de Madrid no hablaré, pues he dejado de ir a sus mercadillos para no deprimirme. Desde hace tiempo ni las homilías ni las actividades de las iglesias son mínimamente motivadoras ni para los más acérrimos practicantes, cuando no inexistentes.

Mercadillo plaza del Reina Sofía, 2024
El mercadillo montado por El Corte Inglés en Nuevos Ministerios es un centro comercial en miniatura, eso sí, con una oferta gastronómica amplia, pero sin el encanto que tendrían unas casetas agrupadas por calles y no en una plaza cuadrangular, bulliciosa pero no acogedora ni entrañable. Y los villancicos americanos que ponen realmente repelen por lejanos a lo popular.

Hay otros muchos, marginales y casi insignificantes mercadillos, que he visitado este invierno en Madrid y provincia, pero el peor que he visto es el instalado en la plaza del Museo Reina Sofía: una triste caseta abierta y el resto cerradas … con la pintura ajada del año anterior y la toma de electricidad como en una feria de pueblo de 3ª categoría. Y es que cuando no hay ganas de hacer las cosas, mejor no hacerlas, quedas fatal.


El animoso pueblo de Pozuelo de Alarcón
pasea por su experimento de
mercadillo de Navidad, 2024
El segundo en la clasificación de nefastos es el de Pozuelo de Alarcón, un ejemplo claro de incapacidad municipal y desprecio a los habitantes y visitantes de esa localidad (25 concejales de cuatro formaciones políticas: PP (17), VOX (4) , PSOE (3) y SPOZ (1)).

Sólo un apunte: las visitas que algunos concejales realizan por turismo en Navidad a otras ciudades europeas, con sus nutridos sueldos, tal vez les animen a tomar notas y replicarlos aquí. A falta de imaginación … buenas son copias.




Mercadillo navideño
Pozuelo de Alarcón 2024




Mercadillo navideño
Pza del Museo Reina Sofía
2024



Tétrico garaje en Pza de España, junto al mercadillo navideño



Bazar escandinavo 2024


Bazar escandinavo 2024




Mercadillo navideño
Pozuelo de Alarcón 2024





Mercadillo
C/ Ortega y Gasset 202



Mercadillo
C/ Ortega y Gasset 202



Mercadillo
C/ Ortega y Gasset 2024


La esperanza es que las personas que se han acercado, cada vez en más número, a los mercadillos de las iglesias alemana y británica, y al bazar benéfico escandinavo, todos en Madrid, exijan encontrarse algo parecido en los mercadillos municipales y de las empresas que los montan, y se les dé el toque local que necesitan para contribuir a hacer más atractivo el ocio en Madrid y la ciudad misma. Recuperar tradiciones y mejorar viendo cómo lo hacen los demás es un ejercicio de inteligencia y humildad.



Enlaces


Mercadillos Navideños en Madrid 2021-2022. 17 mercadillos de Navidad en Madrid. Los mejores y los peores

La gran familia (1962) - Chencho se pierde en Plaza Mayor, FlixOlé

Torres de viviendas del Paseo de la Dirección y de Marqués de Viana

Un edificio de 355 viviendas sustituirá el Taller de Artillería de Raimundo Fernández Villaverde

El adiós de un mito: ¿Por qué desapareció La Pagoda de Fisac?

















sábado, 21 de septiembre de 2024

Tres de las mejores guías que puedes comprar para ver aves en España

Tres de las mejores guías de aves que puedes comprar
para ver aves en España
Las guías de aves son un elemento imprescindible para llevar al campo, junto con los prismáticos y el cuaderno de campo, pero ¿qué es el ‘campo’?

Antes que nada debemos imaginar para qué queremos una guía de aves pensando en nuestro tipo de salida al campo: ¿vamos a ir a una casa rural varios días? ¿iremos a un observatorio de aves donde poder sentarnos a cubierto cómodamente unas horas? ¿haremos recorridos andando de un día sin pernocta? ¿utilizaremos un coche para ver aves desde él? ¿vamos a la montaña con pendientes pronunciadas? ¿llevaremos una mochila pequeña y haremos recorridos cómodos en verano, en invierno, con tiempo lluvioso, con viento, con sol?

Son muchas preguntas con respuesta adecuada, porque todas se refieren al peso y al volumen. Y hay otra adicional ¿qué tal ves de cerca? Porque para identificar hay que poder apreciar los detalles de cada ave con claridad en condiciones lumínicas no ideales y de incomodidad por estar de pie o sentado en el suelo al aire libre, llevando además unos prismáticos al cuello y, tal vez, un cuaderno de campo, agua, algo de comida, una cámara con teleobjetivo, un herbario ... el móvil para hacer fotos de la zona y de las plantas e insectos …

Guía Collins
En la costa, y sin estar a cubierto, el uso de una guía de hojas de papel puede llegar a tornarse imposible por el viento, o la lluvia. Y acabaremos detestándola …

En la meseta cerealista castellana, en salidas de una mañana o tarde, llevar una guía puede ser una experiencia muy gratificante si no tienes que pararte más de lo necesario al sol en verano sin una maldita sombra a 35º C con el sol cayendo a plomo o no tienes que estar acurrucado intentando sorprender a tu primer sisón detrás de un murete de piedra o intentando diferenciar a un tipo de ánsar en la lejanía a 10º bajo cero al ras con unos limitados 8x40.

Mis nuevas guías de aves son la Collins Bird Guide, 2ª edición de Lars Svensson y Aves de España y Europa, una guía de identificación, de Rob Hume, ambas guías excelentes por lo exhaustivas. La primera de más de 400 páginas y la segunda de más de 600.

Guía fotográfica BirdLife
Ninguna de las dos son guías de campo, porque son muy pesadas, y mucho menos para llevarlas en el bolsillo lateral del pantalón o en una mochila pequeña, pues son auténticos ladrillos. Todo lo más para consultar a la luz del flexo, después de tomar apuntes en el campo o ver fotos que hemos tomado. Incluso para llevarlas en el coche y consultar al abrigo de él una fría mañana de observaciones pacientes, o en el observatorio de aves, con un café en el termo con tu novia o con el amigo que se compró una mierda de guía por internet y flipa con la tuya.

La Collins quiere ser exhaustiva y ser portátil, pero ni sus gruesos lomos ni las diminutas imágenes se prestan para ello. Más les habría valido aumentar el tamaño para tener un excelente libro de consulta en nuestra biblioteca*.

Si quieres ser práctico y aprender algo, una pequeña guía como la de la SEO puede ser de gran utilidad, pues a pesar de sus deficiencias en la representación de algunas aves, sigue siendo bastante útil y la más portable.

La de Rob Hume es aún más grande y puede ser realmente una molestia y una inutilidad llevarla contigo al campo. Déjala en la casa rural o en tu casa para la vuelta, o llévala sólo si vas a estar viendo aves desde la comodidad de tu coche o al abrigo de un observatorio y un cafetito, disfrutando de sus excelentes fotografías que te harán creer de nuevo en la capacidad de Occidente para hacer cosas cojonudas.


Guía Collins
No hacen falta tantas explicaciones
en imágenes para diferenciar un buitre leonado
de uno negro. Se puede ahorrar más espacio.


*De la famosa Guía Collins existe un formato grande, ISBN: 9780007449026









jueves, 12 de septiembre de 2024

Las Tablas de Daimiel, jornada para ver a un enfermo moribundo

Mirador en el P. N. Tablas de Daimiel
Me gusta visitar parques nacionales desde niño.

El primero que conocí fue el Parque Nacional de El Teide, no recuerdo la edad, pero he estado varias veces contemplando las coladas de lava rojiza petrificada, su teleférico rojo, el centro de visitantes y el parador nacional. Nada especial, por otra parte, sus instalaciones, pero sí de una rara belleza su carretera sobre la planicie volcánica.

Con 14 años ya exploré con mi familia los caminos, la laurisilva y los helechos gigantes del Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera. Luego Covadonga (hoy Picos de Europa), las Islas Cíes, Monfragüe, Guadarrama, Cabañeros y Ordesa; el primer parque peninsular citado, antes y después de la ampliación; el resto antes y después de su reconocimiento como parques nacionales. El de Ordesa muy recientemente, en un verano muy cañero de senderismo y cascadas, y las Tablas de Daimiel hoy mismo, 11 de septiembre, cuando el mundo cambió .... Es decir, 9 de los 16 parques nacionales que hay en la actualidad en España.


El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel

Las instalaciones de este parque nacional son muy sobrias, anticuadas en señalética y mantenimiento de sus pasarelas y observatorios de madera, y se nota la falta de recursos y de dedicación del Gobierno de España, cuya gestión recae en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, de nombre distópicamente aterrador, y cuya titular es Teresa Ribera Rodríguez, una socialista licenciada en Derecho implicada de lleno en la aplicación de la Agenda 2030 en España, con más experiencia en política que formación en gestión de recursos naturales.

Vicepresidenta Tercera del Gobierno y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico


Obras actuales para ampliar instalaciones
Los parques nacionales son competencia del Estado, mientras que la mayor parte de los espacios protegidos de menor protección corren a cargo de las Autonomías, como los parques naturales.

La partida presupuestaria para los parques nacionales no debe de ser muy magra, a tenor de lo visto en las infraestructuras para llegar a ellos (tengo muy cercanos los recuerdos de  las malas carreteras de Ordesa y de Las Tablas), y en las instalaciones y señalizaciones.

El caso de Las Tablas de Daimiel es especialmente sangrante, pues se trata del único parque nacional español que ha estado a punto de desaparecer y el que tiene el peor centro de visitantes que alcanzo a recordar, no sólo de los parques nacionales visitados, sino de todos los parques naturales de entidad que conozco.

Según llegas, por una carretera estrecha, bacheada y sin pintar, sin indicadores prácticos y sugerentes, sino con unos hechos de cualquier manera y puestos a desgana, queda una construcción moderna recubierta de losas de piedra a la izquierda, desentonando con la arquitectura de la zona.


Detrás de unos cristales sucios, dentro no hay nada. Sólo una mujer que atiende a los escasos visitantes -hoy miércoles a las 10 a.m.- explicando vagamente un desdichado bodrio de plano mal impreso por una sola cara, donde los itinerarios hay que adivinarlos de lo poco que coinciden con la realidad. La información es parca, y el reverso está en blanco, tal vez para ahorrar tinta o para demostrar que les importan una mierda los ciudadanos.

No tienen más planos para dar ni para comprar, ni tampoco venden nada: ni libros, ni mercadotecnia, ni alquilan prismáticos ni hay ninguna triste guía con las especies más representativas, NADA. Tampoco hay un bar donde tomarse un refrigerio en una zona tórrida aún en septiembre. Hoy ha hecho 31 grados y a pleno sol. Si quieres, hay una máquina con botellas de agua en la recepción.

Las Tablas de Daimiel, declaradas parque nacional en 1973 por sus excepcionales valores zoológicos como zona de invernada y reproducción de aves, están moribundas. La causa es el haber permitido la extracción masiva de agua del acuífero 23, que alimenta al Guadiana.

La aguas salobres del Cigüela son otro de los aportes para la zona de inundación. El río Azuer, de carácter estacional, desapareció como aporte de Las Tablas durante 22 años debido a la construcción de un embalse. Debido a la sequedad del terreno la turba del subsuelo, que aportaba impermeabilidad, empezó a arder espontáneamente sin llama, consumando el desastre.

Se puede ver el verdor de los regadíos, incluso las viñas, cuando nos acercamos a Daimiel por carretera, contrastando con la ausencia de agua en la mayor parte de Las Tablas. El equilibrio ecológico es tan frágil en este sistema hídrico que va a requerir de muchos años y recursos humanos y económicos devolverle parte de su antiguo esplendor.


Poda de la vegetación de ribera en Las Tablas
Contra este desaguisado, tan parecido al de Doñana, se les ocurrió a los gobiernos centrales realizar un trasvase del Tajo-Segura e inundar una zona en torno a la Isla del Pan, que hoy es la única que tiene agua en estas fechas, un gran estanque de unos 30 cm de profundidad al que le clarean las riberas con guadañas ¿para dejarlo bonito? eliminando refugios para la fauna y dejando unos pasillos entre los juncos y la tierra firme.

Como estanque está curioso, pero como laguna natural HA DESAPARECIDO. Apenas hay peces (oí un par de chapoteos estando 3 horas en esa laguna) y no vi ninguna especie, ni siquiera gambusias. ¿Qué comerán gaviotas, cormoranes, garzas, martinetes y martines pescadores? Los restos de cangrejo rojo que vi indican que hay este crustáceo globalista y que alguna especie se los come parcialmente, dejando sin tocar las pinzas, por los restos observados en el agua. ¿tal vez los flamencos, que machacan el cangrejo para absorber su sustancia?, ¿lal vez los patos cuchara, que filtran también el agua y cuyo enorme pico puede aplastar sus partes menos duras? ¿o los grandes barbos comizos, de una escasez ya histórica en esas lagunas? En las dos primeras especies es bastante improbable por su manera de alimentarse, filtrando el agua para capturar microorganismos y diminutos peces, moluscos y crustáceos, en la tercera por su carácter vestigial. Habrá que preguntarle al último pescador de Las Tablas a ver si sabe algo, porque en este parque de la desinformación sería mucho pedir.

En realidad esta zona no es más que un enorme estanque para fochas, numerosísimas, a cientos, comiendo la vegetación acuática de ovas (Chara spp.) que ha aumentado estos últimos años, en un paraíso apenas soñado y casi libre de depredadores. Las acompañan unos 50 flamencos rosados, enzarzados ya en bailes nupciales en el agua y algunos patos cuchara en eclipse.


Itinerarios y especies

Comencé con el itinerario recomendado por la desganada funcionaria: el amarillo, que tira hacia la izquierda y transcurre por pasarelas de madera de tablazón irregular sobre la zona inundada artificialmente.

Itinerario amarillo

Lo primero que vi sobre la laguna fue una cigüeñuela y dos moritos espléndidos. Los moritos son negros en esta época con irisaciones verdosas, siendo broncíneos, como muestra la guía de aves de la SEO, en época de reproducción.

Existen dos especies de tarayes en el parque: Tamarix canariensis y Tamarix gallica, muy difíciles de diferenciar entre sí. Los tarayes (Tamarix canariensis) sorprenden por su abundancia,  considerable grosor y por ser el único género de leñosas en esa parte del parque, pues toleran cierto grado de salinidad en el agua. Me sorprendió en exceso ver muchas ramas partidas y resquebrajadas, tal vez por algún vendaval, y cortes de ramas de color rojizo realizadas con sierra sin tratamiento fitosanitario, tampoco les debe de alcanzar el presupuesto para pasta cicatrizante. Realmente el director de este parque tiene mucho en lo que mejorar.

Taray (Tamarix canariensis)
Después el gran grupo de unos 50 flamencos comunes entre centenares de fochas. El paseo me llevó hasta el primer observatorio, con ruidosos visitantes, algunos de los cuales, autóctonos, sólo estaban de cigarrito y de charla allí dentro. Los menos duchos dejaban caer con estrépito las portas de madera y estaban pertrechados de móviles, como si pudieran hacer alguna foto interesante de los bichos a 100 metros de distancia. El paisaje y el haber puesto su bandera en un parque nacional más les debió de compensar. Pero ninguno, ninguno, llevaba unos prismáticos. Tal sólo vi por allí una pareja, cuyo joven varón de bigotito debía llevarlos de adorno colgados del cuello, porque no hizo uso de ellos, pensando que ese aditamento ya lo convertía en ornitólogo, para solaz lúbrico de la hembra humana que le acompañaba.

Ciertamente el futuro de este parque es tan poco halagüeño como las aficiones ornitológicas de los españoles de esta parte de la Península.

Cuando toda la marabunta se marchaba, desde ese observatorio pude ver ocultas en la vegetación de ribera una tímida avefría empenachada y una garceta común de blanco inmaculado y patas negras.

Después más fochas y un par de patos cuchara en eclipse buscando en el fondo el sustento mientras dejaban la popa fuera. Las fochas sí que se animaban a bucear completamente sumergidas para alimentarse.

Llegué a escuchar el ruido del aporte hídrico del estanque a la derecha del último de los puentes, donde el agua estaba más turbia.


Itinerario rojo

El recorrido del camino hacia la Laguna Permanente discurre sobre una superficie elevada unos 20 cm para superar las inundaciones estacionales de la llanura. A los lados hay un túnel abierto de tamariscos o tarayes y un poco más allá olmos sueltos que no pude averiguar si eran Ulmus minor, y unos álamos blancos de los que dudo razonablemente de su autoctonía. 

Me llegué hasta el primer observatorio y allí estaban dos de los jóvenes de los cigarrillos de antes de cháchara, a los que mi presencia estrambótica y recurrente molestó. A los pocos minutos se fueron y pude observar a mis anchas el charco en la cota más baja de ese aporte del río Guadiana, donde 4 decenas de ánsares comunes occidentales (pico naranja y patas rosas) retozaban. Tres de los flamencos del estanque se habían desplazado hasta allí en un corto vuelo de apenas 300m. Y algún limícola también, que la enorme distancia no permitía adivinar con mis Nikon Monarch M7 de 10x42 ni con mis históricos Zenith de 20x50. Calculo que al menos 200 m sí que mediaban del observatorio.


Laguna de aclimatación
Laguna de aclimatación

Ya de vuelta, me dirigí por el itinerario amarillo hacia la laguna de aclimatación, protegida con una red baja para evitar incursiones de depredadores alados y evitar escapes. Desde el observatorio, cubiertos sus ventanucos con cristales, se pueden observar de cerca las especies.

Si quieres usar prismáticos vas a ver borroso, debido a la suciedad y a la poca calidad de los cristales. Allí hay numerosos porrones pardos (+8), un porrón bastardo hembra, un porrón moñudo macho, algunas fochas y numerosas pollas de agua adultas, que no encontré en libertad en el parque -sólo vi algunos ejemplares inmaduros-. Los aviones comunes y algunas golondrinas y otros aviones que no pude identificar con seguridad por sus rapidísimos vuelos, se habían metido bajo la red para capturar los abundantes dípteros que había sobre la superficie.


Toma desde a torre de Prado Ancho
Itinerario azul
 

La última parte del recorrido es la más desoladora, por la absoluta ausencia de agua, el aspecto abandonado de sus observatorios llenos de telarañas, parapetos vegetales caídos y un embarcadero que no sabemos cuándo fue el último año que se usó. Un aguilucho salió volando de las inmediaciones dándome la cola, por lo que no pude saber la especie.

Pero lo más interesante fue la presencia de un faisán vulgar macho saliendo de la sombra de un taray para atravesar el camino y meterse en la espesura, justo al lado del embarcadero. Siempre pensé que mi primer faisán salvaje sería en la zona de La Granja de San Ildefonso ...

Siguiendo el camino, más observatorios y una gran torre de observación (Torre de Prado Ancho) llena de excrementos de pájaros. Se ve que el mantenimiento no es algo que preocupe a la dirección del parque. En su proximidad, vi una abubilla con su característico vuelo vacilante de mariposa.

De vuelta, nada que reseñar excepto unos grandes lepidópteros que nunca había visto y que tenían una querencia especial por una planta que tampoco había visto antes, tal vez limonio (Limonium spp.).

Puede que se tratara de la mariposa pandoriana (Argynnis pandora), similar a la mariposa nacarada (Argynnis paphia), ya que aquella existe en el parque y es emblemática del mismo.

Estaba satisfecho de haber recorrido toda la parte visitable del parque y tener una idea de cómo son a finales de verano Las Tablas de Daimiel, aproximadamente un mes antes de las supuestas primeras lluvias.

Espero volver pronto.



ESPECIES VISTAS EN EL RECORRIDO del 11/09/24


Morito y cigüeñuela en Las Tablas de Daimiel

Cigüeñuela (2)

Morito (+15)

Focha común (+100)

Flamenco rosa (+50)

Urraca (2)

Polla de agua (3)

Pato colorado (+20)



Morito (Plegadis falcinellus)


Pato cuchara (2)

Avefría (1)

Garceta común (1)

Cigüeña común (2)

Ánsar común (40)

Paloma torcaz (4)




Flamenco común (Phoenicopterus roseus)


Porrón pardo (+8)

Porrón bastardo (1)

Porrón moñudo (1)

Faisán común (1)

Cormorán común (1)

Abubilla (2)








Vista de la zona inundada

Barcas de pescadores


Restos de cangrejo rojo


Cortando vegetación de ribera



Flamencos y fochas



Ánsares comunes




Arriba: porrón bastardo 
Abajo: porrón moñudo 

Laguna de aclimatación



NOTAS:

Todas las fotos se tomaron en el P. N. Las Tablas de Daimiel el 11/09/24.

El cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) puede ser portador de dos tipos de hongos dañinos: Aphanomyces astaci, causante de la afanomicosis, que ha devastado las poblaciones españolas de cangrejo autóctono (Austropotamobius pallipes), y el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, causante de la quitridiomicosis que afecta a los anfibios.

El Batrachochytrium dendrobatidis se ha detectado, entre otros lugares, en la isla de Mallorca infectando al sapo partero balear (Alytes muletensis), especie críticamente amenazada; en el Parque Nacional de Peñalara, donde llevó al sapo partero común (Alytes obstetricans) al borde de la extinción, y en el Parque Nacional de Doñana (Bosch et al., 2010; Hidalgo-Vila et al., 2012).

MITECO. Batrachochytrium dendrobatidis (Loongore, Pessier & D.K. Nichols, 1999).

Los cangrejos de río rojos americanos soportan cierto grado de salinidad en el agua, hacen cuevas para refugiarse y pueden permanecer escondidos en el barro durante 4 meses, esperando mejores condiciones de humedad y temperatura. Pueden vivir más de 20 años.

A finales del pasado siglo XX se introdujo el cangrejo autóctono Astropotamobius pallipes en las Tablas de Daimiel, del que llegaron a depender unas 300 familias, pero desapareció por la afanomicosis (cuando se introdujo el cangrejo rojo americano) y el cambio en la canalización de ríos y humedales.

El último pescador de Las Tablas de Daimiel vuelve a pescar un barbo comizo o picarro (Luciobarbus comizo) después de 30 años debido a la lenta recuperación hídrica del parque nacional. Noticia de 2013.

El aumento de algas atrae un nuevo récord de fochas. El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel registra el segundo mayor censo de esta ave, una de las más representativas del parque, con un total de 3.275. Noticia de 2019.



viernes, 9 de agosto de 2024

La película documental sobre Laponia que me aburrió

Tunturin tarina
Tunturin tarina (Historia de la colina), 12 de julio 2024.

Laponia es un filón de belleza natural y antropología, y son muchos los documentales que hemos visto a lo largo del tiempo. Algunos de productores centroeuropeos, británicos o escandinavos y pocos finlandeses. Tunturin tarina está producido en Finlandia.

Se sobreentiende un conocimiento más cercano y profundo de la Laponia a un residente en Finlandia (no de Helsinki), por la proximidad física y cultural, y las facilidades para conocer el territorio y a sus habitantes autóctonos.

He estado al menos 3 veces en Laponia desde el año 2000, desde Rovaniemi hasta Ivalo, en pueblos, ciudades, granjas y resorts, y paseado por sus bosques y lagos viendo aves, estudiado a los samis y su lengua en los libros y hablado con algunos de ellos, conociendo su arte y artesanía. Y la magia de ese territorio son la soledad, el frío y el silencio, el contraste con el corto verano, y las ideaciones humanas sobre ello. 

Los 77 minutos de metraje me aburrieron soberanamente, a pesar de las muchas imágenes realmente bellas, como las del deshielo, sobre todo porque no me enteré de lo que pretendía comunicar.

No he percibido en ningún momento la magia del país, ni su espíritu, a pesar de haber repetido la palabra "espíritu" el narrador hasta el hastío durante toda la película.

En inglés la han intitulado The Tale of Sleeping Giant como si fuera el remedo de un cuento de Oscar Wilde, pero referido las colinas típicas de Laponia o tunturit.

La he visto en esta versión, con subtítulos en español. De verdad ¿tanto cuesta decir "reno" y no insistentemente "deer/ciervo"? ¿Tanto cuesta decir el nombre de algunas de las especies que vemos? ¿Cuesta tanto citar alguna referencia histórica, chamánica o religiosa que no sea de una manera tan vaga e imprecisa utilizando palabrería hueca?

El narrador y la narración sobran de manera absoluta, incluso molestan.

La música clásica de gran calidad que acompaña la película puede parecer a algunos un acierto, con sus flautas y percusiones infantilizantes cuando los animalitos hacen cosas "graciosas", humanizando los comportamientos animales de una manera anacrónica.

El compositor Antón García Abril ya lo hizo hace casi 50 años en España en la serie el Hombre y la Tierra con más gracia y respeto. Hoy en día es ridículo.

Y a pesar de la humanización Disney de los animalitos, ningún humano a la vista. Los renos pastan y viajan solos, la vida salvaje es ajena a toda intervención humana, ni pastoreo, ni caza, ni pesca.

Y existen malvados e inocentes, con las escenas del impresionante cárabo lapón (no lo citan ni por asomo) atacando a unos asustados roedores. Aparecen unos osos nada amenazantes, unos cuervos juguetones con un zorro, lagópodos escandinavos/riekkoja (Lagopus lagopus), gallos lira/teeret (Lyrurus tetrix) graciosetes, combatientes/suokukkoja (Calidris pugnax) ridiculizados ¿por demasiado masculinos?, lavandera blanca, pigargo, águila real, bueyes almizcleros, alces, el cadáver de un corzo, truchas y salmones -como si no hubiera muchas más especies en los lagos y ríos-. Y en la costa del norte noruego colonias colosales de araos, alcas, frailecillos y algunos cormoranes moñudos. Apenas se citan unas pocas especies.

Un grupo amenazador de glotones/ahmat (Gulo gulo) es tratado como una banda de cobardes individuos ante la presencia de un solo lobo (no pudieron filmar más). Los no escandinavos no conocen ese animal, excepto por las uñas de Lobezno/Wolverine, y hubiéramos agradecido alguna referencia más amplia, siquiera el nombre.

Estaba tan incómodo en la silla de la sala de proyección de Hortaleza ya en los primeros 20 minutos de un metraje tan aburrido y con unos comentarios tan vacuos y molestos, que deseandito estaba de que encendieran las luces para marcharme y liberar tensiones de “espíritu” y de posaderas.

6ª Muestra de cine finlandés
Desconozco por qué ha sido una de las películas más vistas de Finlandia en su estreno, porque no aporta nada nuevo. No tiene más valor que el de unas bellas imágenes con una buena banda sonora, aunque obsoleta por completo al acompañar a esas imágenes de "happy" animalitos roedores en la tundra y malvados depredadores. Tampoco entiendo la elección del programador Diego Ginartes. Tal vez lo hizo sin haberla visto del todo, o le pareció fresquita para el verano español, o no sabía qué proponer ... Pero lo más seguro es que en la valoración de documentales de naturaleza no coincidamos.

Laponia no puede explicarse sin las personas que habitan desde tiempos remotos esos lugares y si lo que el narrador ha pretendido es dar una explicación de los nativos a la creación de Laponia, debería haberle cedido la palabra a un chamán o sami anciano, no a un desconocedor del espíritu imbuido a esa región, que el director y guionistas han sido incapaces de transmitir, haciendo un espantoso ridículo excepto para los legos. Ni el parto de un valkoinen peura (reno blanco) ha sido capaz de dar misterio alguno por carecer de explicaciones a los neófitos del significado de ese animal. Todo esto me recuerda al pretendido "experto" en España Hemingway que, en su imaginario, no entendió de la misa la media.

Dudo que este documental fallido haya podido entusiasmar a alguien que sea aficionado a los documentales de vida salvaje. Esperemos que la 7ª edición de la Muestra de Cine Finlandés ajuste mejor las películas, el metraje, la duración, la difusión y el lugar de proyección, pues las de esta edición han sido dispersas, escasas de público, demasiado largas, tediosas y otras de calidad discutible.

Tenemos pocas oportunidades para ver proyecciones de un país que tiene una cinematografía bien interesante y este festival es un gran acierto porque no hay otro de sus características en España, es toda una responsabilidad …

Tunturin tarina se proyectó en el espacio Danos Tiempo, del distrito de Hortaleza, Madrid, el pasado 12 de julio de 2024. Todavía me acuerdo de las silas ¡Ouch!