El Cyclamen persicum florece en noviembre |
Pensamientos no tan de mañana
Graznidos de grullas sobre las casas de Madrid. Se abre el día.
Los tímidos rayos de sol de noviembre caldean el mediodía luminoso.
Atrás queda la tarde, y la noche, frías, aterradoras, paralizantes.
Esplendor difuso en aire tibio que entra por las pupilas para despertar la escarcha del corazón. Inyección de vida que brota los colores de los más resistentes.
El ciclo lleva a las grullas viajeras al sur. Los hombres curtidos permanecen impávidos sobre el puente, batido por las olas del infortunio, en soledad, ante un timón atascado que sujetan con fuerza, con la ilusión de no zozobrar, a la espera del choque inevitable con las rocas crueles de una costa ignota.
Es noviembre en Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario